miércoles, 28 de marzo de 2007

La palabra más sabrosa

GaboMañana se clausura el IV Congreso Internacional de la lengua española, que se celebra estos días en Cartagena de Indias, Colombia. Con motivo de este evento se han celebrado varios actos en todo el país, como un sentido homenaje a Gabo por sus 80 años, pero de todos ellos me quedo sin lugar a dudas con uno: el Congresito de la lengua. Un evento celebrado en Medellín con el que se ha intentado acercar a los más pequeños a esta magnífica herramienta que nos permite entendernos, intercambiar información, decirnos cosas bonitas e incluso, cuando apetece, discutir.

Niños en el CongresitoEn el Congresito los niños pudieron pudieron jugar con las palabras y de esos juegos han salido tres listas en las que se destacan aquellas que ya no usan pero les gustaría desempolvar, aquellas que no existen pero les gustaría que aparecieran algún día en el diccionario y aquellas que les resultan más queridas.

Entre las Palabras desempolvadas encontramos alguna tan suculenta como el ágape, que aparece en primer lugar y que yo uso (y disfruto) en su segunda acepción; la sonora y maravillosa chéchere, que jamás había oído pero que usaré junto con mis queridas trasto y cachivache; el odioso embrollo o embeleco, palabra estupenda que describe algo igualmente estupendo que los niños acompañaron de un no menos estupendo ejemplo. Ahí va la lista completa:

Niñas en el Congresito1. Ágape: fiesta que estrecha lazos de hermandad
2. Cántaro: vasija para recoger agua
3. Chéchere: algo viejo y deteriorado.
4. Embeleco: un capricho chiquito. Así llama mi mamá a los novios de mi hermana.
5. Embrollo: dificultad sin resolver
6. Menjurje: ungüento revoltijo
7. Modorra: pereza
8. Pipiolo: persona joven
9. Pañolón: Pañuelo grande que se ponen las señoras para ir a la misa
10. Güete: contento con algo


Respecto a las palabras inventadas algunas son bastante sosas aunque otras merecen un sitio en el diccionario ¡ya! Me quedo con la divertida pionilla y la romántica lunor (¿o es el lunor? Junto con el nombre debieron apadir el género...). Reniego de la japisteza no por no requerirse una palabra para tan maravilloso sentimiento sino por su indudable e innecesaria raíz anglosajona (claro que, tratándose de niños, lo extraño es que ninguna palabra empieze por Mac). Insto a Norma a que se fije bien en la número 8 (¿a que es genial?) y propongo su uso en sentido irónicofigurado para quienes alardean de sus atributos sexuales (lo cual no tiene nada que ver con Norma, que conforme escribo veo en el embrollo en que me estoy metiendo y ya me la imagino tirándome un chéchere a la cabeza...). Pero sin duda la mejor palabra inventada de todas es la última: lumpereza (incluso la han adaptado a la ortografía correcta) que es algo que conozco tan bien como la marpereza, mierpereza, juepereza, viepereza... ¿sigo?

1. Flapigozo: expresión de felicidad, explosión de gozo.
2. Murmulencio: murmullo que se oye en el silencio.
3. Tristesinra: tristeza que se siente como un huequito en la barriga y que no tiene una razón definida.
4. Pionilla: peinilla que se usa para sacar piojos.
5. Lunor: luz de la luna.
6. Hormonado: muchacho que come mucho.
7. Fruspiro: suspiro ahogado y repetido que se produce al bañarse con agua helada.
8. Pinochada: mentira que va creciendo cada vez más
9. Japisteza: cuando se siente tristeza y alegría a la vez.
10. Lumpereza: pereza que da los lunes de ir al colegio o a trabajar.

Pero el instigador real de este artículo está en la última lista. Concretamente la palabra que encabeza la lista de las palabras más queridas por los niños. Y por mí, por supuesto. Es la palabra más sabrosa, negra, amarga, fuerte, olorosa, energética, adictiva.... Mmmmmmmmm! Una palabra que encierra mi mayor vicio, combina perfectamente con todos los demás e incluso con todas las palabras de la lista. Y qué sonora que es. Cho-co-la-te. Los niños son niños pero no tontos. Una vez hecha esta elección, es lógico que la siguiente sea música. A partir de aquí, les podemos perdonar lo que haga falta. Incluso que prefieran la carcajada a la sonrisa, que antepongan el amigo a la mamá, que se olviden del papá o que pongan el fútbol donde debió estar el amor. Eso sí. Mágico y soñar están ahí. Y ojalá no se muevan nunca. Ahí va la lista ordenadita.

1. Chocolate.
2. Música.
3. Crispeta.
4. Carcajada.
5. Soñar.
6. Fútbol.
7. Mágico.
8. Amigo.
9. Montaña.
10. Mamá.

Antes de irme corriendo a la cocina a pillar una buena pastilla de chocolate con 74% de cacao, destacar lo que me ha llamado la atención que los niños colombianos utilicen crispeta, palabra que en el castellano peninsular ha sido sustituida por palomita pero que sí se conserva en catalán. Es que los niños saben tanto...

Congresito de los Niños clausurado en Medellín - Web oficial del Congreso de la Lengua

viernes, 23 de marzo de 2007

Toy malito

He estado desaparecido en combate un par de días. Y es que estoy malito. Me lloran los ojos, me gotea la nariz, tengo lija en la garganta y matojos en los pulmones. Por eso no blogueo, ni comento, ni os visito ni na de na. En cuantito me recupere, vuelvo al lío.

Para que veais lo que me pasa cuando salgo a la calle, sus pongo un pequeño video demostrativo.




Y este otro es para que os riáis un rato. Es uno de los mejores cortos de la historia. Mañana pondré la segunda parte.




Bueno va. Os la pongo ahora (sonido pelín desacompasao, todo hay que decirlo).

miércoles, 21 de marzo de 2007

¿El fin de la burbuja inmobiliaria?

