viernes, 17 de marzo de 2006
Cuatro cosillas
Ana me devuelve la jugada del Meme rarito invitándome a participar en un Four things MEME. Lo que podríamos llamar el Meme de las cuatro cosillas. En esta ocasión se trata de destacar cuatro cosas de un conjunto de categorías que varían de una versión a otra. Ana, haciendo caso de un consejo previo, se toma la libertad de cambiar alguna de las preguntas, y yo haré lo mismo. No muchas, pero alguna. Además puedo excusarme en mi paupérrimo nivel de inglés. Ahí van las respuestas:
Cuatro trabajos que he tenido
- Periodista (llegué a cobrar doscientas pelas por crónica...)
- Director de Comunicación (sabe Dios lo que eso significa...)
- Profesor universitario (y hay quien se queja del nivel de nuestras universidades...)
- Quiosquero (curiosamente, el único trabajo para el que no estaba "cualificado" y probablemente el que mejor se me da)
Cuatro libros que he disfrutado recientemente
- Cómo acabar de una vez por todas con la cultura, de Woody Allen
- Harry Potter y el príncipe mestizo, de J. K. Rowling
- Casa Capitular (Dune 6), de Frank Herbert
- Una mujer difícil, de John Irving
Cuatro lugares en los que he vivido (en mi caso, que siempre he vivido en Barcelona, en los que me he sentido como en mi casa)
- Roma
- Jaipur
- Xian
- Buenos Aires
Cuatro sitios en los que me gustaría estar ahora mismo
- En mi camita
- En Almería, junto a una caña con su respectiva tapa
- En 1994, a punto de empezar en la universidad
- Contigo
Cuatro discos que he disfrutado recientemente
- Lágrimas negras, de Dieguito "el Cigala" y Bebo Valdés
- La Boheme, con Plácido Domingo y Montserrat Caballé
- Free boleros, de Tete Montoliu y Maite Martín
- Come away with me, de Norah Jones
Cuatro programas de TV que me encantan (Ana, recupero la propuesta original de Rashmi ;-)
- House (ahora mismo, mi serie preferida)
- Los Serrano (lo siento, pero no puedo evitarlo)
- Smallville (por su director de casting)
- El loco de la colina (porque ya no se hacen entrevistas como las de antes)
Cuatro personajes a los que odio irracionalmente (ésta es mi aportación al Meme, para dar ambientillo. No hay políticos porque he dicho "irracionalmente")
- Jorge Bucay (por abducir a medio planeta con su moralina de primero de EGB)
- Steven Seagal (puedo incluso disfrutar con la bazofia, pero no soporto la "bazofia con mensaje")
- Heidi (porque es buena y abnegada hasta la náusea)
- Diana de Gales (porque muerta molesta más que viva)
Cuatro bloggers a los que les paso el muerto
- TraçMan (porque tú me mandaste el último)
- Kahlo (porque no puedo imaginar a quién no soporta...)
- Danytec (a ver si así escribes algo, que nos tienes abandonados)
- Quiosquera (para que te estrenes en esto)
martes, 14 de marzo de 2006
Ràdio 4 y la RTV pública española (II)
Responder a si las televisiones públicas en España cumplen o no con su vocación de servicio público es complejo. Cada medio responde a necesidades distintas. Por ejemplo, la televisión pública catalana, TV3, debe responder a otras necesidades como colaborar a la normalización lingüística. En este sentido, TV3 demostró que puede verse cine en catalán sin ningún problema (habría que preguntarse por qué, sin embargo, las películas dobladas al catalán tienen tantos problemas para afianzarse en las salas de proyección) y obtuvo sus mayores éxitos gracias al fútbol. Las televisiones locales, por su parte, han sido en ocasiones una vil excusa para dar cuota de pantalla a los alcandes, pero a la vez han logrado dar a la información local, la que más interesa en muchas ocasiones al espectador, un protagonismo que el resto de cadenas se pasan por el forro.
Televisión Española tiene una programación bastante variada (como corresponde a un canal generalista) pero cuando intenta hacer televisión cultural aburre y cuando intenta hacer televisión comercial cae habitualmente en los mismos excesos y carencias que las privadas. Programas como el Gran Prix, Cine de Barrio o Noche de Fiesta funcionan bastante bien pero, sinceramente, no aportan absolutamente nada al espectador. Desgraciadamente tampoco aportan unos ingresos que sostengan a los programas deficitarios.
