Para los que aún no lo saben, se están montando un par de bloguellones en Madrid para el fin de semana del 21 de julio. El hecho de que coincidan ha sido casualidad. Pese a que entre los perpetradores en ambos bandos hay blogueros que leen los mismos blogs. Así que me he tomado la libertad de okupar un post en el blog de una persona que ya ha dicho que no irá (pequeña maldad...) para hablar del asunto en terreno neutral Y de paso, los que aún no lo habéis hecho conocéis un blog genial.
Si queréis conspirar, pasaos por este post de bloggesa.
sábado, 23 de junio de 2007
jueves, 14 de junio de 2007
Autores que cantan
Seguimos con los temas musicales. Ayer se dio a conocer una noticia que me hizo pensar en una idea que barajaba desde hacía un tiempo. La noticia fue la concesión del premio Príncipe de Asturias de las Artes a Bob Dylan.
El músico Bob Dylan gana el Premio Príncipe de Asturias de las Artes | elmundo.es
Hace un tiempo que tenía la idea de hablar de cantautores. Pero de un aspecto que me resulta muy interesante de ciertos cantautores. ¿Os habéis fijado en que hay algunos que hacen unas canciones maravillosas, pero especialmente cuando las cantan otros? Supongo que debe ser muy frustrante hacer una canción increíble y que todo el mundo, al oirla, se acuerde de quien la versionó o asegure que le gusta más cantada por otro. De hecho no tiene nada de raro. Hay autores que cantan y cantantes que escriben. Pero que hagan genial las dos cosas... más bien poquitos.
En cualquier caso, el gran icono de este grupo de cantautores cuyas canciones suenan mucho mej.... (uy lo que estaba diciendo...) este.... quiero decir, cuyas canciones suenan muy diferentes en otras voces, ese es Bob Dylan. Para muestra, estos botones:
Mr. Tambourine Man (Dylan vs. The Birds)
Knoking on heaven's door (Dylan vs. Guns n' Roses)
Blowin' in the wind (Dylan vs. Joan Baez)
La verdad es que, escuchándolas ahora juntas... jo. Cómo molan las versiones de Dylan. Especialmente las más antiguas, con ese puntito friki que le da el cacharrín pa' la armónica... Hay muchísimas más versiones sobre Dylan y muchos otros artistas. Las iremos viendo. ¿Alguna propuesta?
El músico Bob Dylan gana el Premio Príncipe de Asturias de las Artes | elmundo.es
Hace un tiempo que tenía la idea de hablar de cantautores. Pero de un aspecto que me resulta muy interesante de ciertos cantautores. ¿Os habéis fijado en que hay algunos que hacen unas canciones maravillosas, pero especialmente cuando las cantan otros? Supongo que debe ser muy frustrante hacer una canción increíble y que todo el mundo, al oirla, se acuerde de quien la versionó o asegure que le gusta más cantada por otro. De hecho no tiene nada de raro. Hay autores que cantan y cantantes que escriben. Pero que hagan genial las dos cosas... más bien poquitos.
En cualquier caso, el gran icono de este grupo de cantautores cuyas canciones suenan mucho mej.... (uy lo que estaba diciendo...) este.... quiero decir, cuyas canciones suenan muy diferentes en otras voces, ese es Bob Dylan. Para muestra, estos botones:
Mr. Tambourine Man (Dylan vs. The Birds)
Knoking on heaven's door (Dylan vs. Guns n' Roses)
Blowin' in the wind (Dylan vs. Joan Baez)
La verdad es que, escuchándolas ahora juntas... jo. Cómo molan las versiones de Dylan. Especialmente las más antiguas, con ese puntito friki que le da el cacharrín pa' la armónica... Hay muchísimas más versiones sobre Dylan y muchos otros artistas. Las iremos viendo. ¿Alguna propuesta?
martes, 12 de junio de 2007
Cantadas
En las últimas semanas se me ha acusado justamente de vago por escribir poco. Además, últimamente estoy apareciendo en varios blogs en diversas fases de gambiteo. Que si antikaraokes, que si karaokes, que si singstar karaokes... Uf. Algunos han podido ver claramente que con un cubata en la mano izquierda y un micro en la derecha soy un peligro. Así que he buscado un par de videos donde no haya ni cubatas ni micros. La grabación, caserilla, fue hecha el pasado viernes. Una amiga ofreció un recital que hacía las veces de examen final de su postgrado de canto y voy a compartir un par de momentos con vosotros. Como los solos son aburridos, cuelgo los dos cuartetos que interpretaron (si contamos a la pianista, ¡impares!). Espero que disfrutéis tanto como yo. Lo mejor, los caretos del tenor ;)
Don Giovanni - Mozart. Non ti fidar... (Quartet)
Doña Elvira se presenta ante Doña Ana para advertirle de lo cabronazo que es Don Juan.
