miércoles, 31 de diciembre de 2008

Feliz 200... ¿ya es 2009?

2008 se acaba. Para muchos es el año de la crisis. Para éste blog, eso se queda corto. Es probablemente el año en que menos he escrito. Tanto es así, que me parecía hipócrita escribir una felicitación de año nuevo. Si en 2008 apenas he escrito... ¿sería justo ponerme ahora a redactar un post kilométrico (eso sí lo tengo, escribo pocas veces pero cuando me pongo...) como si nada hubiera pasado?

Por supuesto que no. Así que coherentemente con la perrez demostrada este 2008... mi felicitación va un vídeo cutre hecho en dos minutillos, sin guión y, como se verá, sin ideas.

Que 2009 cumpla todas vuestras expectativas (lo siento por los pesimistas...) y que podamos vernos más y mejor.



¡Feliz 2009 a tod@s!

d@lr

miércoles, 3 de diciembre de 2008

La quimera de la objetividad

objetividad.
1. f. Cualidad de objetivo.

objetivo, va.
1. adj. Perteneciente o relativo al objeto en sí mismo, con independencia de la propia manera de pensar o de sentir.
2. adj. Desinteresado, desapasionado.
3. adj. Fil. Que existe realmente, fuera del sujeto que lo conoce.
4. adj. Med. Dicho de un síntoma: Que resulta perceptible.
5. m. objeto (‖ fin o intento).
6. m. Mil. Blanco para ejercitarse en el tiro.
7. m. Mil. Cualquier otro objeto sobre el que se dispara un arma de fuego.
8. m. Mil. Punto o zona que se pretende alcanzar u ocupar como resultado de una operación militar.
9. m. Ópt. Lente o sistema de lentes de los instrumentos ópticos, colocado en la parte que se dirige hacia el objeto.

Real Academia Española © Todos los derechos reservados

QuimeraLa historia de la paleontología está plagada de grandes hallazgos y algún que otro chasco que, visto con perspectiva, resulta gracioso, aunque no debió serlo para los implicados. Cuando esta ciencia empezaba a constituirse como tal y las técnicas que hoy utilizamos no existían o estaban en fase de desarrollo, era relativamente frecuente que, ya bien por ignorancia del aspirante a paleontólogo, por anteponer el ansia de un gran descubrimiento al rigor o, en ocasiones, por una bromilla de alguno de sus colegas (apasionante la historia del Hombre de Piltdown), en ocasiones saltó a los medios un hallazgo espectacular que a la postre se quedaría en espectacular fiasco. Entre ellos tenemos el caso de las quimeras: unos interesantísimos fósiles que hicieron aflorar las más descabelladas teorías sobre la evolución pero que, a la postre, quedaron en nada al descubrirse que no se trataba de los huesos de un único animal extraño sino de varios de sobras conocidos. Así, por ejemplo, al igual que la quimera de la mitología era cabra, serpiente y dragón en uno, el fósil que fuera durante un tiempo bautizado como homogalluscapri pasó en un santiamén de eslabón perdido a marranote perdido cuando se descubrió que eran los huesos de un hombre neolítico que murió al derrumbarse un pajar mientras fornicaba con una gallina ante la mirada expectante de una cabra.

GallifanteLo del homogalluscapri es una chorrada que me he inventado (lo del fósil, no el hecho de que... en fin) pero la cuestión es que los humanos seguimos montando quimeras tomando de aquí y de allá lo que nos conviene para montar una fantasía interesante para el que la escucha a partir de varias realidades interesantes para los que las vivieron. Lo de la objetividad viene a ser más o menos eso.

Hasta la saciedad he repetido que la objetividad no existe y, de existir, no tendría el más mínimo interés. Es una afirmación en dos partes, aunque rara vez nadie se para a escuchar la segunda. Voy a explicarme a ver si zanjamos el tema de una vez.

Dice el diccionario que la objetividad es la cualidad de objetivo, y objetivo es aquello relativo al objeto en sí mismo, con independencia de la propia manera de pensar y sentir. Algo desinteresado y desapasionado. Para los filosófos, y yo no lo soy, es algo que existe realmente fuera del sujeto que lo conoce. Si fuera filósofo empezaría a preguntarme si un arbol que cae en mitad del bosque ha caído realmente o ha hecho ruido. Pero como no lo soy me preocupan las ardillas que tenían su nido en el pobre árbol y no tengo valor de ir a preguntarles su opinión. Como lo que soy es una persona interesada en las personas y en cómo se comunican me centraré en la objetividad en el campo que nos ocupa que es el de la comunicación y, más concretamente, el de los medios de comunicación.

Todos los códigos deontológicos de la profesión periódistica, así como los libros de estilo de todos los medios de comunicación hacen en algún momento referencia a la total sumisión al principio de la objetividad, como una condición irrenunciable de todo trabajo periodístico que merezca tal nombre. Lo que no es objetivo es una manipulación inaceptable que se debe denunciar a toda costa. Y para lograr dicha objetividad se encomiendan a las llamadas "rutinas de producción" que implican básicamente contrastar todas las informaciones y aportar cuanto menos dos fuentes fiables que corroboren la veracidad de los hechos narrados. Los hechos, contrastables y corroborables son la base del periodismo riguroso.

El niño y la serpienteDesgraciadamente para los fanáticos de la objetividad, el hecho objetivo, la realidad filosófica, no pueden comunicarse. El único modo de conocer una realidad es vivirla y conocerla supone percibirla mediante los sentidos y entenderla. Es decir. Relacionarla con lo que ya sabemos e interpretarla en función de nuestros conocimientos previos. Nuestra experiencia de un hecho es, por definición, subjetiva, en tanto que no podemos desligar dicha experiencia de las experiencias previas. Por eso los filósofos que hablan de objetividad se refieren a la realidad "fuera del sujeto que lo conoce" ya que dentro, al entrar en contacto con lo que conocía previamente, ya es subjetiva. Por este motivo dos personas que han vivido una misma situación reaccionan y, evidentemente, la relatan de maneras absolutamente distintas. Por poner un ejemplo, ante el sonido del cascabel de un crótalo, alguien que siempre ha vivido en una ciudad y no ve documentales de La 2 sentirá curiosidad por el extraño sonido, un especialista en serpientes sentirá una enorme emoción ante la posibilidad de encontrar un ejemplar interesante, alguien a quien haya picado una cascabel sentirá pánico y un niño buscará emocionado el sonajero con el que jugar. Cuatro personas ante una misma realidad, cuatro experiencias distintas.

Pero quizás estoy hilando muy fino. Vamos a olvidarnos de filosofías y a suponer que nuestros periodistas se encuentran ante un hecho que podrían vivir todos más o menos del mismo modo. Para cumplir con su mandato de objetividad deben acercarse al hecho de forma desapasionada y desinteresada, con independencia de la propia forma de pensar y sentir. El buen periodista, el periodista objetivo, es el que nos informa sin pensar ni sentir. Determina qué es noticia sin pensar ni sentir. Le da una jerarquía dentro del medio sin pensar ni sentir. Le asigna un espacio y unos recursos gráficos sin pensar ni sentir y, sin pensar ni sentir, busca las fuentes de información, contrasta, corrobora... para, siempre sin pensar ni sentir, escribir finalmente una pieza totalmente objetiva. Qué profesión más interesante la que puede realizarse sin necesidad de pensar ni sentir.

Todas las acciones que he nombrado, seleccionar, jerarquizar.., son labores constantes del periodista y son, por definición, subjetivas. A mi medio de comunicación le pido que me proporcione información de aquellos acontecimientos que ocurren más allá de mi entorno inmediato pero que pueden afectarme de algún modo. y espero que al hacerlo se tomen la molestia de pensar y sentir qué puede serme más útil. Y si lo hacen apasionadamente, tanto mejor. Que lo hacen interesadamente debo presuponerlo si no soy un ingenuo ya que los medios son empresas con objetivos (económicos, políticos, sociales...) claros y sus redactores personas con intereses e inquietudes. Y no hay nada más estúpido que pretender que alguien pueda olvidarse de sus inquietudes e intereses mientras hace su trabajo. Yo no puedo. Y por eso trabajo inquieta e interesadamente, pensando y sintiendo sin parar. De una forma total y naturalmente subjetiva.

Paul NewmanPero vamos a suponer, a mucho suponer, que hubiera una forma de observar el mundo y explicarlo sin pensar y sin sentir. Que pudiéramos encontrar unos criterios totalmente objetivos y el modo de aplicarlos en la observación de la realidad. En tal caso, un mismo hecho sólo podría explicarse de una forma. La forma objetiva. Un trabajo mecánico que ante unos mismos hechos nos daría resultados idénticos. Y así, las noticias se organizarían siguiendo funciones matemáticas que otorgarían importancia a los hechos en función del número de personas afectadas, la proximidad del hecho con el lector, el porcentaje de probabilidades de que algo así ocurra... En ese medio, probablemente, que unos señores derribaran un muro en Berlín hace unos años no tendría cabida ya que se derriban muros a diario. O la muerte de un señor de ochentaytantos años se descartaría por habitual, aunque dicho señor hubiera enternecido a medio mundo años atrás con sus penetrantes ojos azules y su sonrisa socarrona. El día que inventen el medio totalmente objetivo, que no me busquen. Será una noticia que de forma sentida, pensada, interesada y apasionada no querría escribir jamás. Porque cuando le pido a alguien que me cuente algo espero que ponga en ello su punto de vista, su experiencia, sus conocimientos previos, sus sentimientos y, por supuesto, toda su pasión. Qué menos.