No pretendo criticar los programas "comerciales". No soy de los que crean que algo, por el hecho de ser popular, es basura. Al contrario. Lo que digo es que una televisión pública debiera ofrecer alternativas a la programación de las privadas y, si no puede pero igualmente opta por formatos de éxito, debiera obtener con ellos beneficios que compensaran las pérdidas de los programas alternativos. Desgraciadamente, TVE no ofrece demasiadas alternativas y encima pierde dinero con ello.
La respuesta del gobierno fue encargar a un comité de sabios un informe sobre la situación de TVE y propuestas para el futuro. Aquí no puedo retenerme. El mismo concepto de "comité de sabios" me produce urticaria. Y un vistazo a su composición confirma mis peores expectativas: filósofos, catedráticos... intelectuales. En un país en el que los autodenominados intelectuales, por definición, abominan de la caja tonta y se jactan de no verla jamás... ¿A quién se le ocurre encargarles su salvación? La polémica estaba servida y no tardó en trasladarse a los medios. Un debate interesantísimo, eso sí. Creo que es totalmente necesario que los intelectuales den su opinión sobre cómo debe ser la televisión en su opinión. Y enfrentar ésta con la de los profesionales, los programadores... y, ya puestos y si no es molestia, los espectadores. Lo que no puede hacerse es otorgar el poder de decisión a un solo grupo, y encima asegurar que se elevará la propuesta tal cual al congreso.
Y una vez que tenemos el dictámen de los sabios... vienen las consecuencias. De entrada diré que muchas de las propuestas me parecen fantásticas. Si además dijeran cómo pueden llevarse a la práctica, la cosa sería aún mejor. No obstante, la mayoría de las reacciones han sido de total oposición. Debo decir que, en mi opinión, muchas de las airadas reacciones en contra se deben más a todo el revuelo mediático creado alrededor de este debate que al informe en sí. Y la crítica más dura ha sido el caso omiso que han hecho en el gobierno a buena parte de las propuestas. En cualquier caso, el informe está ahí y ha venido acompañado de las primeras medias. Medias que en rigor no han salido del comité de sabios pero que se han vendido por parte del gobierno como requisito imprescindible para llevarlo a la práctica.
¿Y cómo soluciona una empresa pública los problemas económicos derivados de su mala gestión? Pues como la empresa privada: despidiendo gente.
Cerca del 40% de las plantillas de TVE y RNE se irán a la calle. Y de rebote, se cerrará Radio 4, la primera en emitir en catalán tras la dictadura, o la delegación de Canarias.
Que una cadena pública considere que no es su responsabilidad emitir en todas las lenguas que la constitución recoge y defiende me parece triste. Que inicie su andadura hacia una mejora de la calidad renunciando de manera expresa a tratar la información local, me parece en extremo peligroso. Sin duda no se están enterando de qué va esto de la comunicación. El servicio público debe ser cada día más cercano y personalizado, y esto empieza por la información que recibimos. Me temo mucho que tras las reformas nos quedemos en una versión reducida de lo que ya teníamos: entretenimiento ramplón en la primera y tostones infumables en la segunda. Y nada más. Para esto, no hacían falta sabios.
El 'comité de sabios' elaborará en nueve meses un informe para redactar una nueva ley sobre RTVE, en elmundo.es
RTVE: Rodríguez Zapatero y sus sabios se estrellan contra la televisión, en Chasqui
RTVE Pública
El Congreso desmonta las principales sugerencias del 'comité de sabios' de RTVE, en El País
Sigue la polémica del comité de sabios de RTVE, en INFO-TK
Televisión Española tiene una programación bastante variada (como corresponde a un canal generalista) pero cuando intenta hacer televisión cultural aburre y cuando intenta hacer televisión comercial cae habitualmente en los mismos excesos y carencias que las privadas. Programas como el Gran Prix, Cine de Barrio o Noche de Fiesta funcionan bastante bien pero, sinceramente, no aportan absolutamente nada al espectador. Desgraciadamente tampoco aportan unos ingresos que sostengan a los programas deficitarios.
No pretendo criticar los programas "comerciales". No soy de los que crean que algo, por el hecho de ser popular, es basura. Al contrario. Lo que digo es que una televisión pública debiera ofrecer alternativas a la programación de las privadas y, si no puede pero igualmente opta por formatos de éxito, debiera obtener con ellos beneficios que compensaran las pérdidas de los programas alternativos. Desgraciadamente, TVE no ofrece demasiadas alternativas y encima pierde dinero con ello.