Hace ya unos años que vivimos un incremento constante de los precios de los pisos, lo cual ligado a una cultura de la compra, la ausencia de oferta de alquiler, los estragos del fin de la burbuja tecnológica que diezmó los ahorroros de miles de pequeños inversores que vieron en el tocho algo más seguro y una notable pérdida de poder adquisitivo por parte de los trabajadores ligado a los desajustes del efecto euro... En fin. Tras lo ocurrido en paises como Japón o Alemania donde la burbuja inmobiliaria acabó por reventar, era más que previsible que aquí ocurriera lo mismo. Cuando desde el gobierno se dijo por primera vez que aquí no pasaría, empezamos a templar. Ahora los expertos empiezan a ver señales claras de que las cosas no están como estaban.

TV3 ha emitido un interesante reportaje sobre el asunto que comparto con vosotros. Dura media hora y está en catalán (aunque muchas de las declaraciones se hacen en castellano). Ya me diréis que os parece.


TV3-Fi de la bombolla-Fin de la burbuja - The best home videos are here

Ladran, Sancho...

Aunque apócrifa, se trata de una de las frases atribuidas al Quijote que más se utiliza. Con distintas variaciones (sea señal de que avanzamos o de que
cabalgamos) el sentido de la frase permanece inmutable así como el papel del ladrido.

En el mundo que rodea a Internet el ruido es tan enorme, la velocidad de los cambios tan vertiginosa, que a veces podría parecer que no vamos a ninguna parte. En esos casos, lo mejor es acercarse a Zona @, pasear por sus barrios y llegar al podcast que alimentan Karma Peiró y Luis Ángel Fernández Hermana:
ladridos al amo.

Cada semana atacan un tema de la actualidad en la red y debaten durante media horita de forma desenfadada. No pretenden sentar cátedra sobre cómo manejar las redes o hacer vaticinios sobre el futuro de la humanidad conectada. Son reflexiones cruzadas. Quizás una charla de café documentada.
Un espacio al que asomarnos semanalmente para ver qué se cuece en la red.
Mientras oigamos los ladridos al amo, seguro que avanzamos.

Hace unas semanas tuve el honor de asistir a una de las grabaciones. Se debatía sobre los espacios de participación que los medios etán ofreciendo a sus lectores a través de Internet. Como es lógico la discusión derivó hacia temas tan de actualidad como el periodismo ciudadano o participativo, la fidelización de lectores o las comunidades virtuales, temas de los que hemos hablado y seguiremos haciéndolo en alg@. Os dejo un enlace a la charla y su resumen por si os apetece escuchar un rato.

Sobre periodismo ciudadano se está organizando una jornada para este verano de la que ya os hablaré con más calma.

Ladridos al amo - Podcast 11. Las comunidades de lectores

Escúchalo aquí (media horita):

jueves, 15 de marzo de 2007

Habitaciones separadas

En ocasiones la realidad demuestra que alguna regla sagrada del periodismo, como eso de que hay que contrastar las noticias o leerse bien la nota de prensa antes de escribir el artículo, es una soberana tontería. Lo de "no dejes que la realidad te estropee una buena noticia" se hace en estos casos más cierto que nunca.

La historia es la siguiente. El pasado 11 de marzo el New York Times apareció en portada con una noticia sorprendente: los expertos en construcción aseguran que en 2015 el 60% de las casas "a medida" tendrán dos habitaciones principales separadas. La fuente, la Asociación Nacional de Fabricantes de Casas. A partir de ahí el artículo se centraba en lo que parecía una tendencia creciente entre parejas bien avenidas americanas de preferir dormir cada cual por su lado. Incluso encontraban bastantes expertos que aventuraban causas, entre las que el gran protagonista eran los ronquidos.

La historia, tal y como aparece en el New York Times, ha dado la vuelta al mundo y suscitado numerosos debates en distintos medios, cada cual adaptándola a su estilo e inquietudes, pero partiendo siempre del mismo punto de vista: los ronquidos harán que en menos de 10 años una de cada cuatro parejas prefiera dormir en habitaciones separadas.

Sé que el tema es jugoso y da para mucho, pero antes de entrar al trapo vamos con el tema periodístico para no perder el hilo.

El asunto es que, entre tantas vueltas, la noticia ha sido hoy tema de debate en La Ventana, de la cadena Ser, concretamente en el espacio Spain vs. USA en el que cada miércoles Javier del Pino y Javier Cansado discuten sobre las bondades y miserias de estos dos países tan distintos (el tema da para tanto que hasta pudimos comentar al respecto en Socio de la Soledad). El asunto es que a Gemma Nierga se le ha ocurrido algo tan insólito que ni a los del New York Times se les pasó por la cabeza (y si lo hicieron, pasaron olímpicamente): llamar a la asociación que ha hecho el estudio del que surge toda la historia. Como dicha asociación es estadounidense no debe sorprendernos que su relaciones públicas haya entrado en directo en el programa expresándose en un perfectísimo español de Miami. Y cuando le han preguntado directamente por esta tendencia de las parejas de querer dormir separados... ha alucinado.

El estudio en cuestión, realizado sin rigor científico alguno (cosa que ha reconocido con total naturalidad quien jamás dijo que se tratara de un estudio científico) consistía en preguntarle a una serie de arquitectos qué tipo de casas de lujo estaban pidiendo los clientes para hacer una proyección de las tendencias del mercado. Los expertos, en arquitectura, que no en sociología, dijeron que en estas casas (de más de 500 metros cuadrados, dicho sea de paso) la gente está pidiendo cada más (y de ahí que calculen que en 2015 el 25% de este y sólo este tipo de casas se hagan así) una segunda habitación principal. La explicación, que muchos de los propietarios prevén que algún día se instalen en casa sus padres de forma permanente y/o en ocasiones reciben visitas de amigos y familiares a los que quieren dispensar el mejor trato posible.