La Boheme - Puccini. Dunque proprio finita... (Quartet)
Mimí se despide de Rodolfo mientras Marcelo y Musetta se pelean.
Don Giovanni - Mozart. Non ti fidar... (Quartet)
Doña Elvira se presenta ante Doña Ana para advertirle de lo cabronazo que es Don Juan.
La Boheme - Puccini. Dunque proprio finita... (Quartet)
Mimí se despide de Rodolfo mientras Marcelo y Musetta se pelean.
sábado, 9 de junio de 2007
Sin prejuicios
Hace unas semanas el gobierno polaco nos sorprendía a todos de nuevo con el anuncio de una investigación sobre los Teletubbies. En alg@2 (ese apartado que aparece en el menú de la izquierda bajo el poco sugerente título de breves) reflexionaba sobre lo que los parlamentarios polacos podrían entender por "promover la homosexualidad". Y eso me llevó a la vieja pregunta: ¿el gay nace o se hace?
Lo cachondo del asunto es que la pregunta en sí implica una trampa. Si una persona nace gay enseguida tendremos de la mano a los que consideran la homosexualidad como una especie de malformación congénita que podemos detectar con un estudio genético y, por tanto, "curar" con terapia génica. Si, por contra, las personas no nacen con una orientación sexual definida sino que la adquieren con el paso de los años podemos detectar el momento en que "se desvían" y reeducarlos para que se conviertan en personas "de bien". En definitiva todo nos lleva a lo mismo. Podremos avanzar socialmente, ampliar nuestras perspectivas, abrir nuestra mente... pero antes o después chocaremos con la realidad de nuestros propios prejuicios.
¿Por qué digo todo esto? Pues porque el otro día tuve una interesante conversación con cuatro jovencitas que presentaban un trabajito de curso sobre "las dificultades que sufren los homosexuales para integrarse en nuestra sociedad". Como soy pelín cabrón mi primera pregunta las dejó un poco chafadas. ¿Tenéis prejuicios? Por supuesto que no, dijeron al unísono. Somos muy tolerantes.
Tolerancia. El luenguaje es más cabrón que yo y me daba el primer argumento para tirar del hilo. ¿Qué significa ser tolerante? Que toleras... ¿Y qué es tolerar? Vamos al diccionario.
La cuarta acepción es la nuestra, por supuesto, pero las otras tres... Nuestras chicas sin prejuicios sufren, llevan con paciencia, permiten algo que no tienen por lícito, sin aprobarlo expresamente. Eso sí. Con respeto.
Uno de los argumentos que utilizaron para reafirmar su "tolerancia" fue el sufrido "tengo amigos gays". Hoy en día todos tenemos amigos gays. Y lo utilizamos como si eso significara algo. "Eh, eh... Yo no soy homófobo que tengo amigos gays". Pues me parece muy tolerante por tu parte. Mientras te mantengas a distancia prudencial para que no se te pegue...
Seguimos tirando del hilo y al final de dos horas largas de conversación había quedado clarísimo que de prejuicios, nada. Las lesbianas se veían de una hora lejos por ser bajitas, rechonchas, con el pelo corto y pinta de camioneras. Los gays destacan por su pluma pese a que, ojito, algunos "parecen normales, vamos, quiero decir, muy machos". Además se ayudan entre ellos como una mafia y están todos forraos (si no, no son gays, sólo maricones). Y en general son promiscuos y no tienen ningún miedo de "dar el espectáculo en mitad de una tienda" (el espectáculo es, válgame Dios, besarse en público). Los bisexuales... bueno, aquí hubo diversidad de opiniones pero dos de cuatro opinaron que eso era vicio y una tercera tenía sus dudas.
Al final no pude resistirme a hacerles la preguntita. ¿El gay nace o se hace? Empate a dos. Discutimos las implicaciones de cada respuesta y las vi abatidas. Volví a preguntar. ¿Alguna tiene prejuicios? Silencio. Al fin una da un paso al frente (y eso que estábamos sentados) y confiesa. Sí. Tengo prejuicios. Te queremos, valiente. Otra. Yo también. Y la otra. Y la otra.