La respuesta del gobierno fue encargar a un comité de sabios un informe sobre la situación de TVE y propuestas para el futuro. Aquí no puedo retenerme. El mismo concepto de "comité de sabios" me produce urticaria. Y un vistazo a su composición confirma mis peores expectativas: filósofos, catedráticos... intelectuales. En un país en el que los autodenominados intelectuales, por definición, abominan de la caja tonta y se jactan de no verla jamás... ¿A quién se le ocurre encargarles su salvación? La polémica estaba servida y no tardó en trasladarse a los medios. Un debate interesantísimo, eso sí. Creo que es totalmente necesario que los intelectuales den su opinión sobre cómo debe ser la televisión en su opinión. Y enfrentar ésta con la de los profesionales, los programadores... y, ya puestos y si no es molestia, los espectadores. Lo que no puede hacerse es otorgar el poder de decisión a un solo grupo, y encima asegurar que se elevará la propuesta tal cual al congreso.
Y una vez que tenemos el dictámen de los sabios... vienen las consecuencias. De entrada diré que muchas de las propuestas me parecen fantásticas. Si además dijeran cómo pueden llevarse a la práctica, la cosa sería aún mejor. No obstante, la mayoría de las reacciones han sido de total oposición. Debo decir que, en mi opinión, muchas de las airadas reacciones en contra se deben más a todo el revuelo mediático creado alrededor de este debate que al informe en sí. Y la crítica más dura ha sido el caso omiso que han hecho en el gobierno a buena parte de las propuestas. En cualquier caso, el informe está ahí y ha venido acompañado de las primeras medias. Medias que en rigor no han salido del comité de sabios pero que se han vendido por parte del gobierno como requisito imprescindible para llevarlo a la práctica.
¿Y cómo soluciona una empresa pública los problemas económicos derivados de su mala gestión? Pues como la empresa privada: despidiendo gente.
Cerca del 40% de las plantillas de TVE y RNE se irán a la calle. Y de rebote, se cerrará Radio 4, la primera en emitir en catalán tras la dictadura, o la delegación de Canarias.
Que una cadena pública considere que no es su responsabilidad emitir en todas las lenguas que la constitución recoge y defiende me parece triste. Que inicie su andadura hacia una mejora de la calidad renunciando de manera expresa a tratar la información local, me parece en extremo peligroso. Sin duda no se están enterando de qué va esto de la comunicación. El servicio público debe ser cada día más cercano y personalizado, y esto empieza por la información que recibimos. Me temo mucho que tras las reformas nos quedemos en una versión reducida de lo que ya teníamos: entretenimiento ramplón en la primera y tostones infumables en la segunda. Y nada más. Para esto, no hacían falta sabios.
El 'comité de sabios' elaborará en nueve meses un informe para redactar una nueva ley sobre RTVE, en elmundo.es
RTVE: Rodríguez Zapatero y sus sabios se estrellan contra la televisión, en Chasqui
RTVE Pública
El Congreso desmonta las principales sugerencias del 'comité de sabios' de RTVE, en El País
Sigue la polémica del comité de sabios de RTVE, en INFO-TK
lunes, 13 de marzo de 2006
Ràdio 4 y la RTV pública española
Tras la presentación del plan de viabilidad para RTVE, que entre otras medidas implica el cierre de Ràdio 4, se han sucedido las protestas por parte de oyentes, simpatizantes, periodistas, políticos y agentes sociales de todo tipo. Una buena ocasión para reflexionar sobre el papel de los medios públicos en este país.
¿Qué es un medio público? Un pozo sin fondo, una fuente inagotable de problemas, una tentación para los gobernantes.., también un servicio público que debe informar y entretener al público sin depender en exceso de los criterios mercantiles de los medios privados.
No vamos a entrar en si los medios públicos son algo bueno o malo. Estamos ya grandecitos para andar con maniqueísmos reduccionistas. Habida cuenta que nos encontraremos con cosas positivas y negativas, de lo que se trata es de determinar, primero si merece la pena tener medios públicos y, en caso afirmativo, cómo deben gestionarse y con qué objetivos.
En el mundo imperan varios modelos absolutamente distintos de televisión pública. Quizás los dos más interesantes, y prácticamente antagónicos, son el estadounidense y el británico. En Estados Unidos lo público prácticamente no existe. La televisión pública, por tanto, es algo anecdótico, con audiencias ridículas y motivo de chistes entre la población. En el Reino Unido la televisión pública es un referente mundial en cuanto a contenidos de calidad. La BBC no emite publicidad. Se financia mediante impuestos especiales y, muy importante, la explotación de sus productos audiovisuales en todo el mundo.