(Imágenes añadidas a petición de la concurrencia)

Aprovecho para recomendar a todos los interesados en este tema la lectura del libro Les trampes dels periodistes, de Francesc Burguet i Ardiaca.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

El Camino de la objetividad

Han pasado unas cuantas semanas desde que prometí dar mi punto de vista sobre la polémica creada en torno a Camino, de Fesser. Lo heido dejando porque, ya me conocéis, he estado muy liado. Pero también porque me daba la sensación de estar haciendo un "post por encargo" y no me apetecía nada. Cuando vi la película me emocionó muchísimo y me tocó bastante las narices que "la realidad" me estropeara una buena peli. Cuando voy al cine, que es mucho menos de lo que me gustaría por falta de tiempo y presupuesto, voy a disfrutar. Ese es el objetivo número uno. Y por lo tanto me centro exclusivamente en lo que me hace disfrutar. Hubo un tiempo en que iba a los espectáculos a trabajar. Tenía que escribir un artículo o una crítica o analizar si me serviría para una clase. El resultado es que importaba todo menos disfrutar del momento. Que si el argumento se correspondía con la historia, que si los intérpretes transmitían, que si el montaje era polémico... Un rollo.

Hoy procuro sentarme en mi butaca y centrarme sólo en lo que me conmueve. A veces es la música. A veces una sonrisa. Otras una lágrima. Una imagen. Un guiño. Da igual. Decía en un comentario al anterior post que algunos podrían acusarme de ser el idiota que cuando señalan a las estrellas mira al dedo. La verdad es que muchas veces lo soy. Hay ocasiones para disfrutar del cielo y otras para disfrutar de un dedo. Seré un imbécil, pero soy así.

Desgraciadamente hay ocasiones en que mirar el dedo es una auténtica estupidez. Quizás, por mirar un dedo que puedes ver en cualquier otro momento (¿tu propio dedo?) te pierdas la lluvia de estrellas que ocurre una vez al año. O el paso de un cometa que no volverá hasta dentro de 76 años. Pero, ¿quién dictamina qué acontecimiento es el paso del Halley o un avión volando bajo? ¿Podemos objetivar la importancia de algo? Un buen rodeo para llegar al tema de la objetividad que es lo que me preocupa hoy.

Mientras yo escribía sobre lo que me hizo sentir una historia de una niña enferma que descubre el amor ante la atónita mirada de un montón de adultos que no ven en ella sino el reflejo de sus propias obsesiones, en el mundo real se producía un debate sobre quién ha utilizado a quién en el caso de Alexia, la niña a la que Fesser dedica su película y cuya vida, muerte y posterior proceso de beatificación le inspiró la historia.

La familia de Alexia pidió que su nombre no apareciera en la película. El nombre aparece en la dedicatoria final. Muchas personas acusan a Fesser de aprovecharse de la niña para atacar aquello en lo que ella creía. Por su parte, Fesser asegura que es Opus Dei quien se ha aprovechado de Alexia para sus propios fines y afirma que las críticas a la película son la prueba de que con ella ha dado en el clavo. "Seguramente -dice Fesser en una carta abierta- lo que más les desconcierte es el tratamiento objetivo e inusualmente nítido de su modus operandi y les irrite sobremanera comprobar que hasta el último detalle de lo que en Camino se muestra es un reflejo bastante exacto de la realidad, de sus contradicciones y de su insostenible discurso". Antes, durante la promoción de la película, el director la había calificado como una "radiografía del Opus Dei".

Sigo pensando que la película es fantástica y recomendándola a cuantos me preguntan por ella. Pero desconfío de todo el que se llena la boca con palabras como objetividad, reflejo exacto, radiografía, realidad... He visto casi todas las películas (todos los largometrajes y varios cortos) de Fesser y he disfrutado muchísimo. Me parece que tiene una forma muy especial de contar historias que hace mucho bien a nuestro cine. Y por supuesto creo que, como todo artista, tiene todo el derecho del mundo en dar su opinión sobre el Opus, la Iglesia o cuanto considere apropiado. Lo que personalmente me cuesta entender es porqué esa obsesión suya (y de tantos otros) en vender SU verdad como LA verdad. Si hubiera dicho que se trataba de su visión de la vida de Alexia y de Opus Dei, ¿valdría menos la película? Si hubiera cumplido el deseo de la familia de no nombrarla en los agradecimientos, ¿sería menor su impacto? ¿Y realmente podemos utilizar la reacción de determinados sectores de la sociedad como un indicador de la veracidad de la película? El argumento me recuerda a las discusiones del patio del colegio cuando algún listillo soltaba un "a fulanito le gusta menganita" y cuando el tal fulanito se le abalanzaba decía "si se enfada es que es verdad". No había que ser un lumbreras para anticipar la reacción del Opus ante la película. ¿Realmente le ha sorprendido algo de lo ocurrido a Fesser?

La cosa se complica aún más cuando pensamos que una película es, entre muchas otras cosas, un producto de consumo que busca un beneficio económico. La polémica aumenta la repercusión del producto y se convierte en publicidad gratuita. Todo el que hubiera querido contar la historia que nos propone Fesser se habría encontrado con dicha polémica así que no es de extrañar que la productora lo tuviese en cuenta y lo aproveche. Lo que me parece absurdo es hacerse los sorprendidos. Porque, aparte de la película en sí, nada en esta historia es sorprendente. No es sorprendente que hoy en día se haga una película en la que Opus Dei sale mal parado. No es sorprendente que éstos reaccionen atacando la película. No es sorprendente que se genere una gran polémica que lleve a más gente al cine. Lo sorprendente es que yo esté perdiendo el tiempo con esto.

Algún día hablaré de lo que realmente me interesa de toda esta historia. Será cuando me apetezca y en varios posts. Os adelanto algunos temas:

- De una vez por todas y para no volver a darle vueltas al asunto: la objetividad no existe y, de existir, no tendría el más mínimo interés
- El tsunami de lo políticamente correcto, el papel de los intelectuales en la sociedad contemporánea y la idiotización de las masas
- Tolerancia y religión

Y de paso, algún día retomaré el tema de la infidelidad que dejamos a medias, diré alguna cosa sobre las elecciones en Estados Unidos, hablaré de derechas e izquierdas y, si me animo, hasta de la crisis.

Fesser: "El Opus Dei ha utilizado para sus fines el calvario de una niña" · ELPAÍS.com

Web de Opus Dei

Página de los amigos de Alexia González Barros

domingo, 19 de octubre de 2008

Cogito ergo sum... credo

Estaba dándole vueltas a la continuación del anterior artículo, pensando en el concepto de fidelidad, en la biología del amor, en la metafísica del sexo... cuando me he dado cuenta de que no me apetecía lo más mínimo.

Llevo una temporada algo preocupado por mi visión del mundo. Se dice que las personas son más radicales en su juventud y que conforme pasa el tiempo van suavizando sus posturas al cerciorarse de que no todo en la vida son blancos y negros (ahora no sé si se dice o lo digo yo, pero eso importa poco). Yo no tengo memoria de cuándo fue la última vez que estuve seguro de algo, así que a veces tengo la sensación de haber sido siempre viejo. Sin embargo, no sé si habré empezado a chochear o si estoy rejuveneciendo, porque de un tiempo a esta parte noto que me estoy radicalizando. Cada día soy más inflexible en mis postulados. El problema es que me he vuelto un radical del gris. Me explico.

Jóvenes o adultos, de viva voz o por escrito, en directo o en diferido, en persona, por la tele, por todas partes y de cualquier manera me topo con personas que muestran una envidiable seguridad en sus creencias hasta el punto de preponderar hasta las pausas que se toman para respirar. En frío es algo que me parece admirable pero en caliente me hierven la sangre hasta arrancar de mis entrañas al talibán de las medias tintas que oculto con todas mis fuerzas. Puede que no sepa de qué diablos están hablando, pero sé a ciencia cierta que no tienen razón. Al menos, que no tienen LA razón. Y es extraño porque al cabo del día esos momentos (cada vez más) son los únicos en los que no me arrepiento de decir SÉ en lugar de CREO. Y esto me lleva a una las cosas que más me sorprenden de mí mismo y es que intuyo que me estoy convirtiendo en una persona de fe.

Hace unos años, cuando me preguntaban si tenía fe respondía que no. Más bien esperanza. No estaba seguro de creer en lo que creía, pero la sola idea de que fuera posible me parecía hermosa. ¿Crees en la bondad del ser humano? No, pero sería precioso. ¿Crees que hay vida en otros planetas? Ni idea, pero molaría. Luego pasaba mi no fe por el tamiz de la ciencia y llegaba a conclusiones plausibles como que el análisis de la historia, si bien parece indicar que han habido muchísimas personas bondadosas, la suma del impacto de sus acciones suponen un porcentaje irrisiorio comparado con el de las personas que no lo son, o que la magnitud del universo y la reiteración de sus reglas visibles induce a pensar que la probabilidad de que haya vida en otros planetas es estadísticamente mayor que la de que hayamos ido a parar a una anomalía única e irrepetible.

Y tras tanto tiempo esperando y sin creer, ahora resulta que creo lo que antes sabía y sólo sé que los demás se equivocan en lo que creen saber. Tal vez, más que un hombre de fe, soy un gilipollas. Pero la verdad es que me entretengo mucho en estas divagaciones socraticocartesianas. De lo que sí estoy bastante inseguro es de que parte de mi problema, de esta afición al gris, podría radicar en una empatía enfermiza. Empatitis, podríamos llamarlo.

Vivo con la delirante sensación de que me resulta fácil ponerme en la piel del otro. No digo sentir lo que siente el otro, que sería mucho afirmar. Pero sí hacerme una idea, cuanto menos, de las dudas que deben aquejarle. Y así creo entender lo que dicen o hacen cuantos me rodean, pese a que no lo comparta ni, en muchos casos, pueda justificarlo. Simplemente lo explico. Me lo explico. Y en ocasiones doy la murga a quien comenta el error de escucharme para intentar explicárselo. Además de gilipollas, soy un plomo.