Y de ahí, la que se ha liado.

El asunto es que ni al New York Times ni a nadie le ha importado un carajo ni lo que decía el estudio ni las motivaciones que inplicaba. Oímos dos habitaciones y nos montamos la película. Quizás esta práctica tan poco periodística lo que ha hecho es desenmascarar la verdadera (y aún inconfesable razón) de que se estén pidiendo estas habitaciones. Y es que a todos, por mucho que nos escandalicemos al oirlo, la idea de dormir en habitaciones separadas nos parece algo muchísimo más lógico que planificar la casa para que tus padres o amigos se instalen a placer.

Así que dejémonos de monsergas periodísticas y vamos al lío.

Alguno de los que me conoce ya me habrá oído explicar mi vieja idea de la casa con dos puertas. La idea original era una casa con un espacio común y dos espacios individuales. La idea original, cuando era más joven, consistía en dos puertas, dos salones, dos baños, quizás dos despachos.., y una habitación común. Con el tiempo cada día aprecio más la variante que parece estar tomando fuerza (sí, yo también prefiero creerme el bulo que la noticia real). Salón y cocina comunes, y dos habitaciones separadas.

Mi idea original era la constatación (en mi persona si nadie más quiere reconocerlo) de que cada vez somos más los que necesitamos de un espacio privado en el que guarecernos y dar rienda suelta a nuestras necesidades personales. Esas que tienen sentido precisamente porque son sólo nuestras y las disfrutamos en soledad. En algunos casos es leer o trabajar sin interrupciones, en otros escuchar música, ver un programa de televisión o despanzurrar un ordenador sin dar conversación a nadie. Lo que sea, pero es razonable pensar que determinadas cosas que nos gustan no tienen por qué gustarle a nuestras parejas y no es bueno ni necesario que tenga que tragar con ellas por mucho que nos quiera.

Pero el caso de las habitaciones separadas va más allá. Pone en el centro del debate las distintas necesidades, ya no de ocio y esparcimiento, sino de descanso. Los que roncamos no disfrutamos desvelando a quien intenta dormir a nuestro lado. Ni nos gusta que nos den codazos en las costillas de madrugada cuando la falta de sueño les hace perder los nervios. Tampoco lo hace a propósito el que se mueve convulsivamente por las noches (parece que hay un síndrome llamado de las piernas inquietas especialmente común entre las mujeres de mediana edad en adelante). Nadie es culpable de hablar en sueños, ni de repartir ganchos de izquierda mientras duerme. Ni siquiera de tener los pies fríos. Desde mi punto de vista hay un tema incluso peor (para el que no sirven ni los chasquidos ni los tapones en las orejas) y es lo que llamo la incompatibilidad térmica. ¿Qué hace una pareja cuando uno de los dos es friolero y quiere plumón nórdico y calefacción a tope cuando el otro necesita aire acondicionado a todo guiñapo?

SábanasConforme oyes hablar a la gente surgen nuevas historias que inciden en la misma idea. Un matrimonio que acaba de tener un bebé al que hay que dar el pecho cada pocas horas; otro cuyos horarios laborales son distintos y cada cual debe acostarse y despertarse (con despertador incluído) a horas diferentes. Todas las historias tienen algo en común. Un miembro de la pareja, cuando no los dos, no puede descansar como debe. Algo que a medio y largo plazo se traducirá en mal humor y discusiones tontas que pueden acabar con una pareja que en realidad lo único que necesita es dormir mejor, aunque sea a cierta distancia.

Algunos dirán que es poco romántico. Que se pierde el placer de dormir junto a la pareja. El problema está en que estos casos, lo que se hace junto a la pareja es no dormir. A mí, personalmente, me encanta acostarme con mi pareja. Es decir. Encontrar su cuerpo al meterme en la cama y acurrucarme contra él. Me encantan los abrazos y los achuchones. Eso en lo que estás pensando también me gusta. Pero cuando llega el momento de ponerse a dormir, me vuelvo a mi lado de la cama y lo que quiero es dormir. Si tengo a alguien al lado no lo noto (a no ser que me dé patadas o me quite las sábanas, en cuyo caso dejo de dormir). Y en ocasiones, en muchas ocasiones, ya fuera por no querer molestarla con mis ronquidos, ya porque estaba demasiado cerca y no quería despertarla si me movía, ya porque me estaba asfixiando de calor... me pasaba la noche en vela. Aunque claro. De eso hace ya bastante tiempo y ahora mismo no me importaría quedarme alguna que otra noche sin pegar ojo... Pero eso, es otra historia.


To Have, Hold and Cherish, Until Bedtime - New York Times

Juntos, pero en camas separadas - Terra

¿Matrimonio feliz? Camas separadas - BBC online

martes, 13 de marzo de 2007

El origen encontrado: crónicas bloguelloneras II - y 4

Ya he dicho todo lo que tenía que decir sobre la quedada bloguellonera, pero me faltaba explicar por qué salí por patas cuando tan agustito estábamos. Y ya acabo que estoy de la crónica por fascículos ésta hasta las mismísimas narices. Así que no imagino cómo estaréis vosotros...

¡Caracoles!
Con el buen rollito que llevaba encima, volví al mercado del Borne, recuperé mi moto y para casita. Allí tenía la maleta preparada. La cargué en el coche y me fui para Sant Andreu a recoger a una amiga. Una vez juntos, carretera y hacia Platja d'Aro. Cuando llegamos nuestros amigos ya nos estaban esperando. Nos enseñaron el apartamento, algo antiguo pero bien equipado y, lo mejor, en primera línea de playa. El plan era cenar algo, apalancarnos en el balcón para ver el eclipse de luna y, después, salir a tomar una copichuela. Sencillo pero impecable.