En España la televisión pública tiene una doble financiación. Una importante aportación de los Presupuestos Generales del Estado y los ingresos en concepto de publicidad. Aún así, las pérdidas de RTVE son enormes y constantes.
Está claro que el objetivo de una televisión pública no puede ser ganar dinero. Se le presuponen unos gastos mayores que los de las televisiones privadas en tanto que deben cumplir con su vocación de servicio público atendiendo a temas que no tienen ningún interés comercial. Lo deseable, además, sería que al igual que la BBC impusieran unos estándares de calidad mayores.
Sin embargo, cuando analizamos la programación de TVE vemos que su canal generalista, la primera, compite por el mercado publicitario con las privadas (ese no debía ser su objetivo...) con programas de género similar, calidad no siempre mayor y facturas más elevadas. La 2, el canal que asume por definición y casi en exclusiva la carga de ofrecer una alternativa de calidad a las cadenas privadas (no debían hacer eso los dos canales...) logra unas cuotas de pantalla discretísimas con básicamente tres tipos de contenidos: deportes (excepto fútbol), documentales y otros programas divulgativos comprados (básicamente animalitos) y una serie de programas más o menos culturales de producción propia que apenas se promocionan y tienen audiencias bastante bajas. Algunos de estos programas me parecen realmente interesantes, pero se venden fatal.
Por su parte, los informativos, el buque insignia de la cadena, son constantemente criticados por su falta de objetividad, algunas veces con razón, otras muchas tan solo como parte de las estrategias de las oposiciones.
A esto hay que sumarle 5 cadenas de radio (que no emiten publicidad) y toda la red de radios y televisiones autonómicas y municipales.
Si lo sumamos todo, veremos que la inversión que hacen las distintas administraciones en medios públicos es enorme. ¿Pero cumplen realmente con la función que se espera de ellas?
La respuesta, mañana.
Notas de Prensa sobre el Plan de Futuro de RTVE
RTVE Informa
Últimas noticias sobre Ràdio 4
Ràdio 4 és viva
¿Qué es un medio público? Un pozo sin fondo, una fuente inagotable de problemas, una tentación para los gobernantes.., también un servicio público que debe informar y entretener al público sin depender en exceso de los criterios mercantiles de los medios privados.
No vamos a entrar en si los medios públicos son algo bueno o malo. Estamos ya grandecitos para andar con maniqueísmos reduccionistas. Habida cuenta que nos encontraremos con cosas positivas y negativas, de lo que se trata es de determinar, primero si merece la pena tener medios públicos y, en caso afirmativo, cómo deben gestionarse y con qué objetivos.
En el mundo imperan varios modelos absolutamente distintos de televisión pública. Quizás los dos más interesantes, y prácticamente antagónicos, son el estadounidense y el británico. En Estados Unidos lo público prácticamente no existe. La televisión pública, por tanto, es algo anecdótico, con audiencias ridículas y motivo de chistes entre la población. En el Reino Unido la televisión pública es un referente mundial en cuanto a contenidos de calidad. La BBC no emite publicidad. Se financia mediante impuestos especiales y, muy importante, la explotación de sus productos audiovisuales en todo el mundo.
En España la televisión pública tiene una doble financiación. Una importante aportación de los Presupuestos Generales del Estado y los ingresos en concepto de publicidad. Aún así, las pérdidas de RTVE son enormes y constantes.
Está claro que el objetivo de una televisión pública no puede ser ganar dinero. Se le presuponen unos gastos mayores que los de las televisiones privadas en tanto que deben cumplir con su vocación de servicio público atendiendo a temas que no tienen ningún interés comercial. Lo deseable, además, sería que al igual que la BBC impusieran unos estándares de calidad mayores.
Sin embargo, cuando analizamos la programación de TVE vemos que su canal generalista, la primera, compite por el mercado publicitario con las privadas (ese no debía ser su objetivo...) con programas de género similar, calidad no siempre mayor y facturas más elevadas. La 2, el canal que asume por definición y casi en exclusiva la carga de ofrecer una alternativa de calidad a las cadenas privadas (no debían hacer eso los dos canales...) logra unas cuotas de pantalla discretísimas con básicamente tres tipos de contenidos: deportes (excepto fútbol), documentales y otros programas divulgativos comprados (básicamente animalitos) y una serie de programas más o menos culturales de producción propia que apenas se promocionan y tienen audiencias bastante bajas. Algunos de estos programas me parecen realmente interesantes, pero se venden fatal.