Todo este rollazo viene (no el hecho de enrollarme en estos temas sino el de soltaros el rollo precisamente hoy) porque el sábado disfruté como un enano empatizando con todos y cada uno de los personajes que el genial Javier Fesser ha retratado en Camino, su última película. El creador del milagroso P. Tinto se inspira en un hecho real, la muerte y posterior apertura del proceso de beatificación de Alexia González Barrios, para narrar una historia que no deja indiferente. Camino es, para Fesser, una niña maravillosamente normal que acaba siendo extraordinariamente especial para cuantos la rodean. Es normal porque se amolda, como todos los niños, a las particularidades de la familia en la que se ha criado, porque se enamora, porque se ilusiona, porque sueña, porque enferma, porque sufre, porque muere. Y es especial porque aún sin ser consciente de ello es capaz de sacar parte de lo mejor y lo peor de cuantos la rodean. Lo que hace especial a Camino es la amalgama de intereses (lícitos o ilícitos depende del caso y de quien se atreva a juzgarlos) que se crean a su alrededor.

Algunos creerán que esta película deja en evidencia a Opus Dei, o que critica el fanatismo religioso de algunos padres. Para llevarme la contraria a mí mismo, diré que probablemente no se equivoquen. Pero Camino es, para mí, algo más. Es una fotografía de las miserias humanas, puestas al descubierto por la luz que irradia la sonrisa de una niña que descubre el amor. Una niña que empieza a hacerse mujer el día que deja de mirar el mundo como sus padres la han enseñado a mirarlo y que, quizás tímidamente, en silencio pero con firmeza, da los primeros pasos para a ser libre.

martes, 16 de septiembre de 2008

Infidelidad genética

Hace un par de semanas los medios se hacían eco de una noticia aparecida en el Washington Post, según la cual la fidelidad de los varones humanos podría estar relacionada con un gen. En verano, cuando la mayoría de políticos están de vacaciones y por tanto escasean las declaraciones, materia prima de casi todos los periódicos actuales, suelen aparecer las llamadas "noticias de nevera". Se trata de informaciones que no están estríctamente ligadas a la actualidad y, por tanto, pueden aparcarse hasta que llega la escasez informativa. Si, además, la noticia tiene un caracter alegre, festivo, disparatado.., si no se trata de un drama, vaya, puede entrar en la categoría de "noticias fresquitas", ideales para entretener a los ocasionales lectores veraniegos. De hecho, es habitual que alguna de estas noticias fresquitas se guarden en la nevera de año a año y nos las vayan repitiendo verano tras verano: el síndrome de la abuela estresada, las monerías de los delfines del acuario... Si además la información hace referencia a tópicos, leyendas urbanas, líos de faldas o asuntos sexuales.., mejor que mejor.

La noticia del Washington Post llega ya en septiembre, cuando los diarios han recuperado la "línea seria" pero sin duda cumple varios de los requisitos anteriores. De hecho, no estamos hablando de un descubrimiento reciente. Hace años que se conoce la influencia de un gen en el comportamiento sexual de los animales. De hecho, parece ser que existen dos tipos de roedor, uno monógamo y el otro polígamo, cuya única diferencia genética es la existencia o no de dicho gen. En cualquier caso, más allá de genes, ratas o criterios de noticiabilidad, la información me viene que ni pintada para tratar un tema al que hace tiempo le vengo dando vueltas.

La monogamia es uno de los pilares fundamentales de nuestra sociedad. ¿Exagero? Quizás. Pensémoslo con más detenimiento. Si analizamos el grueso de nuestra producción cultural, literatura, cine, música, veremos que un porcentaje muy significativo se centra en la búsqueda, la conquista, el mantenimiento o la pérdida de la llamada "media naranja". Todos los animales dedican la práctica totalidad de sus recursos a aparearse o a buscar un alimento que les permita sobrevivir para... poder aparearse. Los humanos dedicamos más tiempo a gilipolleces como acumular cosas, matarnos los unos a los otros para acumular más cosas o, por poner un ejemplo, reflexionar sobre si somos o no monógamos. Pero tras esta ocupación, la siguiente de la lista es apare... perdón. Buscar pareja. No es extraño por tanto que centenares de películas, novelas o canciones hablen del tema. Lo que sí es extraño es que sólo un porcentaje ínfimo de dicha producción hable directamente de aparearse mientras la mayoría hablan de buscar pareja. Pareja. Un concepto que va más allá de la circunstancia en la que dos se aparean para entrar en un estado en el que los que se aparean forman una entidad indivisible. Lo que a veces llamo el "pack de dos".

El concepto de pareja nos lleva inevitablemente a una de las dos acepciones más aceptadas de la monogamia, la que se refiere a una unión entre dos sujetos que mantienen un vínculo sexual durante un periodo determinado (normalmente el que abarca el periodo de reproducción y crianza). Algunos autores hablan de monogamia seriada, lo que consistiría en que los sujetos mantienen su relación exclusiva durante un tiempo, concluido el cual, cambian de pareja. Siempre de una en una (salvo, incluyen los expertos, algún periodo de transición en el que se inicia la relación siguiente sin haber concluído del todo la anterior). Frente a esta idea estaría la de los que consideran la monogamia como la práctica de algunos animales que eligen una pareja para toda su vida.

La monogamia en el segundo sentido es poco habitual en el reino animal, aunque se da, especialmente entre determinadas aves. Entre los mamíferos es una rareza. Entre los primates... Sólo se da en el ser humano... y poco. De hecho sólo unas decenas de los cientos de culturas humanas que conocemos son monógamas. En casi todo occidente la monogamia es incluso ley. Claro que la mayoría de estas leyes rara vez se meten en con quién se aparea cada cual, centrándose casi exclusivamente en una relación contractual que llaman matrimonio. Para adaptar este contrato a la monogamia seriada hemos inventado algo llamado divorcio que te permite, legalmente, establecer un nuevo contrato monógamo.

Todos estos contratos serían inútiles para los animales realmente monógamos. Incluso para los polígamos. Sólo un animal no monógamo que pretende pasarsepor tal necesitaría de matrimonio, divorcio o de una palabreja llamada "infidelidad". Y es que la infidelidad es algo exclusivamente humano. Los animales monógamos no la necesitan, pues no la contemplan. Los no monógamos, tampoco. Hacen lo que su naturaleza les empuja a hacer y punto. Claro está que entre estos animales tampoco existen los celos y entre los humanos... ¿Cómo es posible que una persona pueda desear a otra que no es su pareja y, al mismo tiempo, ponerse malo cuando ésta desea a otra?

Será por deformación profesional pero mi opinión es que los humanos, con o sin gen, no somos biológicamente monógamos, pero sí culturalmente (los pertenecientes a las culturas monógamas, por supuesto). Cómo llega una especie a imponerse una cultura contraria a su biología ya es algo que se me escapa. Lo que no se me escapa es que la investigación de marras se centra exclusivamente en la fidelidad o infidelidad genética de los varones. Y aquí es cuando empiezo a ponerme nervioso y a hacerme muchas preguntas para las que no tengo respuesta sobre el papel del varón en el mundo moderno. De eso hablaré otro día. Pero antes, en breve, me centraré en una tendencia que se está poniendo de moda (ejem) y que, parece, intenta hacer un hueco en nuestra cultura a posturas más biológicas. En breve. En breve.

¿Abocados a ser fieles (o infieles)? - El País

Monogamia - Wikipedia

lunes, 1 de septiembre de 2008

Blogar, dulce blogar

Uno de septiembre, y vuelta al cole. Tras unas semanas horrorosas en que he castigado mi cuerpo con tormentos como chuletones, navajas, chipirones, vieiras gratinadas, pulpo a feira, migas, sobaos pasiegos, mantecadas de astorga, tartas de Santiago, tapillas varias, mojitos, rubujitos y dosis asfixiantes de holgazanería en sofales, piscinas, playas, chiringuitos y baretos de toda condición... vuelvo al redil.

Esta mañana a las nueve estaba en la puerta del cole, con la mochila preparada, el bocadillo envuelto en papel de plata, repeinaíto y con ganas de ver a los amiguitos tras tanto tiempo. La experiencia ha sido terrorífica y ya tiemblo pensando en el próximo prider día de cole. Suerte que falta aún un año. Un año en el que espero recuperar mis biorritmos de antaño. Los blogueros también, por supuesto. No voy a prometer post diario (si lo hiciera algun@ se atragantaría de la risa) pero aspiro a mantener una media de al menos uno a la semana. Sea aquí, o en cualquiera de los otros dos mil blogs.

Traigo el cuerpo destrosaíto pero la cabeza fresca. A final de semana ya me habrán calentado bastante la cabeza. ¿Habrá descansado mi cuerpo? Dúdolo. Más sobre la vuelta al cole, y alguna croniquilla de las vacaciones (pa poner dientes largos) en próximas entregas.

Bienhallados.

sábado, 9 de agosto de 2008

Vacaciones

En cinco minutos me marcho de vacaciones. Que nadie lo va a anotar porque no soy capaz de acabar un post que tengo empezado desde hace meses y no aparezco por aquí... pero vaya. Que en septiembre volvemos.

Un abrazo!

jueves, 10 de julio de 2008

De cómo hacer que el sexo aburra

Un matrimonio salta a la fama por hacer el amor 101 veces en sendos días consecutivos. Amortizarán la inversión en fármacos diversos con la edición de un libro y los más que proables derechos para el cine o la televisión.

Maratón erótico, 100 días haciendo el amor - 20minutos.es


Annie perdió la paciencia.
¡Se me llevan los demonios!
¿Cómo permite la ciencia
que cien días de abstinencia
conserven los matrimonios?

¡El mundo se ha vuelto loco!
¡Los daneses me dan pena!
Para compensar un poco
me pillo un vídeo de Rocco
y voy a por la centena.

Douglas la mira encantado.
Se relame los bigotes.
Cuando todo haya acabado
voy a ser idolatrado
por todos mis amigotes.

Pero al ponerla en escena
la gesta muy pronto espanta.
Porque, puestos en faena,
tras la primera docena
aquello no se levanta.