Eclipse etílicoFuimos a un restaurante cerecano donde acompañamos la cena con un Viña Ardanza Reserva. Bueno, más bien dos. Y con media botella por barba entre pecho y espalda nos fuimos dando un paseíto hasta la playa. El eclipse había empezado ya. Subimos al apartamento y seguimos el espectáculo desde allí. Intenté hacer una foto pero después del vino no tenía el pulso para grandes virguerías. Así que al cabo de un rato nos fuimos a un Pub cercano a dar cuatro botes y tomar la última.

Como la exaltación de la amistad la traíamos de serie, no tardamos en llegar a los cantos regionales (jamás negamos la evidencia). Entre risas y bailes (más o menos) el Pub se fue vaciando y al final optamos por volver a casa (antes de que nos echaran).

En los jardines de entrada al bar presenciamos una romántica escena entre una chica majísima y un arbol. Ella le daba conversación pero él, terco, se negaba a responder. De todos es sabido que los pinos no son muy habladores, así que un pelín mosqueada desistió y, sin espectáculo, no nos quedó más remedio que volver a la playa. Nos estiramos en la arena y estuvimos charlando hasta que nos entró frío. Entonces creo que volvimos al apartamento pero las imágenes se me apelotonan en la cabeza. Recuerdo que estaba en la arena. Poco después en un sofá recostado sobre el hombro de un marinreo barbudo (menos mal que eso no pasó en el bar), comiendo... un sandwich de nocilla!!! Luego en una habitación con el pijama puesto y al rato me despertaba la mar de bien. Como siempre después de una juerga, la boca algo pastosa y la cabeza despejada. Nada de resaca. Ah! Cuánto quiero a mi hígado.

Dicen las malas lenguas que apenas había entrado en la habitación y mis ronquidos ya se oían en el comedor. Suelo tardar en dormirme, salvo cuando no (rara vez). Esta vez fue que no. También suelo roncar salvo cuando no (insólita vez). Y esta vez fue que sí. Ni que decir tiene las miraditas que recibí durante el desayuno. No sólo perturbé el sueño de mis compañeros, sino que estaba fresco como una rosa y alguna había unido a su de por sí terrible despertar una incipiente resaca. Mi sonrisa devorando el desayuno debía ser una initación a que me tirasen balcón abajo (sí, desayuno en la terracita disfrutando del sol matinal) pero la amistad y la comprensión se impusieron y la cosa quedó en miradas asesinas pero sin violencia.

Una vez estuvimos todos repuestos nos fuimos a buscar caracoles. No había llovido ni teníamos espíritu capestre, así que los caracoles en cuestión estaban esperándonos, cocinaditos y con la salsa especial en sus respectivas latas. Los cargols a la llauna del restaurante aquel son míticos. Debo decir que llegamos gracias a las dulces indicaciones de nuestra querida Marta (mi GPS) que se atrevió a llevar la contraria a nuestra guía y a su maravillosa madre (que daba instrucciones por el móvil). Cervecita al solete de marzo y para casa a preparar la mesa.

payaseteFinalmente cayeron los caracoles (unos cincuenta por cabeza) tras los cuales vino un filete con verduritas a la brasa. Y de postre, la anfitriona nos (me) sorprendió con una estupenda mousse de chocolate adornada con unas velitas. Los tíos me habían montado una fiesta de cumpleaños sorpresa. Y yo, con eso de que aún faltaban unas horas, no me había dado cuenta de nada.

Y el resopón se alargó entre risas hasta que se hizo tarde, tarde y decidimos volver hacia Barcelona. La caravana de entrada a la ciudad fue espectacular, pero no me importó porque venía feliz tras un fin de semana estupendo. Como feliz estoy de acabar de una vez con esta crónica que se ha demorado más de una semana. Fin!

Bueno. Como aquí queda un hueco, aprovecho para hacer un momento remember you y compartir esto con los de mi generación. He buscado la de los payasos de la tele y sólo he encontrado esto, así que mejor pongo la de Parchís.

sábado, 10 de marzo de 2007

Un día que debiera haber sido como cualquier otro

Han pasado ya suficientes horas del Día Internacional de la Mujer como para decidirme a escribir algo. Cada 8 de marzo se celebra este día internacional que antaño se llamo Día de la mujer trabajadora. Si bien la pérdida de este apellido me parece acertada, por innecesario, debo confesar que me dan una grima enorme este tipo de celebraciones. Y no es que me parezca que las mujeres no se merecen un día internacional y los que hagan falta. Mi mosqueo, en realidad, es con las implicaciones que tienen los días internacionales en general.

Día Internacional de la mujer

El hecho de que sea necesario dedicarle, al menos, un día a las mujeres (o a los derechos humanos, o a la infancia, o al SIDA, o al Cáncer...) es la constatación de que algo estamos haciendo mal. Y si bien un evento de este tipo puede ser muy beneficioso para dar a conocer algo nuevo, el que a estas alturas de la película necesitemos de un día internacional para enterarnos de qué está pasando en el mundo con las mujeres me parece vergonzoso. No voy a hacer un alegato de lo que está ocurriendo hoy mismo (y también el pasado día 8) en algún país africano, en una oficina de cualquier empresa o en el piso de al lado. Ni soy la persona adecuada ni creo poder decir nada que la mayoría ya sepáis. De hecho mi intención hoy no era hablar de mujeres, sino de días internacionales.

Mi deseo, en el día internacional de la mujer, fue que muy pronto la mera idea de celebrarlo nos parezca absruda. Que sea un San Corte Inglés, como el día del padre (que ya llega, ves a comprar la corbata) o el día de los enamorados. Que por innecesario esté tan falto de contenido y de sentido que sólo las grandes superficies le encuentren utilidad. Un día en el que nuestras hijas nos pregunten alucinadas para qué coño les sirve ese día y por qué no hay un día de los varones, otro de las mesas y otro de los gansos silvestres. Un día en que el género sea exclusivamente una clase que determina la terminación del adjetivo que acompaña al sustantivo.