Por su parte, los informativos, el buque insignia de la cadena, son constantemente criticados por su falta de objetividad, algunas veces con razón, otras muchas tan solo como parte de las estrategias de las oposiciones.
A esto hay que sumarle 5 cadenas de radio (que no emiten publicidad) y toda la red de radios y televisiones autonómicas y municipales.
Si lo sumamos todo, veremos que la inversión que hacen las distintas administraciones en medios públicos es enorme. ¿Pero cumplen realmente con la función que se espera de ellas?
La respuesta, mañana.
Notas de Prensa sobre el Plan de Futuro de RTVE
RTVE Informa
Últimas noticias sobre Ràdio 4
Ràdio 4 és viva
martes, 7 de marzo de 2006
House
Mis hábitos de consumo televisivo están cambiando. Y me doy cuenta de que no soy el único. Dejando a un lado los documentales de animales y los informativos, que como todos sabemos son los únicos programas que ve todo el mundo cuando le ponen un micro delante, antiguamente el mayor porcentaje de tiempo televisivo lo dedicaba a ver películas o retransmisiones deportivas en directo. El tema de los deportes lo estoy dejando conforme todo lo que merece la pena es Pay-per-view. Y las películas son perjudiciales para mi salud. No es que no hagan películas que me interesen. Me encanta el cine, multitud de géneros y tengo miles de pelis interesantes por ver, aparte de otras miles que no me importa revisar.
El problema es que ya sea por las horas a las que empiezan las pelis interesantes, ya por la hora adicional de anuncios, ya por las dos cosas juntas, no puedo ver una peli completa y despertarme para llegar al curro al día siguiente. Imposible.
Por ese motivo cada día estoy más enganchado a las series. Capítulos de como mucho una hora, en prime time y, no menos importante, con una realización que nada tiene que envidiar a muchas pelis.
Así pues, he llegado a contar los días de la semana por la serie de turno. La temporada pasada los lunes eran Perdidos, los jueves 24... Este año, los martes son House. Una serie protagonizada por el actor británico Hugh Laurie (Los amigos de Peter, Maybe Baby, The Black Adder) en el papel de un médico cínico y cabroncete que salva vidas mientras se la hace imposible a todo el que lo rodea.
Mientras en Cuatro están emitiendo el final de la primera temporada de la serie, en la Fox hace un tiempo que empezaron con la segunda. Los tres últimos capítulos de la primera temporada me parecieron geniales, especialmente el penúltimo: "Tres historias".
Todo este parrafón para llegar al meollo de la cuestión. Reciéntemente se ha publicado en Estados Unidos la lista de The futon critic. Como sabemos, allí a freaks no los gana nadie, así que hay gente para todo. Estos señores son unos fanáticos de las series que publican cada año el listado, no de las mejores series, sino de los 50 mejores episodios de la temporada. Y como no podía ser de otro modo, "Tres historias" se ha llevado la palma.
¿Significa esto que tengo los mismos gustos que los yankees? ¿Qué soy tan rarito como ellos? Yo no iría tan lejos. Lo que sí creo es que nos encontramos ante un claro ejemplo más de que la globalización es una apisonadora que funciona en una única dirección. Las series norteamericanas se venden perfecamente en todo el mundo, pese a recurrir muchísimas veces a chistes absolutamente locales y que no debiéramos poder entender los que no vivimos allí. Y lo chungo es que los entendemos. ¿Se imaginan a un americano ante el televisor partiendose la caja mientras Javier Cámara imita a Chiquito de la Calzada en el primer capítulo de 7 vidas? ¿O mientras Antonio Resines y Jesús Bonilla se enzarzan en una de sus lúcidas discusiones de Los Serrano?
Supongo que no. En cualquier caso, si la globalización es la causa de que podamos ver House, habrá que reconocerle algún mérito. Lástima que por cada House haya que tragarse veintisiete Vigilantes de la Playa.
Un año en 50 episodios, en vayatele.com
The futon critic
House en mundoplus.tv
El problema es que ya sea por las horas a las que empiezan las pelis interesantes, ya por la hora adicional de anuncios, ya por las dos cosas juntas, no puedo ver una peli completa y despertarme para llegar al curro al día siguiente. Imposible.
Por ese motivo cada día estoy más enganchado a las series. Capítulos de como mucho una hora, en prime time y, no menos importante, con una realización que nada tiene que envidiar a muchas pelis.
