Leo en La Vanguardia una noticia que me pone los pelos de punta. Gemma Mengual, la campeona olímpica de natación sincronizada y probablemente la deportista española más laureada, ha presentado en un desfile de moda el bañador del futuro. Lo que hace tan novedosa esta prenda es que lleva unas placas solares que te permiten... cargar el iPod y el móvil!Vamos a ver. ¿Nos estamos volviendo locos o es de esperar que en el futuro la gente sea idiota? Yo me imaginaba que el bañador del futuro se secaría en dos segundos tras salir del agua, tendría un sistema de expulsión de la molesta arenilla, repelería la sal, mantendría la temperatura del cuerpo para no pasar frío o calor, tendría un sistema antiescoceduras, incluiría un salvavidas hinchable de emergencia, emitiría señales GPS para controlar a los críos, protegería las partes cubiertas de quemaduras del sol o, qué se yo, dejaría pasar los rayos solares para evitar el moreno a rallas y avisaría de la presencia de tiburones, chuloplayas, italianos o peces polla. Lo que fuera. Pero si la idea del futuro es que vamos a necesitar cargar el móvil mientras nadamos me parece que me bajo aquí mismo y que le den por saco al futuro.
Nota: es de esperar que Apple saque pronto una carcasa sumergible para el iPod (si no existe ya) dotada con un conector USB a prueba de salpicaduras. Si alguien tiene pensado conectarse el cacharrín al bañador para meterse en el agua que recuerde borrar primero la música clásica. A ver si con tantos megas van a acabar en el fondo del mar, matarile, rile, rile...
Lavanguardia.es - Gemma Mengual presenta el bañador del futuro

Para quien considera que viajar es mucho más que ver monumentos, os recomiendo el siguiente viaje (aunque, como hice yo, os sugiero que lo hagáis en tres fases separadas y no del tirón, lo que puede resultar explosivo para vuestro estómago). Para empezar, una sopa goulasch generosa en paprika (para entrar en calor). A continuación, y como plato fuerte, un guiso de ciervo con salsa de frutas del bosque, acompañado de albóndigas de patata o tallarines de champiñones. Se recomienda regarlo con un tinto de las regiones de Villány o Eger contundente (ya puestos, un Cabernet). De postre un Gundel Palacsinta, panqueque relleno de uva y canela, bañado en chocolate fundido y espolvoreada con azucar glaseado. Para bajarlo podéis ayudaros de un Tokaj Akzu dulce. Para rematar, una palinka de albaricoque, aguardiente que podéis encontrar en su versión pura (tremenda) o suavemente rebajada con miel. Para que el viaje llegue a buen puerto lo ideal es tener reservada una grúa que os transporte a la ribera del Danuvio y os deje suavemente bajo unos sauces para disfrutar de una apacible siesta.