Al hilo de éste último punto, sí me gustaría añadir una pequeña reflexión. ¿No estaremos con este tipo de celebraciones perpetuando la diferencia que tanto nos molesta? ¿Obramos correctamente al observar en clave de género las desigualdades que se producen en nuestro mundo? Quizás llamando la atención sobre la discriminación por sexo, orientación sexual, raza, clase social... no hacemos sino incurrir en la misma discriminación. Tal vez es el momento de buscar un nuevo enfoque. Quizás sólo hay una desigualdad: la que se produce entre quien es como yo y quien no lo es. Y esto nos lleva a una únca clase de discriminación: la del que tiene poder frente al que no lo tiene. Si yo aprendo a ver a quien tengo delante como a alguien que es como yo, ¿no presumiré que tiene también mi mismo poder? Y en ese caso, ¿no me cuidaré de discriminarlo, aunque sólo sea por miedo a que él pueda discriminarme igualmente a mí? Es sólo una reflexión absurda sobre lo que debió haber sido una celebración absurda, pero no lo fue.

Y para amenizar un poco tanto rollo, dos cancioncillas que representan dos épocas distintas y que, quizás, algo tienen que ver con el tema del que hablamos.


Rita Pavone - La partita di pallone


Dixie Chicks - The Long Way Around

viernes, 9 de marzo de 2007

El origen encontrado: crónicas bloguelloneras II - 3

Ya hemos visto lo que dio de sí el día anterior al bloguellón, con cena surrealista incluída. A continuación, por fin, la quedada propiamente dicha.

El origen del bloguellón (o viceversa)
El sábado era el día clave. Muerto de sueño me fuipara el quiosco. Montar, colocar los periódicos, cafelito a domicilio, cafelito en Villabragas, reparto en el mercado, algún que otro amontonamiento... Lo de todos los sábados. A mediodía me fui a buscar a la quiosquera para que me hiciera el relevo y a eso de la una pillé el amoto y hacia el barrio más blogoliterario de Barcelona.

Llegué al Born y localicé el restaurante Origens. Para mi asombro, esta vez no era el último. Norma, Blue, Kutxi e Irene ya estaban allí y pronto supimos que Goto venía acompañado. "Será Auror", dijo Blue. Y dicho y hecho, una enorme bolsa con las letras A, U, R, O, y R de nueve se asomó a la puerta del restaurante. Tras ella, la mismísima Auror que finalmente se había animado a venir. Besos, abrazos, presentaciones varias y regalitos! regalitosYo, que había llegado al restaurante sin más complementos que la cámara de fotos, la PDA (por si nos perdíamos) y la bolsa dedicada de Goto (por si no me reconocían), me encontré de repente con una gurbichapita de la Normiga Atómica, un lápiz con barquito personalizado con uno de mis múltiples blogonombres, unos caramelos de Sant Medir y un libro con el que espero aprender a tomarme las cosas con una mijita más de calma. Además, para cuando llegara la foto de grupo enseñable, teníamos frikicaretas a tutiplén. Aquello prometía (y yo que no llevé na de ná, señor...).

Pronto apareció Goto con acompañante sorpresa, Pimienta y Canela, que entonces era lectora en la sombra y desde ya mismito bloguera de pro. Y mientras se cruzaban las conversaciones empezamos a pedir. Las conversaciones siguieron cruzándose mientras comíamos (yo tenía el día campestre y me metí entre pecho y espalda un trinxat de la cerdanya y un civet de jabalí que regamos con dos tintos estupendos que nos recomendó el amigo Goto y de cuyo nombre no puedo acordarme aunque debiera) y seguimos y seguimos conversando incluso durante las escapadillas furtivas a la calle a echar un cigarrito.

Tras el ágape (y el postre, un delicioso pastel de dos chocolates... mmmm) decidimos buscar un lugar tranquilo para seguir charlando. Aprovechamos el entorno para pasear por el casco antiguo, de modo que Kutxi pudiera saborear una tradición tan nuestra como es dar vueltas y vueltas buscando sitio pero sin importarnos mucho si lo encontramos o no. Con la tontería, visitamos la Plaza del Rey, sede de gloriosos momentos patrios como la llegada de Colóm de las Américas o el Pacte del Tinell, especialmente conocida porque allí está un bar maravilloso llamado L'Antiquari, que para nuestra desgracia estaba cerrado. También estaba cerrado el barecito del patio del Museo Marés, lugar tranquilo donde los haya en el que he pasdo muchas tardes de veranito tomando un té helado y leyendo arrullado por el sonido del agua de la fuente que se refleja en las paredes de piedra medieval. También estaba cerrado, pero nos animamos a alegrar la tarde al personal regalándoles las animadas vistas de un grupo de frikis posando con caretas varias.

Acabamos junto a las murallas de la ciudad tomando un cafelito y charlando de lo divino y de lo humano. Sobre todo de lo humano. A saber, la complejidad de las relaciones personales, los avatares de ser gente de bien de día y blogger de noche, las penurias de la hipoteca y las maravillas de... De... Bueno. Las maravillas de eso tan maravilloso cuando se disfruta y tan divertido cuando sale en una conversación de casi-desconocidos. Qué le vamos a hacer. Las kedadas es lo que tienen. Que una vez que te acostumbras a leer esos posts en los que tus compañeros desnudan su alma, puedes esperarte cualquier cosa. Eso sí. La única carne desnuda que vimos fue la de las posaderas de un tío raro con faldita escocesa que daba vuelvas por la zona.

Y en esas que se me hizo tardísimo porque mi macro fin de semana no había hecho sino comenzar. Así que bastante más tarde de lo convenido y con todo el dolor de mi corazón, dejé aquella grata compañía y me fui a buscar mi coche.