Así pues, he llegado a contar los días de la semana por la serie de turno. La temporada pasada los lunes eran Perdidos, los jueves 24... Este año, los martes son House. Una serie protagonizada por el actor británico Hugh Laurie (Los amigos de Peter, Maybe Baby, The Black Adder) en el papel de un médico cínico y cabroncete que salva vidas mientras se la hace imposible a todo el que lo rodea.
Mientras en Cuatro están emitiendo el final de la primera temporada de la serie, en la Fox hace un tiempo que empezaron con la segunda. Los tres últimos capítulos de la primera temporada me parecieron geniales, especialmente el penúltimo: "Tres historias".
Todo este parrafón para llegar al meollo de la cuestión. Reciéntemente se ha publicado en Estados Unidos la lista de The futon critic. Como sabemos, allí a freaks no los gana nadie, así que hay gente para todo. Estos señores son unos fanáticos de las series que publican cada año el listado, no de las mejores series, sino de los 50 mejores episodios de la temporada. Y como no podía ser de otro modo, "Tres historias" se ha llevado la palma.
¿Significa esto que tengo los mismos gustos que los yankees? ¿Qué soy tan rarito como ellos? Yo no iría tan lejos. Lo que sí creo es que nos encontramos ante un claro ejemplo más de que la globalización es una apisonadora que funciona en una única dirección. Las series norteamericanas se venden perfecamente en todo el mundo, pese a recurrir muchísimas veces a chistes absolutamente locales y que no debiéramos poder entender los que no vivimos allí. Y lo chungo es que los entendemos. ¿Se imaginan a un americano ante el televisor partiendose la caja mientras Javier Cámara imita a Chiquito de la Calzada en el primer capítulo de 7 vidas? ¿O mientras Antonio Resines y Jesús Bonilla se enzarzan en una de sus lúcidas discusiones de Los Serrano?
Supongo que no. En cualquier caso, si la globalización es la causa de que podamos ver House, habrá que reconocerle algún mérito. Lástima que por cada House haya que tragarse veintisiete Vigilantes de la Playa.
Un año en 50 episodios, en vayatele.com
The futon critic
House en mundoplus.tv
domingo, 5 de marzo de 2006
Fiesta!
El mensaje que aparecía bajo este epígrafe hace unos días se autodestruyó el día 4 por la noche. Este comunicado sustitutorio es para dar fe de que la fiesta salió como debía: hubo risas, alcohol, humo y se incumplieron todas las normas preestablecidas que nos dio la gana.
Lo mejor, que éramos todos los que estábamos y, por tanto, nos lo pasamos genial.
Lo peor, que no estábamos todos los que éramos y, por tanto, nos lo hubiéramos podido pasar aún mejor.
Pero como eso es inevitable, un último brindis por todos. Gracias a Oscar (aprenderé a decir esa palabra, te lo prometo), Montse (te vas a joder porque voy a poner en mi testamento que tú y sólo tú leas en mi entierro la libretita de marras); Rosalía (no te hagas tan cara de ver, joía); Ana, Iban, Eloy, Susi y sus representados (me pienso beber una bañera entera); Kahlo y Traçman (tengo ya un huequecito de pared reservado...), y todos aquellos que por A o B no pudieron estar físicamente pero se apuntaron a la previa, las posteriores (que aún estamos a tiempo...), la llamadita de rigor o el SMS de los...
En fin. Que con gente como vosotros da gusto envejecer.
¿Para cuándo la próxima?
Lo mejor, que éramos todos los que estábamos y, por tanto, nos lo pasamos genial.
Lo peor, que no estábamos todos los que éramos y, por tanto, nos lo hubiéramos podido pasar aún mejor.
Pero como eso es inevitable, un último brindis por todos. Gracias a Oscar (aprenderé a decir esa palabra, te lo prometo), Montse (te vas a joder porque voy a poner en mi testamento que tú y sólo tú leas en mi entierro la libretita de marras); Rosalía (no te hagas tan cara de ver, joía); Ana, Iban, Eloy, Susi y sus representados (me pienso beber una bañera entera); Kahlo y Traçman (tengo ya un huequecito de pared reservado...), y todos aquellos que por A o B no pudieron estar físicamente pero se apuntaron a la previa, las posteriores (que aún estamos a tiempo...), la llamadita de rigor o el SMS de los...
En fin. Que con gente como vosotros da gusto envejecer.
¿Para cuándo la próxima?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)