miércoles, 17 de enero de 2007

Meme...nudo día perfecto (previa)

Kutxi lo soltó a la blogosfera y lo suscribí. Norma lo dio por bueno. Después vino Goto con sus deditos y finalmente Irene me invitó directamente. Un montón de días perfectos en un Meme del que no he podido escapar.

Me he resistido porque no creo en el día perfecto. Un día no puede ser perfecto si no viene a culminar una semana perfecta, de un año perfecto, de una vida perfecta. Y es que, al menos en mi caso, si se me presentara el día perfecto lo desperdiciaría preocupándome por las imperfecciones que dejé los días anteriores. Además, mi relación con la perfección es alto extraña. Lo perfecto me aburre. Hace muchos años me enamoré de una chica perfecta y acabé cogiéndole tanta manía que no llegué a quererla realmente hasta que derribé el pedestal y empecé a ver sus maravillosas imperfecciones. Pero para aquel entonces ya había desperdiciado cuatro años pretendiendo ser el chico perfecto que no deseaba ser.

Así que, antes de empezar mi día perfecto, hay una serie de cosas que debo resolver. Vamos allá.


Han sido unos días agotadores pero estoy satisfecho. En el trabajo al fin se han dado cuenta de que es un pecado desperdiciar mi talento atándome al ordenador y han decidido romper mi tarjeta de fichar. Ya no tengo horarios. Mi principal labor será observar el mundo que me rodea y estar despejadito para, cuando surja un problema, ofrecer esas soluciones creativas que, por fin, se han decidido a escuchar. El nuevo sueldo está a la altura de mi ego y además tengo tiempo para emplearlo en algo más que transporte y comida. Como primera medida, he conseguido que contraten a las tres personas que hacían falta, he puesto a mi gente de confianza en el puesto (y el sueldo) que se merecen, he desatascado el problemilla de agenda que nos tenía maniatados y me he concedido un par de días sin móvil para recuperarme del esfuerzo.

En el quiosco las cosas van mucho mejor desde que conseguí convencer a las asociaciones de que trabajaran unidas. Tras un par de medidas de presión, las distribuidoras han empezado a trabajar de manera impecable (y cuando surgen problemas, los solucionan rápidamente), han empezado a enviar cantidades de género más ajustadas a las ventas y con márgenes más generosos; los cartones prácticamente han desaparecido y ahora, cuando los traen, es formando parte de una campaña de publicidad que pagan generosamente. La nueva versión del sofware funciona tan bien que hemos podido detectar por dónde se escapaban las ganancias y ahora todo va como la seda. Además, la cooperativa que montaron los quiosqueros para centralizar las compras de atípicos (chuches, pelis, libros y tonterías varias) funciona estupendamente y en breve ganaremos más con ella que en el quiosco. Así que paso por allí un par de horas al día para charlar con mis clientes favoritos y con el quiosquero, que ahora hasta tiene ratos para aburrirse.

En la universidad todo va de maravilla porque al fin pude ponerme al día con el programa y preparar el material de apoyo que quería pasarle a los muchachos. Ellos están encantados y yo no voy de culo cada vez que hay clase.

En lo personal, he acabado mis webs (están estupendas y no necesitarán retoques en un par de meses), he limpiado la cara a los weblogs y escrito los posts que tenía pendientes, he limpiado el ordenador de datos obsoletos y cientos de deuvedés (sin canon), indexados y catalogados como Dios manda, se distribuyen ordenadamente por las librerías que por fin he instalado en mi despacho (parece mentira pero hasta he encontrado el mismo modelo que me descatalogaron del IKEA dejándome el tinglado a medias).