Mañana... ¡Caracoles!

jueves, 8 de marzo de 2007

Como no escribo, Cleo

Estaba escribiendo la tercera parte de la crónica y me he dado cuenta de que era una auténtica... Estoy cansado. Tengo sueño. Me voy a dormir. A ver si mañana... Y ya que he decidido que no estoy en condiciones de escribir... pues Cleo al canto. Os dejo un vídeo de esos que te arreglan una sonrisa si no te da por pensar en explotación infantil y tal. Es Cleopatra Stratan, Cleo para los amigos. Su primer gran éxito, Ghita, viene a ser como el Antes muerta que sinsilla de nuestra Maria Isabel, pero a la rumana. Y como no entendemos la letra, muchísimo mejor. ¿A que es una monada? Por cierto. El vídeo lo descubrí hace un tiempo gracias a un post de Kahlo. Ahí va.

miércoles, 7 de marzo de 2007

El origen encontrado: crónicas bloguelloneras II - 2

Seguimos con la crónica del macrofin de semana. Ayer veíamos los antecedentes en un viernes que empezó raro. Por la noche...

Bienvenido Mr. Kutxi

Debo reconocer que estaba un pelín nervioso. El camino lo conocía a la perfección. Trabajé un par de años en ese maravilloso barrio llamado Gracia, al que cada año llegan cientos de estudiantes y turistas para conocer lo que en sus tiempos fue una villa señorial alejada de la convulsa Barcelona. Ahora es uno de los pocos barrios de la ciudad que conservan un sabor propio. Sus fiestas, en las que los vecinos disfrazan las calles en sana competencia con las calles colindantes, son míticas. Si te toca trabajar en esas fechas no es raro que el olor de las sardinas asadas o de una butifarrada popular te empujen a dejar el ordenador y salir a la calle. De hecho, resulta muy difícil trabajar oyendo la música y las risas a pocos metros. Y si no puedes con el enemigo...

Pero no era eso lo que me tenía nerviosito mientras subía en mi ciclomotor por la caye Mayor de Gracia. Aquella noche era el extra previo a la quedada del sábado, y el plato fuerte era conocer a Kutxi.

Conocí a Kutxi en un blog que hace tiempo que frecuento, Fogonazos. Allí mantuvimos una divertidísima disputa sobre el origen de Calderón de la Barca. Me divertí tanto que empecé a visitar su blog, Socio de la soledad, que estaba nuevecito, nuevecito. Allí fui descubriendo a una persona divertida que mostraba con total naturalidad sus inquietudes, sus preocupaciones, sus sueños... Parecía inteligente y sensible, y además escribía bien. Para acabar de completar el pastel, en los comentarios que intercambiábamos (unas veces coincidiendo y otras discrepando) se fue creando una sensación de complicidad y respeto que acortaba día a día los 600 kilómetros que nos separaban. Además, fue en su blog donde descubrí a Norma, y sólo eso ya merece unos nervios previos al encuentro.

Kutxi en mi quioscoCuando llegué a la parada de Fontana me encontré con la imagen habitual a esas horas de la noche. Un mogollón inmenso de gente que, como aquella parejita que miraba a lado y lado, esperan al resto de los colegas para irse de fiesta. Eran Norma y... ¡Kutxi! Habían estado pateandose la ciudad y en su circuito turístico no habían olvidado un cibermonumento como... ¡el quiosco! A partir de ese momento ya todo fue como una seda. Incluso olvidé preguntarle a Norma si cuando me recordaba tan y tan grande se refería a grande a lo alto o a lo ancho...

El primer objetivo estaba cumplido. Ya nos habíamos encontrado. Ahora teníamos que encontrar la literaria Plaça del Diamant. Por suerte nunca salgo de casa sin mi PDA en la que, además de un centenar de libros digitalizados (por si me queda alguna hora muerta entre reunión y reunión), las respectivas citas y alarmas para saber dónde debo estar dentro de diez minutos o los documentos más importantes del trabajo que nunca miro... llevo también la geografía española en forma de mapas interactivos. Total que al rato estábamos sentados en una pizzería esperando a Sandra, la preciosa hermana de Norma que, debo confesarlo, era una motivación tanto o más poderosa que el mismísimo Kutxi para apuntarse a la cena ;)

KutxiectoplasmaY como no podía ser de otro modo con aquellos comensales, la cena acabó convirtiéndose en un capítulo más de una blogonovela surrealista donde realidad y ficción juegan al ratón y al gato. Móviles que desaparecen y vuelven a aparecer en los lavabos (sé que no me leerás nunca, pero seas quien seas, no olvides nunca que la flaqueza que te hizo sucumbir al "impulso" es una anécdota sin importancia comparada con el valor que demostraste arrepintiéndote a tiempo y arrostrando tus actos. De verdad, gracias. Si te sirve de consuelo no fuiste tú. Fue la magia de la red quien te impulsó a cometer el primer error. Y lo solventaste con un par); pizzas que huelen a violetas, e incluso algún que otro fenómeno paranormal del que recogemos testimonio gráfico por si Iker Jiménez nos lee.

La cena y la copichuela posterior se pasaron en un suspiro. Cuando nos dimos cuenta habíamos repasado nuestros orígenes en la red, cómo nos conocimos, quiénes éramos, de dónde veníamos, a dónde íbamos... Incluso nos dio tiempo a hablar de nicks y motes, momento en el que surgió por arte de magia la palabra "castor" y prometí colgar este vídeo:



Mañana... El origen del bloguellón

Aunque es muy tarde, no puedo despedirme sin deciros que mientras escribía he estado escuchando la versión de Fausto que salió el fin de semana pasado (el del bloguellón) con La Vanguardia, y es fantástica. Si a alguno le interesa, creo que en el quiosco aún nos quedan (toma publicidad subliminal) ;) y para que la disfrutéis un poquito había pensado en colgar un vídeo del ária de las joyas, que todo el que haya leído a Tintín conoce gracias a la Castafiore, pero finalmente he optado por poneros el fragmento de una película que me hizo descubrir esta ópera maravillosa. Se trata de una versión de 1990 de El fantasma de la ópera (con Burt Lancaster). Me enamoré de la actriz y, sobre todo, de la música. Bueno, más de la actriz para qué nos vamos a engañar, pero a esa no la tenemos en el quiosco así que nos tendremos que conformar con la obra de Gounoud. Si tenéis paciencia, no os perdáis el dúo final. Ups! Este vídeo no puede ponerse. Os tendréis que conformar con visitar el enlace. Os pongo el otro (será por vídeos...) :S

martes, 6 de marzo de 2007

Tip y Coll, juntos de nuevo

Se nos ha ido José Luis Coll, el tipo de Cuenca (algo que no todos pueden decir) que un buen día se puso un bombín para formar junto a Luis Sánchez Pollack la que probablemente es la mejor pareja de humoristas que ha dado este país. Tip y Coll fueron únicos. Las parejas de humoristas que vinieron luego, algunas también geniales como Martes y Trece o Faemino y Cansado, tuvieron la mejor escuela posible y fueron grandes porque aprendieron de ellos pero sin pretender imitarlos. Os dejo uno de sus gags más célebres. Cómo hacer desternillarse a media España llenando un vaso de agua.



Y la semana que viene, hablaremos del gobierno.

Fallece José Luis Coll, en Lavanguardia.es

El origen encontrado: crónicas bloguelloneras II - 1

Ser el último en hacer la crónica de un bloguellón tiene sus ventajas. Te has paseado por las de todos tus compañeros de risas, sabes qué anécdotas se han contado y puedes incluso permitirte el lujo de contestarlas. La parte negativa es que los demás ya lo han contado todo y mucho mejor, así que cuesta decidir el enfoque. Pero jamás di la espalda a un reto y, además, si en este blog pongo las cosas importantes, no puedo dejarme las más importantes. Vamos al lío.

Viernes raro

Un fin de semana que se precie empieza el jueves noche. Pero como uno tiene una edad, el mío empieza el viernes. Eso sí. Tempranito. Para empezar me duermo y tengo que salir corriendo hacia mi curso de los viernes en Vic (a unos 70 kilómetros de Barcelona). Como salgo más tarde de lo habitual, me arriesgo a salir por el camino más corto. rápidamente recuerdo por qué suelo salir por el más largo. Atasco (luego supe que mi fin de semana empezaba ahí). Llamo para que avisen a los alumnos de que llegaré tarde. Me tomo el atasco con calma y llego aproximadamente una hora tarde (una hora!!!). Mi curso de los viernes es bastante particular. Más de la mitad de los alumnos no hablan una palabra de español lo que me obliga a hacer malabares, utilizar otros alumnos de intérprete... En fin. Que me estoy liando. El asunto es que es el curso más raro y a la vez inútil que jamás he impartido por lo que el retraso me joroba pero no me preocupa. A mis alumnos, tampoco. Cuando llego no hay ni uno. Están todos en un taller que hay montado para críos. Nadie les ha avisado de mi retraso pero tampoco les importa porque han localizado la hoja de firmas, han firmado y, aunque hubiera llegado, no pensaban asistir a clase. Aviso igualmente al centro de que he llegado y antes de abrir la boca me dicen que ya les han avisado de que llegaba tarde y que me esperan en un aula que no conozco. Alucino pepinillos porque sé (me lo acaban de decir) que mis alumnos no vendrán, pero insisten en acompañarme al aula porque me esperan. ¿Quién? ¿Cómo que quién? Los chicos... Me huelo el percal y, antes de que me suelten en un aula repleta de críos les explico que yo soy el profesor de todos los viernes, no el del taller de ese día. Supongo que el colega se ha quedado en el mismo atasco que yo pero no ha podido avisar. Me libro por los pelos.

Me tomo un café, leo tranquilamente el periódico, paso a ver que mis alumnos siguen bien en el taller y me despido de ellos. Faltan dos horas para que termine oficalmente mi clase pero me siento gilipollas perdiendo el tiempo allí con todo lo que tengo que hacer en otros sitios. Si alguien dice algo estaré encantado de explicarle la situación e incluso de deletrearle mi nombre (De, A, Ele, Erre...) para que rellenen bien el despido (cosa difícil porque no tengo contrato alguno, pero vaya).

Llego a casa con tiempo de currar un rato e incluso pasarme por el blog. La quedada está generando muchos mensajes y respondo los que puedo. Me preparo la comida con calma y me pongo las botas.

Un pelín más de ordenador y me voy para clase. Esta vez soy alumno. Como por la mañana no he hablado nada, todo va de perlas. Arias de Tebaldo, Rodolfo y Sextus del tirón. Me siento tan bien que me paso por el quiosco a saludar. Me tomo un cafelito en Villabragas mientras departo amigablemente con mi manchega preferida. A una hora razonable me voy a casita a arreglarme para la primera fase de los festejos blogueriles.

Mañana... Bienvenido Mr. Kutxi

Sí. Aún falta lo mejor. Pero estoy muerto de sueño y como mañana no vais a currar por mí ni a ir a la reunión con la jefa que ha adelantado con alevosía del jueves al martes y en la que tengo que explciar con detalle cómo va un proyecto del que no tengo ni idea... En fin. Que me voy a dormir. No sin antes agradeceros a todos las muestras de apoyo y las felicitaciones. Mira que llegáis a ser majos...