Ni soñando una aventura
con Shakira y la vecina.
Ni con la viagra más pura
logras que se ponga dura
cuando caes en la rutina.

Mas en el último instante
recupera la erección
pensando en algo excitante.
Se busca un representante...
y a follar. Por un pastón.

Moraleja:
Si ves que en tu matrimonio
has perdido la pasión,
aumenta tu patrimonio
y te importará un cojón.

miércoles, 9 de julio de 2008

Día Mundial del Blog en Verso

No sé si la iniciativa cuajará o qué nombre recibirá en tal caso. Si el año que viene se hablará del DMBG'09, del 2º Versoblog, del certamen de bloguesía o de los blogs florales. Probablemente de nada de esto. Pero el asunto es que mañana es el Día Mundial del Blog en Verso.

¿Por qué? La única respuesta coherente que se me ocurre es... ¿y por qué no?

Hace un año, tal día como hoy, un conocido personaje de un conocido blog contraía nupcias. En los días previos se habían iniciado en dicho blog encendidos debates que nada tenían que ver con el tema. Supongo que para dulcificar el ambiente algunos de los comentaristas empezaron a intercambiar versos. La cosa se desató al día siguiente de las nupcias y aún se alargó un par de jornadas en las que muchos comentarios que se cruzaron fueron en verso. Podéis ver la primera recopilación de tan histórico momento en este post.

Meses más tarde, y cuando la cruda realidad parecía haber hecho olvidar la poesía y los encarnizados debates volvía a arrasar el blog, uno de los instigadores de aquella iniciativa espontánea propuso oficializar la efeméride y que el día 10 de julio todos los comentarios del blog en cuestión fuesen en verso. Y como en Internet todo es global, hemos decidido que se convierta en un acontecimiento mundial. Si mañana alguien escribe en prosa en su blog, allá cada cual con su conciencia. Porque, el 10 de julio...

En todo el Universo
hoy se bloguea en verso


Más información en Pies para quiosquero

jueves, 3 de julio de 2008

María Escario y la importancia del contexto

Vivimos en los tiempos de la velocidad. Comida rápida, citas rápidas, todo rápido. También información rápida. Desde la revolución indusrial la tecnología nos ha ayudado en esta carrera por informarnos cada vez más rápidamente. La radio y la televisión nos abrieron las puertas al sueño de estar constantemente informados y la irrupción de Internet convirtió el sueño en realidad. Una realidad que podría convertirse en pesadilla si no somos capaces de digerir, cual hamburguesa de plástico, la que se avecina con la internet móvil que está al caer.

Incluso el viejo papel, gracias a los avances en las tecnologías de impresión, ha encontrado su espacio en esta vorágine con soportes publicitarios envueltos con información de consumo rápido. Toda la actualidad en 20 minutos, mientras viajas en metro, mañana y tarde...

El problema de la velocidad es que a veces está reñida con la calidad. La hamburguesa es rápida, pero no le llega al lento y sofisticado solomillo. Y en información la calidad tiene un nombre: contexto.

Querer informar de muchas cosas en poco espacio, en poco tiempo, implica descartar el contexto. Decir lo que pasa hoy no deja lugar a explicar lo que pasó ayer. Y o se está muy bien informado o es imposible entender el hoy sin conocer el ayer. La prensa gratuita o algunas informaciones de internet ejemplifican a la perfección cómo la obsesión por la información rápida nos aleja del conocimiento de lo que está pasando. Pere este mal se contagia fácilmente a otros canales. A cualquiera que intente competir en el mercado de ser el más rápido y conciso.

El problema de la rapidez informativa lo sufrimos a diario, pero en ocasiones vemos casos que son perfectos para ejemplificarlo. Como lo que le ha ocurrido estos días a María Escario.

En medio de la locura de las celebraciones por la Eurocopa saltó el escándalo. Mientras todas las cadenas competían por mostrar antes que nadie la misma escena Televisión Española se convirtió en noticia cuando su presentadora, conversando desde Austria con un compañero en Madrid, soltó una pregunta que puso los pelos de punta a cuantos la escucharon: "¿has notado si falta algo en tus bolsillos?"

La pregunta puede parecer inocente. El problema es que la formuló mientras su compañero explicaba que estaba rodeado de aficionados sudamericanos.



El contexto en que se dice algo, importa. Y este contexto no pasó desapercibido. La frase ha hecho correr ríos de tinta y el titular más repetido se refiere a ella como "comentarios xenófobos". El problema aquí es que el contexto es algo más amplio que los segundos previos a decir algo.

El diario 20 minutos publicaba hoy un breve con el siguiente texto:

Un periodista se hizo eco del número de latinos que celebraban el triunfo de España en la Eurocopa y Escario respondió: "¿Has visto si falta algo en tus bolsillos?" Por eso ha pedido perdón a los embajadors de Colombia y Ecuador.

La noticia no deja lugar a la duda. Es injustificable lo que hace la periodista, y pidiendo perdón reconoce su culpabilidad.

El Digital de Castilla La Mancha escribe en el subtítulo que la periodista "ha tenido que pedir disculpas" dando a entender que podría haber sido forzada a ello y tras relatar lo mismo que 20 minutos añade esta tibia excusa de María Escario:

«Cuando he oído mis palabras me he quedado horrorizada por un comentario que tal y como se oyó resulta xenófobo, pero que en absoluto fue mi intención», dijo la periodista.

Hasta aquí un periódico gratuito y un diario digital. ¿Pero qué pasa con los medios escritos de pago que, teóricamente, se diferencian del resto en dedicar más espacio al análisis? Pues vamos con El País, diario de referencia en España. En su sección Internacional escriben que La periodista que hizo un comentario xenófobo se disculpa. El artículo parte e las disculpas de Escario y se centra en las reacciones internacionales, especialmente en Edcuador y Colombia, donde, según el artículo, la disculpa les ha parecido del todo insuficiente. Algo que no extraña lo más mínimo si vemos la única frase de la carta de disculpas, totalmente ininteligible, que publica el diario:

En la carta de disculpa a los embajadores de Colombia y Ecuador, Escario, que reconoce su error y lo lamenta "profundamente", asegura que el comentario fue fruto de una confusión y que quería explicar "lo que en realidad quise decir pero no supe expresar".

¿Y qué es lo que en realidad quiso decir esta buena mujer pero no supo expresar? Ampliemos el contexto.

Parece ser que en una conexión anterior el periodista en Madrid dijo, para explicar que había muchísima gente a su alrededor, que había estado a punto de perder la cartera. En el momento de la fatídica conexión, en la que había muchísimo ruido y según explica Escario en su carta apenas se oían los unos a los otros, el mismo periodista estaba diciendo que había mucha más gente aún. Luego hizo referencia a la procedencia de algunas de estas personas mientras desde Viena, sin escuchar bien lo que le estaban diciendo, María Escario le haría una referencia a la anécdota del día anterior.

Nos lo podemos creer o no. Pero esta es la explicación que ha dado la protagonista del hecho, al tiempo que se ha disculpado por lo que se haya podido interpretar de sus palabras. Omitir la explicación completa y quedarse con la primera impresión es o un error garrafal o una completa manipulación.

De hecho la mayoría de medios han tratado bastante mejor la explicación de María Escario. Incluídos 20 Minutos en su web y El País en la sección Deportes (curiosamente en una noticia fechada con anterioridad a la de la sección Internacional).

En cualquier caso, la mayoría han incluído en su titular frases del tipo "comentarios xenófobos". Si creemos a María Escario el comentario no fue xenófobo. En todo caso, lo fue su interpretación. Oímos en la misma frase inmigrante y delito y presuponemos una relación. Aunque dicha relación nos indigne. Pero es en nuestro cerebro donde se ha producido.

Es cierto que dicha relación se produce en un contexto. La mayoría creímos que las palabras de Escario eran xenófobas porque hemos oído muchas veces a mucha gente relacionar una cosa con la otra. Y es que estamos socializados. Nos hemos adaptado a una sociedad en la que sólo un ingenuo no vería xenofobia en dichas palabras, sin conocer el contexto real. Quizás por ello es necesario reflexionar sobre el tema.

Lo que más me preocupa sin embargo de todo esto es que vuelve a evidenciarse que mucha gente no sabe o no quiere leer. Incluso en las noticias que explican todos los hechos aparecen multitud de comentarios que hacen caso omiso de lo ocurrido y aprovechan para ver lo que quieren ver. Así, encontramos un sinfín de comentarios del tipo "lo que dice la periodista es cierto" cuando ella ni siquiera lo ha dicho. Y para acabar de arreglarlo otros contestan indignados con alegatos tan anti xenófobos como frases iniciadas con un "es que todos los españoles son....".

Al final, lo más triste no es que se haya generado un conflicto diplomático por un malentendido o que se haya puesto en entredicho la dignidad de una profesional. Lo peor de todo es que tenemos abiertos innumerables foros donde las partes más xenófobas de nuestra sociedad están ventilando sus prejuicios a los cuatro vientos y generando más odio. Algo de lo que, por desgracia, andamos bastante sobrados.

Enlaces relacionados:
La periodista María Escario se disculpa por un comentario xenófobo en la celebración de la Eurocopa | El Periódico de Catalunya

María Escario pide perdón a Ecuador y Colombia por un comentario "xenófobo", El País (Deportes)

María Escario se disculpa por un comentario xenófobo en directo, El digital de Castilla la Mancha

lunes, 30 de junio de 2008

Jolgorio patrio

Como buen intelectual de pacotilla, debería odiar el fútbol. Pero como tengo más de pacotilla que de intelectual (apenas la pinta) debo reconocer sin evidencia de sonrojo que me mola el fumbo cantidá. Aunque debo reconocer que con el balompédico deporte me pasa un poco como con los toros: no tengo la sapiencia suficiente como para reconocer el arte en el ruedo ni arrestos para disfrutar de la batalla campal, pero me extasía todo lo que ocurre alrededor. Y es que algo que levanta tantas pasiones, aunque no logre entenderlo, debe tener algo bueno. Aunque sólo sea como ejercicio sociológico.