Además, he solucionado sin más problemas el tema de la hipoteca (encontré un banco en el que están prohibidas las comisiones y la letra pequeña) y he repintado y reamueblado el piso. La nueva instalación eléctrica ya no fundirá una bombilla cada dos semanas (adiós Poltergeist), las nuevas cañerías no harán ruidos infernales (he dicho adiós, Poltergeist) y la minibañera del cuarto de baño pequeño ha sido sustituida por una fantástica ducha de hidromasaje, mucho más útil, dónde va a parar. Y lo mejor es que los paletas me han hecho un buen precio y lo han dejado todo limpio y recogido.

Con la casa perfectamente en condiciones y el curro encarrilado, he logrado dedicar unas semanas casi en exclusiva a mis aficiones.

He recopilado todos mis viejos escritos y he descubierto que al menos un tercio no son tan malos como recordaba. He reunido los malos en dos volúmenes que guardaré sólo para los más allegados y el resto lo he colgado en la web (alguno de los malos también, para reirnos un poco). Por lo que respecta a las novelas, una no ha pasado la criba y la otra, tras bastantes retoques, la he mandado a una editorial. Me la han devuelto diciendo que no era lo suficientemente buena, pero me han hecho una crítica muy constructiva de la que he aprendido mucho y me han pedido que les mande lo próximo que escriba a ver si hay más suerte. Me alegro mucho de haber dado con ellos.

Siguiendo con las artes, he aprendido a acompañarme un par de canciones al piano (para no saber absolutamente nada, ha sido un avance rápido) y como ahora sólo fumo cuando me apetece (que es muy de vez en cuando) he notado que mi voz está muchísimo mejor. Me he decidio a grabarme unas cuantas piezas y las he colgado en la web con el consiguiente cachondeíto de los amigos. Nos hemos reído mucho.

Por cierto que de salud estoy como nunca. Con eso de volver a tener tiempo libre he empezado a hacer deporte de nuevo. Piscina un par de días a la semana, carreritas suaves por el parque y algún partidillo de baloncesto con los amigos para quitarnos el óxido. Eso, sumado al adiós a las comidas de aquí te pillo aquí te mato, ha hecho que los quince quilitos que me sobraban se hayan ido sin protestar.

También he aprovechado para leer los veintisiete libros que tenía pendientes y he ido al cine y al teatro dos o tres veces por semana. Además, he recuperado el contacto con un montón de amigos a los que hacía años que no veía y entre pitos y flautas no hay semana en que no caiga alguna cena, aperitivo o cafelito con alguien del grupo (al que se han incorporado nuevas amistades). Como estoy más relajado, el otro día me decidí a decirle algo a una muchacha muy especial que me han presentado en alguna de estas cenas y hemos quedado varias veces esta semana. Ahora, acabamos de llegar a mi casa tras una fantástica velada en la que hemos cenado ligerito y hemos visto una peli genial en el cine. Tengo una copa de Knockando en la mano y ella me sonríe desde el sofá tras dar un tímido sorbo a la suya. De fondo suena un bolero cantado por Maite Martín a la que acompaña Tete Montoliu a ritmo de Jazz. Son las 00:00 y, por fin, estoy listo para empezar mi día perfecto.

Continuará...

11 comentarios:

gotomax dijo...

Joder Dalr, para tus "temas pendientes" no necesitas un día perfecto, necesitas la semana fantástica del Corte Inglés entera, jajajajaja!!!!
Te sale el genio de la lámpara y se declara en huelga, mira que pides cosas!!!!

Y al final has caido en el memé, mucho apuntarte al de los demás y no te ha quedado más remedio que montarte uno a medida. Me gusta tu día perfecto, primero sanear lo pendiente para poder disfrutar del resto de días posteriores. Mucho más pensado que nosotros, con un día bueno nos conformamos, tú te has arreglado el trimestre, jajaja!!!

Norma dijo...

D@lr, hasta que no has hablado de IKEA y de la hipoteca no me he dado cuenta de la licencia literaria y me lo he creido todo!!!!!!!!!! Y me estaba alegrando mucho, y y y y... ya está bien, eso no se le hace a los amigos, hombre!!!!
Excelente texto ;)

dalr dijo...