Dos horas de conversación muy fructíferas. Tener prejuicios es chungo. Pero más aún no saber que los tienes. Cada cual nos hemos criado en el ambiente que nos hemos criado y nos hemos hecho una idea de lo que para nosoros es "normal". La vida te va enseñando que hay muchas otras cosas absolutamente normales que desconocías de pequeño. Pero tenemos la educaión que tenemos, y el idioma que tenemos (con sus expresiones sexistas, homófobas y etnocéntricas). Y el primer paso para avanzar es reconcer nuestras propias limitaciones. Yo tengo prejuicios. ¿Me ayudáis a superarlos?
PD.- Creo que las chicas superarán el curso. Un año entero de curso no les sirvió de mucho. Pero dos horas en la cafetería les han sido suficientes para darse cuenta de ello. La universidad, tal y como la conocemos, hace aguas por todas partes. Pero esa es otra historia. Y quizás hay esperanzas. Sólo hay que cerrar aulas y abrir más bares.
PD2.- Seguramente los polacos vieron este video. Claro.
PD3.- Y para acabar una dosis de "cura antigay" made by Los Simpsons
Lo cachondo del asunto es que la pregunta en sí implica una trampa. Si una persona nace gay enseguida tendremos de la mano a los que consideran la homosexualidad como una especie de malformación congénita que podemos detectar con un estudio genético y, por tanto, "curar" con terapia génica. Si, por contra, las personas no nacen con una orientación sexual definida sino que la adquieren con el paso de los años podemos detectar el momento en que "se desvían" y reeducarlos para que se conviertan en personas "de bien". En definitiva todo nos lleva a lo mismo. Podremos avanzar socialmente, ampliar nuestras perspectivas, abrir nuestra mente... pero antes o después chocaremos con la realidad de nuestros propios prejuicios.
¿Por qué digo todo esto? Pues porque el otro día tuve una interesante conversación con cuatro jovencitas que presentaban un trabajito de curso sobre "las dificultades que sufren los homosexuales para integrarse en nuestra sociedad". Como soy pelín cabrón mi primera pregunta las dejó un poco chafadas. ¿Tenéis prejuicios? Por supuesto que no, dijeron al unísono. Somos muy tolerantes.
Tolerancia. El luenguaje es más cabrón que yo y me daba el primer argumento para tirar del hilo. ¿Qué significa ser tolerante? Que toleras... ¿Y qué es tolerar? Vamos al diccionario.
tolerar.
(Del lat. tolerāre).
1. tr. Sufrir, llevar con paciencia.
2. tr. Permitir algo que no se tiene por lícito, sin aprobarlo expresamente.
3. tr. Resistir, soportar, especialmente un alimento, o una medicina.
4. tr. Respetar las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias.
Real Academia Española ©
La cuarta acepción es la nuestra, por supuesto, pero las otras tres... Nuestras chicas sin prejuicios sufren, llevan con paciencia, permiten algo que no tienen por lícito, sin aprobarlo expresamente. Eso sí. Con respeto.
Uno de los argumentos que utilizaron para reafirmar su "tolerancia" fue el sufrido "tengo amigos gays". Hoy en día todos tenemos amigos gays. Y lo utilizamos como si eso significara algo. "Eh, eh... Yo no soy homófobo que tengo amigos gays". Pues me parece muy tolerante por tu parte. Mientras te mantengas a distancia prudencial para que no se te pegue...
Seguimos tirando del hilo y al final de dos horas largas de conversación había quedado clarísimo que de prejuicios, nada. Las lesbianas se veían de una hora lejos por ser bajitas, rechonchas, con el pelo corto y pinta de camioneras. Los gays destacan por su pluma pese a que, ojito, algunos "parecen normales, vamos, quiero decir, muy machos". Además se ayudan entre ellos como una mafia y están todos forraos (si no, no son gays, sólo maricones). Y en general son promiscuos y no tienen ningún miedo de "dar el espectáculo en mitad de una tienda" (el espectáculo es, válgame Dios, besarse en público). Los bisexuales... bueno, aquí hubo diversidad de opiniones pero dos de cuatro opinaron que eso era vicio y una tercera tenía sus dudas.