Y es que en esto del fútbol, porque estoy hablando y sólo hablaré de fútbol, se dan situaciones maravillosas. Dos personas con gustos y carácteres similares, unidas por una misma pasión, que disfrutan con lo mismo.., pueden odiarse hasta la muerte por el hecho de haber nacido en ciudades distintas y, por tanto, haber heredado el amor por colores distintos. Sin embargo, dos personas opuestas, que en circunstancias normales no se mirarían sino para despreciarse la una a la otra, pueden fundirse en un fraternal abrazo, besarse, alcanzar unidos el orgasmo al grito de un gol. Y de nuevo por el éxito de unos señores que cobran en un mes, por jugar, lo que ganarán ambos en toda su vida deslomándose.

Estas semanas hemos vivido altísimas dosis de este espectáculo de la naturaleza llamado forofismo. Gentes de todas las clases sociales se transformaban en toreros, guardiaciviles, coristas o espantajos diversos por el mero placer de destacar entre una pléyade de frikies pintados de vistosos colores. Su núero, quizás porque efectivamente existe un efecto llamada que empuja al frikie reprimido a salir del armario cuando ve por la tele a sus compinches liberados, ha ido en aumento día tras día. Hasta la explosión de anoche.

Vivo en Barcelona, una ciudad que ha vendido como pocas (y ha invertido un pastón en ello) la idea de modernidad y diseño de ultravanguardia, en un equilibrio imposible entre la dignidad de ser capital de la tierra del seny y la oportunidad de ser la puerta de entrada al paraíso de la caspa y lo bizarro. Una ciudad cuyo principal capital está en haber sido durante siglos la estación de referencia en una tierra de paso, que ha acogido como pocas a cuantos por aquí han pasado, que ha crecido con el sudor de los bienvenidos, conservando el sabor de los bienhallados. Una ciudad, en definitiva, que ha reconvertido una vieja riera en un escaparate de lujo donde los guiris pueden comprar, a la vez, los más bellos recuerdos inspirados en las genialidades de Gaudí, Dalí y Miró junto con esperpénticas banderillas de plástico, castañuelas de plásticos, bailaoras de plástico, toros de plástico y sombreros mejicanos, también de plástico.

El complicado equlibrio cultural de esta ciudad no está exento de sus puntos de fricción pero en la calle se sobrellevan con total naturalidad. Lo que pase en las tertulias radiofónicas, los debates televisivos o las trifulcas parlamentarias es algo que trastoca a una minoría, preocupa a algunos pero apenas modifica el día a día de la mayoría. Y dichas modificaciones suelen traducirse en pequeños tabúes y gestos, apenas perceptibles para el visitante.

Anoche, sin embargo, nos tomamos fiesta. Crucé la cidad de cabo a rabo a eso de la una y media. Habían pasado tres horas de la finalización del partido pero las calles seguían de celebración. La ciudad discreta y comedida estaba enloquecida. Y lo que más llamaba la atención no eran las banderas, ni los toros de Osborne, ni las guiris desaforadas sino el ruido. En ocasiones los humanos nos liberamos de siglos de socialización y recuperamos nuestra animalidad haciendo lo que más nos gusta. Ruido. Mucho ruido. Algo permanece escondido en lo más profundo de nuestro código genético que nos empuja a exteriorizar nuestra alegría armando barullo. Una bacanal de jolgorio patrio que sublimado durante años que por unas horas muchos se permitieron desatar.

Yo no soy muy dado a las muestras públicas de alegría. Menos aún a las banderas, himnos (cómo me mola, eso sí, que la letra oficial del nuestro sea el chinta chinta que algunos acomplejados quisieron robarnos) y efervescencias patrioteras. Pero me hace mucha gracia que existan, y se vean, sobre todo cuando están ligadas a la celebración. A la fiesta. Debo reconocer que anoche disfruté. Pese a no gustarme el ruido, ni la estridencia del claxon, ni el oéoéoé. Pero me gusta la gente contenta. Por lo que sea. Qué grande es, en ocasiones, el fumbo.

PD.- Aquí iba a decir que yo siempre creí en esta seleección, que nunca dudé de las capacidades de Aragonés, que pedí a gritos que no llevaran a Raul y que repetí el podemos hasta la saciedad. Pero pa qué. Soy de los que creían que un equipo que lleva más de una década clasificándose por los pelos para todas las fases finales debe sentirse contento por llegar a cuartos y caer, casi siempre, con el anfitrión, o el futuro finalista, o el futuro campeón. Soy de los que creen que es preferible jugar bien y caer injustamente antes de tiempo que jugar mal y ganar injustamente al final. Por eso me alegra que, por una vez, el que ha jugado mejor (un comentarista dijo que como el Brasil de Pelé... quizás no es necesario exagerar) se lleve el gato al agua. Porque quizás eso convenza a los que toman las decisiones de que es preferible ser fiel a uno mismo aunque implique fracasar que buscar el éxito imitando a los demás. Y ya no sé si sigo hablando de fútbol.

Más información:


Celebración en la Plaza España de Barcelona


El follonero y "Salvados por la Eurocopa"

Catorce detenidos en Catalunya por los disturbios en la celebración (El Periódico)

martes, 24 de junio de 2008

Por fin es junio

Sí. Hace ya veintitantos días, pero es junio. Y como prometí, he vuelto. Han sido unos meses bastante duros. Y es que es duro ser tonto del culo. En los últimos meses me he demostrado a mí mismo un montón de cosas. Que era tonto ya lo sabía. Pero no hasta qué extremo. Ahora sé que el ser consciente de que uno es tonto y de que esa tontería lo lleva a complicarse tontamente la vida no implica actuar en consecuencia, sino consecuentemente. Me estoy liando para decir que he hecho exáctamente lo que se espera de un tonto con tendencia a complicarse la vida: complicarme más la vida.

Me lo he pasado bien. He aprendido. He disfrutado de todo lo que he hecho. Pero hubiera disfrutado más si hubiera hecho menos cosas. El asunto es que han sido casi cinco meses con mucho más trabajo del que podía asumir. Como siempre, pero multiplicado. Lo positivo es que físicamente he aguantado (no las tenía todas conmigo) y que he cumplido prácticamente con todo. Lo negativo que he tenido que renunciar a muchas cosas, que no he hecho nada como me hubiera gustado. No me basta con cumplir.

En cualquier caso he sobrevivido y he aprendido la lección. El año que viene volveré a complicarme la vida igual (o más) pero sabré a qué atenerme.

En fin. Que lo pasado pasado está. He acumulado en el cuerpo cerca de 10.000 kilómetros de carretera, más de 3.000 páginas de trabajos y exámenes corregidos, más de trescientos alumnos evaluados (95% aprobados), más de 100 blogs de alumnos controlados (con una media de cinco o seis prácticas por blog), unas 280 horas de clase impartidas, alrededor de 180 horas de sueño perdidas (con semanas trágicas como la pasada en que dormí una media de 3 horas diarias)... una vida social reducida a la mínima expresión, una vida bloguera desaparecida y una considerable dejación de funciones quiosqueras, domésticas, literarias, cafeteras y etílicas.

Ese es el balance de un semestre para no olvidar (para evitar en la medida de lo posible que se repita) y que afortunadamente ha quedado atrás. Me falta rematar unos cuantos flecos (cuentas pendientes) y daré el año por acabado. Y tengo dos meses para recuperarme y ponerme al día de lo que he dejado a medias o simplemente abandonado. Entre las tareas pendientes, poner al día mis blogs. Tengo varias historias a medias que espero retomar en los próximos días. Si aún hay alguien ahí, gracias por la paciencia y nos vemos en breve. He vuelto.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Recital de canto y piano

Llevo una temporada pelín pesaíto con la música y prometo tomarme unas vacaciones pero es que está siendo una primavera muy musical. El lunes tuvo lugar la tradicional audición de fin de curso en una escuela de Barcelona. El programa fue muy variado, con obras de Vivaldi, Häendel, Mozart, Beethoven, Verdi, Puccini, Offenbach, Bellini o Bizet, entre otros. Participaron Clara Tarragona, Víctor García del Amo, Andrea Piscedda, Marcel Juan, Hèctor dos Santos, Glòria López, Patricia Español, Diego Linares, Georgina Rabassó y Gi Kuk Park. Os quiero dejar unos cuantos fragmentos de lo que pudimos escuchar para que os hagáis una idea. Y ya paro con la música.






Addio fiorito asil - Madame Butterfly (Pucinni)




La fleur que tu m'avais jetee - Carmen (Bizet)




Quinteto - I Capuleti e I Montecchi (Bellini)

lunes, 28 de abril de 2008

I Capuletti e I Montecchi - El estreno

El domingo se estrenó la versión de I Capuleti e I Montecchi de el Taller d'Òpera, en Sant Boi, con un rotundo éxito. Es cierto que la mayoría del público eran amigos y familiares de los cantantes, pero eso no le resta mérito a la ovación final.

Iré colgando vídeos de la función para que podáis sacar vuestras propias conclusiones. Aquí están los primeros


Escena de Tebaldo


Quinteto


Curiosamente, este fin de semana han colgado en Youtube una nueva versión de la escena de Tebaldo, con el joven tenor turco Caner Akin (a quien no conocía hasta hoy pero que tiene muy buena pinta). La puesta en escena es de las modernas (qué poquito me gusta cuando se nombra una espada y alguien saca una pistola) y tiene su gracia. Incluye el recitativo que precede al aria y la cavaletta. También recortan algún trocito para aligerar un poco al tenor (aunque como podéis ver aquí, no le hace mucha falta) pero bastantes menos ya que, entre otras cosas, tienen coro. Eso sí, je, je, el tenor no hace el Do final, así que si queréis escucharlo tendréis que visitar este otro vídeo en el que hace nueve ;)



Para acabar, comentaros que la compañía El Taller d'Òpera ha abierto un blog en el que irán informando de sus actividades. Aún está en fase de pruebas. Voy a echarles una manica (cuando tenga tiempo) en temas de diseño, colgar vídeos y demás. Os paso el enlace:

Taller d'Opera

P.D. Llevo una temporadita bastante cansino tanto con la ópera como con el autobombo. A ver si me pongo las pilas y en breve cambio de aires.

lunes, 21 de abril de 2008

Taller d'Òpera en Sant Boi

Tras semanas de silencio me he descolgado con un post sobre ópera (inacabado e inacabable) y otro sobre una presentación. Remataré la faena con uno más sobre una presentación de ópera.