Y por cierto, vuelvo a poner la coña esa de la verificación de palabra porque en cuarenta y ocho horas he tenido que borrar 7 espames de las narices.

viernes, 2 de marzo de 2007

Los quiosqueros también ríen

Sin que sirva de precedente, he colgado un post alegre en Pies para quiosquero. Si queréis saber quién es la preciosidad de la foto, pasaos por allí. :D

La Gotita

Pies para quiosquero: Los quiosqueros también ríen

jueves, 1 de marzo de 2007

Payasos

Charly Rivel - Francesc Català-RocaSiguiendo la dinámica de las últimas semanas, esta vez es Susana la que me da el empujoncito para asomarme al blog. Mi idea era postear mañana (sí, hoy, pero habiendo dormido algo en medio) con eso de que ya es marzo y probablemente las cosas empiecen a calmarse. Pero que todavía en febrero (que he dicho que hasta que no dé por concluído el día y el mes con una cabezadita, sigo en febrero) con todo lo que llevo mellamen vago en mi propia casa es una afrenta que no puede quedar sin respuesta. Así pues, y antes de irme al catre, post dedicado a Su para que vaya haciendo boca para nuestro encuentro de abril (sí, sí; aún no hemos tenido el de marzo y ya estamos preparando el de abril, que a los vagos se nos acumula la faena).

El detonante del post ha sido la motivación de Su para pasarse por estos lares. Viene a un curso de clowns, algo que me parece de por sí lo suficientemente maravilloso como para merecer este post, los cuatro blogs de Su y cuantos hagan falta. Y es que el hecho de que en este mundo de marketings, prisas, aglomeraciones y estreses varios, el que sigan existiendo personas interesadas en acudir a un sitio donde enseñan el maravilloso arte de arrancar sonrisas me parece algo maravilloso. Una de esas cosillas que nos permiten manetner la esperanza de que no todo está perdido.

Los payasos de la teleMi relación con el mundo de la risa y más concretamente con el de los payasos viene de lejos. En mi más tierna infancia me encantaba el circo, aunque lo pasaba fatal viendo a los trapecistas. Por aquel entonces teníamos a los payasos de la tele, que eran capaces de hacer reir a los niños sin tener que enseñar el culo, soltar tacos o mofarse de minorías. Eran otros tiempos en los que un pastelazo o el más inocente equívoco de palabras nos bastaba para desternillarnos. Pero en realidad, cuando aprendí a apreciar a los payasos fue más tarde. Cuando estaba algo más crecidito y, quizás, bastante más desencantado con todo lo que me rodeaba. Cuando empezaba a echar de menos la candidez e inocencia de aquellos que no tienen miedo a preguntar por qué una y mil veces, ya que nadie les ha enseñado aún que la muestra más insignificante de debilidad, ya sea en forma de lágrimas o vislumbrando ignorancia sobre cualquier aspecto, es una invitación a que cualquiera se te suba a la chepa a echar sal en tus heridas.

Miguel de UnamunoEn esas cabilaciones cayó en mis manos un libro que me hizo replantearme muchas cosas. Entre ellas, el verdadero significado del payaso. El libro no era otro que "San Manuel Bueno martir", de Miguel de Unamuno. En él aparecía un payaso. Muy brevemente. Pero su historia me golpeó. Rescato el fragmento:

Una vez pasó por el pueblo una banda de pobres titiriteros. El jefe de ella, que llegó con la mujer grave- mente enferma y embarazada, y con tres hijos que le ayudaban, hacía de payaso. Mientras él estaba en la plaza del pueblo haciendo reír a los niños y aun a los grandes, ella, sintiéndose de pronto gravemente indispuesta, se tuvo que retirar, y se retiró escoltada por una mirada de congoja del payaso y una risotada de los niños. Y escoltada por Don Manuel, que luego, en un rincón de la cuadra de la posada, la ayudó a bien morir. Y cuando, acabada la fiesta, supo el pueblo y supo el payaso la tragedia, fuéronse todos a la posada y el pobre hombre, diciendo con llanto en la voz: «Bien se dice, señor cura, que es usted todo un santo», se acercó a este queriendo tomarle la mano para besársela, pero Don Manuel se adelantó, y tomándosela al payaso, pronunció ante todos:

-El santo eres tú, honrado payaso; te vi trabajar y comprendí que no sólo lo haces para dar pan a tus hijos, sino también para dar alegría a los de los otros, y yo te digo que tu mujer, la madre de tus hijos, a quien he despedido a Dios mientras trabajabas y alegrabas, descansa en el Señor, y que tú irás a juntarte con ella y a que te paguen riendo los ángeles a los que haces reír en el cielo de contento.

Y todos, niños y grandes, lloraban, y lloraban tanto de pena como de un misterioso contento en que la pena se ahogaba. Y más tarde, recordando aquel solemne rato, he comprendido que la alegría imperturbable de Don Manuel era la forma temporal y terrena de una infinita y eterna tristeza que con heroica santidad recataba a los ojos y los oídos de los demás.


San Manuel Bueno martir. Miguel de Unamuno. Extraído de aquí.

La figura de estas personas que dedican su vida alegrar las de niños y adultos, sobreponiéndose en ocasiones a sus propios problemas, creo que merece nuestro respeto y admiración. Por eso no soporto que se utilice la palabra "payaso" como insulto. En definitiva, todos hemos sido alguna vez un poco payasos y hemos puesto una máscara (con una enorme nariz colorada) que tapaba nuestras penas para obtener la sonrisa de alguien que la necesitaba.

En la misma línea, aunque mucho más trágica, se encuentra la que sin lugar a dudas es mi aria preferida. Pertenece, como no podía ser de otro modo, a la ópera I Pagliacci, de Ruggero Leoncavallo. Cuenta la vida de unos comediantes que van por los pueblos representando la comedia del arte. Hacia el final del primer acto, Canio, quien representa a Pagliacio, se entera de que su mujer le es infiel. Pero no hay tiempo para averiguar qué pasa. El espectáculo está a punto de empezar. Justo antes de que caiga el telón para volver a abrirse con un último acto en el que el teatro y la vida acabarán por confundirse, Canio canta su particular versión de "Show must go on". Canio, en esta ocasión concreta, es Mario del Mónaco, en una interpretación quizás poco ortodoxa pero, a mi juicio, impresionante. Disfrutadla, y buenas noches.