Al final no pude resistirme a hacerles la preguntita. ¿El gay nace o se hace? Empate a dos. Discutimos las implicaciones de cada respuesta y las vi abatidas. Volví a preguntar. ¿Alguna tiene prejuicios? Silencio. Al fin una da un paso al frente (y eso que estábamos sentados) y confiesa. Sí. Tengo prejuicios. Te queremos, valiente. Otra. Yo también. Y la otra. Y la otra.
Dos horas de conversación muy fructíferas. Tener prejuicios es chungo. Pero más aún no saber que los tienes. Cada cual nos hemos criado en el ambiente que nos hemos criado y nos hemos hecho una idea de lo que para nosoros es "normal". La vida te va enseñando que hay muchas otras cosas absolutamente normales que desconocías de pequeño. Pero tenemos la educaión que tenemos, y el idioma que tenemos (con sus expresiones sexistas, homófobas y etnocéntricas). Y el primer paso para avanzar es reconcer nuestras propias limitaciones. Yo tengo prejuicios. ¿Me ayudáis a superarlos?
PD.- Creo que las chicas superarán el curso. Un año entero de curso no les sirvió de mucho. Pero dos horas en la cafetería les han sido suficientes para darse cuenta de ello. La universidad, tal y como la conocemos, hace aguas por todas partes. Pero esa es otra historia. Y quizás hay esperanzas. Sólo hay que cerrar aulas y abrir más bares.
PD2.- Seguramente los polacos vieron este video. Claro.
PD3.- Y para acabar una dosis de "cura antigay" made by Los Simpsons
sábado, 2 de junio de 2007
Gran donante 2: el método Seagal
Los que conocen mis gustos cinematográficos saben lo poquito que me gustan las pelis de Steven Seagal. Siempre las comparo con las pelis de Van Damme. Amus a ver... Que yo no tengo nada contra el cine comercial. Es más, los disfruto mucho. Y dentro del cine comercial tampoco tengo nada contra el de puñetazos. El cine también es entretenimiento y estas pelis cumplen su función. Pero para mi argumento me viene bien expresarlo en estos términos, así que no me toméis al pie de la letra.
Cuando comparo las pelis de Van Damme con las de Steven Seagal siempre digo que su principal punto en común es que son una mierda. Pero la gran diferencia es que las del primero son una mierda sin complejos, que no se avergüenzan de serlo y hasta se ríen de ello. Sin embargo, las de Steven Seagal son una mierda acomplejada, tanto, que se disfrazan de mierda con mensaje. Un mensaje de mierda, por supuesto. Si quieres volar edificios, repartir hostias y pegar tiros, hazlo. Pero no nos vendas la moto de que lo haces por denuncia social o ecologismo...
Toda esta idiotez para decir que lo del Gran Donante viene a ser lo mismo.
Hace un par de días os contaba mi indignación ante la noticia del estreno ayer de El Gran Show del Donante, el programa en el que se enfrentaría a una enferma terminal ante tres posibles receptores de uno de sus riñones (por cierto, no me acordé de preguntar qué diablos pensaban hacer con el otro). Pues bien. Hoy la prensa se hace eco de que el programa, fíjate tú, era un montaje para "sensibilizar sobre la donación de órganos".
Está claro que no soy el único ingenuo del planeta. Y no me refiero a la ingenuidad de creerse que realmente iban a hacer el programa como se había planteado (el mero hecho de que lo viéramos posible ya es de por sí suficientemente indicativo). Me refiero a la ingenuidad de los periodistas que cortan y pegan trozos del comunicado de prensa haciéndole el juego a esta caterva de patanes. No seamos idiotas. Los señores de endemol no quieren sensibilizarnos sobre nada. Y el hecho de que durante esta semana se hayan multiplicado en Holanda las altas en centros de donantes no es sino un efecto secundario del bochornoso espectáculo al que hemos asistido y un síntoma de la estupidez colectiva en la que vivimos.
Endemol es una empresa que vive de esa estupidez. Cuanto más estúpidos somos y más les seguimos el juego más audiencia consiguen y, por tanto, más dinero ganan. En esta ocasión han hecho exáctamente lo que criticábamos. Aprovechar para sus fines comerciales el sufrimiento de millones de personas. Y son tan cínicos que además lo disfrazan de solidaridad. Algunos verán en esta acción una crítica a una sociedad que se lo cree todo y que sólo se moviliza ante la provocación. Pero yo, de nuevo ingenuo, soy de los que creen que la provocación sólo puede llamarse como tal cuando se hace con inteligencia, con sutileza. Cuando se critica a la sociedad que te observa colocándola ante un espejo en el que puede reconocer sus males. El problema aquí es que el mal que nos han mostrado lo provocan ellos. No es un crítico ante una sociedad enferma. Es un virus riéndose del cuerpo que devora. Si podemos indignarnos ante la idea de que alguien explote el sufrimiento es precisamente porque ellos llevan años haciéndolo. Y que además se rían de nosotros por ello (al tiempo que se siguen llenando los bolsillos) es absolutamente mezquino.