Recientemente se ha creado una compañía de ópera amateur llamada Taller d'Òpera. Se trata de un grupo de estudiantes de canto cuyo objetivo, aparte de pasárselo en grande sobre un escenario, es acercar el bel canto a la gente que por un motivo u otro no se ha animado todavía disfrutarla. Ante viejos tópicos como que la ópera es un arte elitista, caro o simplemente aburrido, Taller d'Òpera presentará versiones reducidas de óperas dirigidas especialmente a estudiantes de secundaria. Por ese motivo complementarán las representaciones con charlas y talleres en institutos.

Para iniciar su andadura han escogido I Capuletti e I Montecchi, un título de Bellini basado en el clásico de Shakespeare Romeo y Julieta. El espectáculo dura poco más de una hora y se estrenará el próximo domingo 27 de abril. Las primeras representaciones tendrán lugar en Cal Ninyo, en Sant Boi de Llobregat, localidad cuyo Ayuntamiento ha colaborado en el proyecto. Está previsto que a partir de junio el montaje pueda viajar a otras localidades.

Os adjunto el cartel provisional de la obra y los datos por si alguien está interesado en asistir.

I Capuletti e I Montecchi
de Vincenzo Bellini

Cal Ninyo
C/ Joan Bardina, 46 (a 200 mts. de la Estación de FGC)
Sant Boi de Llobregat
Mapa

Sesiones:
Domingo, 27 de abril a las 12:00
Martes, 6 de mayo a las 18:00
Lunes, 19 y 26 de mayo a las 12:00

Argumento y libreto, en Kareol



A continuación os dejo en primicia unos vídeos de los ensayos. Como veréis aún falta pulir algunas cosillas, pero puede apreciarse la maravillosa música de Bellini. La pésima calidad de las imágenes es culpa mía y del procesador de mi ordenador, que el pobrete no da para más.


Escena de Tebaldo


Aria de Giulietta

lunes, 14 de abril de 2008

Por Sant Jordi, el libro del quiosquero

Faltan cuatro días para Sant Jordi y muchos estarán devanándose los sesos sobre si comprar rosas o libros. Los que opten por la segunda opción tendrán que pensar aún más sobre cual elegir. Por ese motivo muchos optarán por la rosa (aunque seguro que no aciertan con el color).

En alg@ estamos por la promoción de la lectura y por facilitar las cosas a nuestros lectores. Así que la respuesta es: a) libro b) Pies para quiosquero: segunda temporada.

Como copadre de la criatura debería ser comedido y modesto, pero todo padre cree que su hijo es el más guapo del mundo, así que voy a ejercer como Dios manda. El libro es la leche, rubio, con ojos azules (no sabemos a quién ha salido y en el quiosco no hay butano), simpático, inteligente... En fin. Que nos lo van a quitar de las manos (aquí es cuando se acaba la metáfora para no liarla).

Algunos me preguntan cómo un tecnófilo como menda opta por una tecnología tan analógica como el papel para un producto que nadió sobre los bits de un blog. Podría decir que porque nadie paga por leer un blog y en cambio sí lo hacen por leer en papel lo que pone en el blog, pero la verdad es que con la venta del libro sacamos apenas para cubrir los gastos y pagar el picoteo de la presentación. También podría decir que porque nuestros lectores no pueden llevarse el blog al baño pero prefiero no pensar en nuestros lectores en el baño. Podría decir que porque somos unos románticos. Podría decir que porque el libro en papel tiene aura y el digital aún se la tiene que ganar. Podría decir muchas tonterías pero sólo hay una respuesta válida. Porque nos gusta. Porque nos divierte. Porque nos da la gana.

Y además porque nos da la excusa perfecta para hacer una fiesta. Los que queráis podéis venir a la presentación del libro el próximo viernes día 18.

Allí nos vemos.

Presentación de Pies para quiosquero:segunda temporada
Con la participación de Quiosquero, quiosquera y dalr
Lugar: De Café. C/ Bruc, 80 (esquina Consejo de Ciento) Ver mapa
Fecha: Viernes 18 de abril a las 19:00



Más información en Pies para quiosquero

miércoles, 19 de marzo de 2008

El mejor tenor de todos los tiempos

Llevo tres semanas con este artículo y lo menos me quedan tres más, así que lo voy a colgar ya. Iré actualizándolo. (Última actualización 14/04/2008 - Nuevos vídeos)

La revista BBC Music Magazine ha publicado una lista de los 20 mejores tenores de todos los tiempos. La lista se ha configurado con los resultados de una encuesta a un grupo de expertos en ópera. El ganador, Plácido Domingo.

Todas estas listas son de por sí polémicas. Para empezar, ¿qué significa ser el mejor tenor de todos los tiempos? Si la calidad es difícilmente objetivable en cualquier aspecto de la vida, tanto más cuando nos referimos a personas. En cualquier caso, son las opiniones de un grupo de expertos y como opiniones debemos valorarlas. A partir de aquí, empieza el cambio de cromos. Que si por qué está éste y no aquél. Que si fulanito es mucho mejor que menganito y debiera estar más arriba. Que si a tal lo escuché en tiempos de carracuca y desafinaba como una espuerta de gatos...

El caso es que, aunque no creo en estas listas, me he alegrado mucho cuando la he leído. Y es que Domingo ha sido para mí hasta hace poco el mejor tenor de todos los tiempos. Justo hasta que he dejé de creer en que había un mejor lo que sea de todos los tiempos. Me explico.

Empecé a escuchar música clásica (término en el que englobaba prácticamente a toda la música que se tocaba con orquesta) cuando tenía unos doce años. Hasta ese momento no era consciente de la cantidad de música clásica que había oído y mis favoritas eran las que me sonaban, normalmente porque las identificaba con la banda sonora de una película o un anuncio. Así que mi música clásica favorita la formaban piezas con nombres tan interesantes como la de Apocalipse Now, la de 2001, la del anuncio del caballo (que resultó ser la del anuncio deun montón de cosas), el de miel de la Granja San Francisco o la de Supermán (que decepción me llevé el día que me enteré de que Williams estaba vivo y había reducido a la mitad mi catálogo de música clásica...)

Por aquel entonces en mi casa había tres discos de música clásica. Las cuatro estaciones de Vivaldi, obras para piano de Chopin (donde estaba la del anuncio de ballerina) y la Suite Española de Albéniz, aparte de un par de grabaciones horrorosas (las grabaciones, se entiende) de Zarzuela . Después apareció el Sr. Haro, un profesor de música que nos hacía llevar música a clase todas las semanas. Empecé saqueándo a los vecinos (el del 6º 2ª tenía una colección maravillosa) y luego empecé a poner en la carta a los reyes, junto a lo último de Olé Olé, cosicas como los Conciertos de Brandemburgo o la Pastoral de Beethoven. Finalmente llegó a casa una oferta de una entidad bancaria que regalaba una colección de clásicos imprescindibles por poner un dinerillo (que no tenía) a plazo fijo. Cuando se acabó el plazo me ofrecieron renovarlo a cambio de una colección similar con las óperas más famosas. Así empezó mi discoteca.

La verdad es que a la ópera no le presté mucha atención al principio. Siempre decía, la ignorancia es atrevida, que me gustaba la música pero me estorbaban los gritos. Por eso empecé por los preludios. Luego vinieron los coros. Finalmente llegaron las arias. Primero las de soprano. La Casta Diva de Norma. Un vel di vedremo, de Madam Butterfly. La Habanera de Carmen. O mio babbino caro, de Gianni Schicchi... Hasta que un buen día tres señores muy simpáticos aprovecharon un mundial de fútbol para devertirse un buen rato cantando arias de tenor. La verdad es que ya escuchaba antes, pero me sirve como excusa. El caso es que más o menos por aquella época descubrí que era Dominguista.

Entonces no lo sabía, pero acababa de tomar una de esas decisiones que te marcan para toda la vida, como elegir equipo de fútbol. Entrelos melómanos la comunidad de fanáticos de Domingo es casi tan grande como la de sus detractores y las discusiones son encarnizadas. Yo era de los primeros y pasé de escuchar ópera a escuchar a Plácido Domingo. A partir de ese día (y hasta hace muy poquito) en mi carta a los reyes no faltaba el título de una ópera junto a las palabras por Plácido.

Estaba de enhorabuena. Si algo es fácil hoy enb día es encontrar una grabación de ópera por Plácido Domingo. Y es que estamos ante, probablemente, el tenor con el repertorio más amplio de la hisotria (130 papeles). Lo ha cantado casi todo y, casi todo lo que ha cantado, lo ha grabado. Esta ha sido sin duda una de las cosas que más han valorado los señores de la BBC. Si Caruso parecía el más grande porque fue el primero de los grandes que dejó grabaciones (de los primeros años del siglo XX), Domingo ha vivido su larguísima carrera en los tiempos en que la industria discográfica ha experimentdo sus más espectaculares mejoras, irrupción del digital incluída.

¿Convierte esta particularidad a Plácido en el mejor tenor de todos los tiempos? Sin duda no. Pero de cuanto ha hecho ha dejado constancia sonora en la mejor calidad posible.