Goto, es que para mi lo único perfecto y simple es el pretérito ídem. Soy de esos tipejos obsesivos a los que una cuenta pendiente le puede amargar el mejor de los días. Así que, para curarme en salud, primero tengo que quitarme de enmedio todo lo que pueda distraerme de disfrutar como se merece un día pluscuamperfecto. Y si te crees que todo lo que he dicho se arregla en un trimestre...

Norma, siento haberte fastidiado el alegrón. Básicamento porque darte esa alegría hubiera supuesto muuuuuchas para mi. Está claro que si al hablar de día perfecto salen las palabras IKEA e hipoteca o es un día de mentira o es que nos hemos vuelto todos locos :D

De todos modos, no os relajéis que la cosa aún no se ha acabado. Esto eran los preliminares. Ahora falta mi día perfecto...

Blueyes dijo...

Holaaaaaaa, vaya día niño!
Oye, que estas en un concurso jajaja a ver que escribes jajaja xD
Besos

flatt dijo...

hola! es la primera vez que entro aquí y no recuerdo desde qué blog vengo... ejem. El caso es que yo me lo he creido todo!!!! Me ha resultado un poco raro lo de IKEA, pero oye, igual..., jejeje. Nada, decirte que, si no te importa, pues me paso de vez en cuando a leerte! SOMEZING

dalr dijo...

Blueeee! Gracias por el aviso, un poco más y se me pasa. Resulta que, por una de esas extrañas perversiones del caché, cuando conectaba a tu página me salía lo de hace un par de días. Pero finalmente he podido verlo y cuenta conmigo para el concurso.

Something, muchas gracias por venir. Claro que me importa que te pases. Tanto me importa que me pondré triste si dejas de visitarme :) La verdad es que no supuse que mis antecedentes de un día perfecto (con lo irreal que resulta el mero concepto para mí) pudieran colar, pero está claro que todos me deseáis lo mejor si os parece creíble, así que me alegra mucho. :D

kutxi dijo...

A mí lo que más me gusta es el final. Eso de empezar el día perfecto a las 0.00 tomando una copa con una churri mientras escucháis boleros promete. ¿En el día perfecto saldrás de tu dormitorio? :-D

dalr dijo...

Je, je... Saldré, Kutxi, saldré. El día perfecto hay que aprovecharlo bien y eso requiere un poquito de aire libre. Pero paciencia que pronto lo veréis.

Anónimo dijo...

Osti tú. Eso no es un día perfecto, estabas describiendo "La Vie en Rose".
Hubiera tragado con Ikea y hasta con subirle el puesto y sueldo a quien se lo merece-detalle que dice muchode tí-, pero cuando has mencionado los cartones...
Se te vió el plumero.
Mi quiosquera del alma, que es tan original que en vez de quiosco tiene un bajo, los tiene puestos de tal manera, que impeninablemente le tiro diez o doce, ya sabes efecto dominó, cada mañana que el señor amanece.
Deslomados nos tiene!
En fin, que muy bien. Que así se aprovecha el tiempo.
Un abrazo.

dalr dijo...

Hombre Marti, así al menos ella sabe de qué madre tiene que acordarse cuando se caen los cartones. A nosotros el efecto dominó nos lo produce habitualmente el vientecillo que recorre el chaflán en el que nos encontramos. Venga de donde venga el viento se las arregla para enganchar el cartón "clave de bóveda" y todos abajo. Ya tengo bastante maña para levantarlos en grupo, pero cuando uno es un tomo de la enciclopedia Salvat... Chungo. Pásate por Pies para quiosquero y allí encontrarás unas cuantas historias por el estilo.

Anónimo dijo...

jajaja. Es el primer día perfecto, en el que... ¡¡¡Van a currar!!!.

Desde luego, lo que ha quedado claro es que eres un tipo muy práctico y detallista.

¡Yo tenía que haber dicho en mi día perfecto, lo de la hipoteca... sig!.