Lo positivo de todo esto es que no hemos llegado a la cúspide. El programa que se planteó aún no se ha hecho y por tanto no podemos medir sus efectos. Aún podemos soñar con la idea de que, de haberse hecho, la gente hubiera pasado. Soñar. Porque el anzuelo estuvo ahí, y picamos.
El 'Gran espectáculo del donante' fue un montaje para sensibilizar sobre donaciones de órganos | El Periódico de Catalunya | Sociedad
Cuando comparo las pelis de Van Damme con las de Steven Seagal siempre digo que su principal punto en común es que son una mierda. Pero la gran diferencia es que las del primero son una mierda sin complejos, que no se avergüenzan de serlo y hasta se ríen de ello. Sin embargo, las de Steven Seagal son una mierda acomplejada, tanto, que se disfrazan de mierda con mensaje. Un mensaje de mierda, por supuesto. Si quieres volar edificios, repartir hostias y pegar tiros, hazlo. Pero no nos vendas la moto de que lo haces por denuncia social o ecologismo...
Toda esta idiotez para decir que lo del Gran Donante viene a ser lo mismo.
Hace un par de días os contaba mi indignación ante la noticia del estreno ayer de El Gran Show del Donante, el programa en el que se enfrentaría a una enferma terminal ante tres posibles receptores de uno de sus riñones (por cierto, no me acordé de preguntar qué diablos pensaban hacer con el otro). Pues bien. Hoy la prensa se hace eco de que el programa, fíjate tú, era un montaje para "sensibilizar sobre la donación de órganos".
Está claro que no soy el único ingenuo del planeta. Y no me refiero a la ingenuidad de creerse que realmente iban a hacer el programa como se había planteado (el mero hecho de que lo viéramos posible ya es de por sí suficientemente indicativo). Me refiero a la ingenuidad de los periodistas que cortan y pegan trozos del comunicado de prensa haciéndole el juego a esta caterva de patanes. No seamos idiotas. Los señores de endemol no quieren sensibilizarnos sobre nada. Y el hecho de que durante esta semana se hayan multiplicado en Holanda las altas en centros de donantes no es sino un efecto secundario del bochornoso espectáculo al que hemos asistido y un síntoma de la estupidez colectiva en la que vivimos.
Endemol es una empresa que vive de esa estupidez. Cuanto más estúpidos somos y más les seguimos el juego más audiencia consiguen y, por tanto, más dinero ganan. En esta ocasión han hecho exáctamente lo que criticábamos. Aprovechar para sus fines comerciales el sufrimiento de millones de personas. Y son tan cínicos que además lo disfrazan de solidaridad. Algunos verán en esta acción una crítica a una sociedad que se lo cree todo y que sólo se moviliza ante la provocación. Pero yo, de nuevo ingenuo, soy de los que creen que la provocación sólo puede llamarse como tal cuando se hace con inteligencia, con sutileza. Cuando se critica a la sociedad que te observa colocándola ante un espejo en el que puede reconocer sus males. El problema aquí es que el mal que nos han mostrado lo provocan ellos. No es un crítico ante una sociedad enferma. Es un virus riéndose del cuerpo que devora. Si podemos indignarnos ante la idea de que alguien explote el sufrimiento es precisamente porque ellos llevan años haciéndolo. Y que además se rían de nosotros por ello (al tiempo que se siguen llenando los bolsillos) es absolutamente mezquino.
Lo positivo de todo esto es que no hemos llegado a la cúspide. El programa que se planteó aún no se ha hecho y por tanto no podemos medir sus efectos. Aún podemos soñar con la idea de que, de haberse hecho, la gente hubiera pasado. Soñar. Porque el anzuelo estuvo ahí, y picamos.
El 'Gran espectáculo del donante' fue un montaje para sensibilizar sobre donaciones de órganos | El Periódico de Catalunya | Sociedad
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