Lo que más me gusta de Domingo, aparte de esa voz tan amplia que le permite moverse por papeles variadísimos que incluyen el repertorio lírico, el Spinto, el dramático, el Helden.., es que además de un gran cantante es un excepcional intérprete. Actúa cantando. Y eso en la ópera es fundamental. Hay voces más bonitas. Las hay con mayor facilidad para el agudo. Las hay más ágiles. Las hay más potentes. Pero Domingo hace que los personajes sean creíbles.

Hoy no compro exclusivamente discos de Domingo. Creo que he dado un paso más en mi evolución como amante de la ópera y empiezo a tener mi cantante preferido para cada papel. He descubierto que hay cosas que Domingo no puede hacer como lo han hecho otros. Ni puñetera falta que le hace. Por eso me gusta esta lista. Porque me permite descubrir a otras voces que se me hubieran escapado si hubiera segudio endomingado.

Antes de presentaros a los, quizás, 20 mejores tenores de todos los tiempos, una apreciación. En la lista sólo aparecen dos tenores en activo. Domingo (el primero) y el jovencísimo Juan Diego Flórez. Que Flórez esté ahí tiene muchísimo mérito. A sus 35 años tiene aún mucho que demostrar y sin embargo se ha colado en una lista donde no aparecen nombres tan emblemáticos como los del recientemente desaparecido Giuseppe Di Stefano, Luigi Alva o Mario del Mónaco, por citar sólo algunos. En los próximos días pondré unos cuantos videos de estos artistas para que nos hagamos una idea de lo que eran capaces de hacer. De momento me limito a presentar a los ganadores que, el post me está quedando muy Wagneriano (por lo largo que es).

1. Plácido Domingo (nacido en 1941)


Dio mi potevi, de Otello (Verdi). También por Mario del Mónaco (el inicio más recitado que cantado no sé si es muy ortodoxo, pero me parece espectacular), José Cura y Jon Vickers

2. Enrico Caruso (1873-1921)


No, pagliaccio non son, de I pagliacci (Leoncavallo). También por Domingo, del Mónaco y Pavarotti.

3. Luciano Pavarotti (1935-2007)


Una furtiva lagrima, de l'Elisir d'amore (Donizetti). También por Plácido Domingo, Juan Diego Flórez y Rolando Villazón.

4. Fritz Wunderlich (1930-1966)


Dies bildnis, de La flauta mágica (Mozart). También por Francisco Araiza, Juan Diego Flórez y Nicolai Gedda.


5. Jussi Björling (1911-1960)


Salut demeure chaste et pure, de Fausto (Gounod). También por Plácido Domingo, Alfredo Kraus y Giuseppe Di Stefano (atentos al Do del final acabado en un pianissimo imposible)

6. Lauritz Melchior (1890)


Recitar... Ridi pagliaccio, de I Pagliacci (Leoncavallo). También por Plácido Domingo, Pavarotti, Caruso y Mario del Mónaco (de nuevo pasándose la partitura por las narices, pero impresionante)

7. Beniamino Gigli (1890-1957)

8. Jon Vickers (nacido en 1926)

9. Nicolai Gedda (nacido en 1925)

10. Peter Pears (1910-1986)

11. Tito Schipa (1880-1965)


Ella mi fu rapita... Parmi veder la lagrima, de Rigolrtto (Verdi). También por Plácido Domingo, Luciano Pavarotti y Giuseppe DiStefano.

12. Carlo Bergonzi (nacido en 1924)

13. Juan Diego Flórez (nacido en 1973)


A mes amis... Pour mon ame, de La fille du regiment (Donizetti). También por Alfredo Krauss, Pavarotti y Rockwell Blake (éste tampoco está en la lista pero es uno de los tenores con mayor facilidad para el Do. Aquí hay 9. Y el noveno más que cantarlo lo chulea).

14. Peter Schreier (nacido en 1935)

15. Franco Corelli (1921-1976)

16. John McCormack (1884-1945)

17. Anthony Rolfe Johnson (nacido en 1940)

18. Alfredo Kraus (1927-1999)

19. Wolfgang Windgassen (1914-1974)

20. Sergey Lemeshev (1902-1977).

Más información:

BBC Music Magazine

BBC - Domingo hits BBC top spot as greatest tenor ever

El mayor tenor de todos los tiempos, La Razón

viernes, 14 de marzo de 2008

Dostoievski es un suplicio

Existe la sensación (quizás más que una sensación) de que en España se lee poco. Creíamos que la culpa era del sistema educativo, pero quizás lo es del sistema penal. Un juez turco nos ha iluminado a todos con una sentencia que no sólo servirá pero ayudar en su reinserción a dos ladronzuelos sino que sin duda elevará el nivel cultural de la ciudadanía turca a cotas insospechadas. Al menos, de la ciudadanía que pasa un tiempecito a la sombra.

Parece ser que un par de chorizos fueron pillados en flagrante delito. Los arrestados confesaron su culpabilidad y mostraron arrepentimiento, por lo que el juez decidió ser benévolo. ¿Benévolo? Según se mire. El magistrado ha condenado a los infractores a cinco meses de prisión durante los cuales tendrán que dedicar al menos tres horas diarias a, ojito, ¡leer!. Como no se fía de que realmente lean, el juez, que seguramente fue a mi cole, ha optado por seguir la misma táctica que aplicaban en la escuela para asegurarse de que habíamos leído lo mandado cuando nos castigaban: hacer resúmenes de lo leído.

Por un momento pensé en pillarme un vuelo barato y acercarme a Turquía a robar algo, a ver si me caían cinco mesecitos de retiro literario. El problemilla es que el juez no tiene suficiente con obligarte a leer. Encima decide qué debes leer. Y para empezar con buen pie su primera elección ha sido la más lógica: Crimen y Castigo, de Fiódor Dostoievski. Supongo que la siguiente lectura será El idiota.

No sé qué pensaría el amigo Fiódor si levantase la cabeza y viera que en algunos países la lectura de su obra más célebre se considera una condena. Yo creo que le haría gracia. En cualquier caso, una de las explicaciones que ha dado el juez a esta peculiar sentencia es que los ladrones colaboraron con la policía y no mataron a nadie. De haberlo hecho el castigo hubiera sido mucho más duro. Qué se yo... ¿Las obras completas de Ken Follet? ¿Dan Brown? ¿¿Paulo Coelho?? Buf. Voy a revisar la Convención de Ginebra a ver qué dice al respecto...

Turquía condena a dos ladrones a leer 3 horas al día, en La Vanguardia

martes, 4 de marzo de 2008

Pippo noi fu rapito


Ayer murió el que para muchos era el último superviviente de una generación mitica de cantantes de ópera. Giuseppe Di Stefano fue uno de los tenores más aclamados en la década de los 50 y principios de los 60, cuando triunfaban voces legendarias como Del Mónaco, Corelli, Tebaldi, Bergonzi, Gobbi o María Callas, con quien compartió escenario en numerosas ocasiones. Sin embargo la mayoría de los críticos coinciden en que, pese a sus grandes cualidades, apenas pudo mantenerse una década entre los más grandes.

La leyenda de Di Stefano encarna a la perfección el tópico del Tenore ególatra que tras unos inicios brillantes dilapida su voz y su carrera en una espiral de egolatría, excesos, celos y rencillas. Algunos creen que no supo acotar su reperterio y se dejó la voz en papeles que no le convenían. Él achacaba sus problemas de garganta a la calefacción de los teatros, mientras degustaba un humeante habano. En cualquier caso, dejó para la historia interpretaciones míticas en algunos de los principales papeles de tenor lírico. Como homenaje, dos de sus personajes más celebrados: el Duque de Mantua en Rigoletto (Verdi) y Edgardo en Lucia de Lamermoor (Donizetti).




Ella mi fu rapita - Rigoletto (Verdi)


Fra poco me ricovero - Lucia de Lamermoor (Donizetti)


Giuseppe di Stefano, uno de los tenores legendarios del siglo XX, en El País

Giuseppe di Stefano, 'el tenor de la Callas', en El Mundo

Di Stefano ha muerto, en Medicina del cant

domingo, 2 de marzo de 2008

Soy racista

Iniciado el 18 de enero

Reflexionando sobre lo ocurrido, llegué a la moto y empecé a preparar los arreos cuando una voz a mi espalda me pidió la hora. Me di la vuelta mientras contestaba y me encontré con un rostro afable de unos treinta y tantos que me observaba a dos metros de distancia.

- ¿Puedo hablar un momento contigo?
- Sí, por supuesto.
- ¿No te molestará que te pregunte un extranjero? - me dijó preocupado.
- No. Claro que no. - contesté extrañado.
- Es que en esta ciudad hay muchos racistas. Gente que le molesta que un extranjero les hable...

Asentí imaginando lo desagradable que debe ser que alguien te mire mal al pedirle la hora simplemente por tener la piel un pelín más oscura. Me dije que el desconocimiento lleva al miedo y el miedo lleva a hacer cosas horribles. Una amiga me había dichi hace un tiempo que el racismo, como el nacionalismo y tantos otros ismos, es un mal que se cura viajando. Conozco gente que ha estado en muchos sitios y no le ha aprovechado nada, pero probablemente ir a un sitio no es viajar. Recordé un viaje hace muchos años que hice a Turquía. Guardo maravillosos recuerdos de aquellos días como una tarde de regateo entre acordes de guitarra y lingotazos de raki, el tranqulizador murmullo del agua en la Cisterna o el aroma del té en una cueva de la Capadocia. Pero muy especialmente la media hora que pasamos en una terracita en un parque de Konya acompañados por un vendedor de alfombras. Nos abordó en pleno paseo al oírnos hablar español y nos invitó a un té para poder practicar el idioma un rato. En pocos lugares del mundo me he sentido tan bien tratado. Todo esto acudía a mi mente mientras el improvisado amigo me explicaba que acababa de licenciarse en Túnez y que había venido a ampliar sus estudios y aprender idiomas. Me contaba lo complicado que es para alguien de su tierra el día a día en un país que, me dijo, miraba con recelo a los de fuera. Luego me pidió si podía dejarle algo para llamar a su país y pedir que le mandaran dinero.

No me gustó que en menos de dos minutos la agradable conversación (más bien monólogo porque no me dejó abrir boca) se hubiera transformado en una petición de dinero. Pero me había parecido muy amable así que me eché la mano al bolsillo. En cuanto noté que no estaba el monedero recordé que lo había guardado en la bolsa al pagar las hamburguesas. La bolsa estaba ya bien guardadita en el cajón de la moto pero no hacía falta sacarla. Había usado todas las monedas para no cambiar el billete de 50 euros que llevaba en la cartera e incluso Quckly me había tenido que dejar unos céntimos. Le dije que lo sentía pero no llevaba suelto. De hecho no llegué a decir la palabra "suelto" ya que tras el "no llevo" se precipitó a decirme que podíamos cambiar en el bar de al lado. Aquello tampoco me gustó. Tenía algo de prisa y no me apetecía cambiar el billete de 50 euros. Pensándolo fríamente es una tontería. ¿Qué mal me podía hacer perder unos minutos y cambiar un billete si podía ayudar a alguien? Pero ya había dicho que no llevaba y lo que pasó a continuación me disuadió de desdecirme.

Mi ex amigo me miró muy enfadado y me dijo que no se creía que no llevara nada.

- ¿Acaso eres un niño pequeño que sale a la calle sin dinero? - me dijo de muy malos modos. Por un segundo quise decirle que tan pequeño como él, pero me pareció innecesario. A continuación fue cuando me sacó de mis casillas.

- Si me hubieras dicho que no querías dármelo no hubiera pasado nada, pero me molesta que me mientan. Lo que pasa es que eres un racista. Si yo fuera de tu país me lo habrías dejado pero eres un racista. Sí. Un racista. Todos aquí sois racistas. Todos sois iguales.

Se marchó sin dejarme hablar mientras repetía el "todos sois iguales".

Cada día me molesta más la gente que proyecta en los demás sus propias fobias. Está claro que alguien que repite sin cesar "todos sois iguales" no es el más indicado para hablar de racismo. En un mundo donde esta lacra condena a la desesesperación a tantos millones de personas, utilizar estas acusaciones para defender lo indefendible me parece de lo más mezquino. El racismo es un problema muy serio que no podemos utilizar a la ligera. Probablemente soy racista. Y clasista. Y sexista. Y homófobo. Y estúpido. Y muchas cosas más. He nacido donde he nacido y cuando he nacido y dudo mucho que esté completamente libre de los defectos que afectan a tantas personas a mi alrededor. No pretendo ser mejor que nadie. Pero eso no le da derecho a nadie a exigirme que le haga un favor ni a juzgar mis motivaciones para no hacerlo. Y me duele especialmente esta situación porque individuos como el que me acusó sirven de excusa a cientos de racistas para afirmar, injustamente, que todos son iguales.

Actualizado el 29 de febrero

Ayer estaba guardando la bolsa en la moto cuando alguien me pidió la hora. Al responder levanté la cabeza y me reencontré con la sonrisa de mi ex amigo.

- ¿Puedo hablar un momento contigo?
- Ya hablamos el otro día.

Se echó a reir. Se dio la vuelta y se marchó como si tal cosa. Mientras se alejaba me di cuenta de que me sentía mucho mejor. Como si me hubieran quitado un peso de encima. El peso de haberlo juzgado mal y de que efectivamente fuera un estudiante de Túnez al que la desesperación hizo que se le calentara la boca. Creo que hoy soy un poco más racista que hace unos días. ¿Tan fácil es sacar lo peor de nosotros mismos? Me tenía por una persona más cabal. Como tantas veces, me equivocaba.

viernes, 29 de febrero de 2008

Coming soon

Lo sé. Llevo muuuucho tiempo desaparecido. Pero ya se han acabado los exámenes, las notas están entregadas y en breve volveré por mis lares blogueros. Tengo un par de artículos a medias. El siguiente es la continuación del último que escribí. Lleva empezado desde... uf!

En breve lo colgaré.

Mientras tanto, y para entreteneros un poquito, ahí va un vídeo. No busquéis un sentido a porqué éste y no otro. El otro día reencontré un viejo CD con emepetreses de canciones de los ochenta. De esas que salían en los discos que regalaban las cajas de ahorro por navidad (las buenas costumbres se van perdiendo) con los éxitos del año. En esos discos podías encontrar lo último de Miguel Bosé (Supersuperman...) con Peret (Borriquitocomotú), Mocedades, Serrat, José Innombrable Vélez, Humet... Vaya. Lo que se llamaba un pupurrí en toda regla. Esta canción salía en uno de ellos. No he vuelto a saber de la cantante. De hecho, hasta que reencontré el CD estaba convencido de que era de Mari Trini. En fin. Que disfrtéis de las maravillas de la televisión de los ochenta.

viernes, 18 de enero de 2008

Soy gay

En alguna ocasión ya he hablado de los prejuicios. Quien más quien menos, en mayor o menor medida, todos los tenemos. Ya sea por la educación que hemos recibido, el entorno en el que nos hemos movido, la lengua que hablamos, las frases hechas que utilizamos... estamos rodeados de prejuicios que antes o después aparecen aunque sea de la forma más inocente o bienintencionada. La historia de hoy (y la de mañana) tiene algo que ver con esto.

El otro día entré a la cafetería que hay al lado de la oficina con mi amigo Quikly. Casi todos los martes y jueves solemos reunirnos allí con la excusa de resolver asuntos pendientes del trabajo. Y casi siempre acabamos hablando de fútbol, series y cachivaches informáticos mientras nos metemos entre pecho y espalda el insuperable bocata de hamburguesa casera con queso y cebolla que sirven allí. Hace años que trabajamos juntos, en dos empresas y tres barrios distintos, y siempre acabamos encontrando un bareto donde sirven alguna especialidad rica en colesterol que incorporamos a nuestra rutina semanal.

Así que ahí estábamos otra vez, en la misma esquina de la barra, con las mismas conversaciones, con la misma cara de mosqueo por los problemas del curro (que son siempre los mismos) pero, esta vez, con una diferencia. Las fiestas navideñas nos habían traído el famoso virus intestinal y no teníamos el estómago para hamburguesas.

Nada más sentarnos vimos a la camarera que nos reconoció inmediatamente desde el otro lado de la barra. Tras un año pidiendo siempre lo mismo, lo primero fue advertirle que hoy no tocaba hamburguesa. Dos bikinis y agüita mineral.

- ¿Qué pasa? -preguntó extrañada.
- El famoso virus intestinal. -le respondí.
- ¿Los dos?
- Pues sí. -contesté riendo.
- Uf. Aquí también ha habido varios que han caído. Yo también. Pero he tenido que pasarlo sola. Al menos si lo pasas con alguien se lleva mejor...

En este punto es cuando Quikly y yo nos miramos y empezamos a partirnos de risa.

- Sí claro -respondo-. Supongo que si lo pasas con alguien se lleva mejor. -y no sé si voluntariamente o no, recalco mucho el supongo. Como se me queda mirando con cara rara, me explico.

- Es que yo también lo he pasado solo.

Sigue con la misma cara rara y no podemos aguantarnos más la risa. Como tiene dudas, insiste.

- ¿Pero no han dicho que habían estado enfermos los dos?
- Sí. Aunque distintos días. Y cada uno en su casa.
- ¿Pero son amigos no? -se ha esforzado mucho en no recalcar el "amigos".
- Sí, claro. -respondo poniendo cara de "¿y qué tiene que ver el que seamos amigos conque pasemos los virus sólos o acompañados?"

Como no está muy convencida cambia de estrategia.

- Pues qué suerte ser amigos y trabajar juntos.
- Pues sí. Pero vaya. Sólo coincidimos dos días a la semana.
- Ah. Es que como siempre vienen juntos y comen lo mismo...
- Sí. Los dos días a la semana que coincidimos en la oficina.
- Ah.

Y se va poco convencida a encargar los bikinis mientras nosotros no podemos aguantarnos la risa. Cuando lo comentemos en la oficina se van a mear.

Le he dado vueltas a la escena y me sigue pareciendo muy divertido que la camarera pensara que somos pareja porque comemos lo mismo. De hecho, uno de los principales motivos de separación es la incompatibilidad alimenticia. Junto con la incompatibilidad térmica y otras muchas incompatibilidades que ahora no vienen al caso. Podríamos resumirlo en que las parejas incompatibles suelen separarse, excepto, claro está, las más obstinadas. Pero sería bonito que la gente se emparejara en función de los gustos culinarios. ¿Te van las rubias o las morenas? Las papas fritas con chorizo.

Pero desvaríos aparte, le doy vueltas a mi reacción ante el equívoco. Aparte de lo que nos hemos reído... ¿nos ha incomodado que pensara que éramos pareja? La verdad es que no nos hemos esforzado demasiado en disuadirla, entre otras cosas porque la situación era divertida. Pero podríamos haberla enredado un poco más. O seguirle el juego. O pasar de todo y decir que sí para cambiar de tema.

Así que le he dado vueltas para ver si mi reacción era homófoba. ¿Qué hubiera pasado si hubiera estado comiendo hamburguesas con Rihanna (por poner un ejemplo)? Pues que hubiera aprovechado la confusión para arrimarme y, con una sonrisa de oreja a oreja, alargar el tema todo lo que me hubiera dejado... Rihanna. ¿Y si hubiera estado con Yola Berrocal? Pues hubiera cortado el asunto inmediatamente dejando bien clarito que lo único que comparto con la susodicha son los gustos culinarios (espero que ni eso). ¿Qué conclusión saco de todo esto? Que Quikly no es Rihanna pero, afortunadamente, tampoco es Yola Berrocal. A la cama no te irás sin saber una cosa más. Pues eso. Buenas noches.