jueves, 17 de noviembre de 2005

Iglesia y comunicación

El reciente viaje de la vicepresidenta del gobierno al Vaticano, las tensas relaciones con la Conferencia Episcopal, las críticas de la COPE, las críticas a la COPE, la manifestación contra la LOE... La Iglesia lleva unos cuantos meses en el ojo del huracán mediático. En medio de todo esto, la revista Reinado Social (fundada en 1918) cambia su imagen, se convierte en 21 RS y empapela los quioscos con una curiosa portada que da para muchas y variadas interpretaciones. Buen momento para hacer un repasillo rápido a la relación que a lo largo de la historia han tenido iglesia y comunicación.

Manifetación contra la LOESi la Iglesia se ha destacado por algo a lo largo de la historia, ha sido por su destreza comunicativa. Desde San Pablo, probablemente el invertor del marketing, la Iglesia ha jugado como nadie con las distintas técnicas comunicativas, adelantándose muchas veces a los tiempos, perfeccionando viejas técnicas o simplemente creando lenguajes que han perdurado a lo largo de los siglos. San Pablo, entre otras cosas, abrió el cristianismo (hasta ese momento restringido a los judíos) a los gentiles, en lo que podría ser la mayor apertura de mercado de la historia. San Pedro, el primer Papa, se estableció en Roma desde donde los primeros cristianos pudieron aprovecharse de los mejores sistemas de comunicación del momento para expandirse. Durante la Edad Media, los sermones (que se daban en iglesias cuyo diseño facilitaba la comunicación de mensajes complejos a un público mayoritariamente analfabeto) definieron nuevos estándares de comunicación oral, mientras que en los monasterios se atesoraba y controlaba el escaso conocimiento escrito de la época. Las hojas dominicales fueron los principales clientes de las primeras imprentas. Las misiones, la sustitición de ritos, el control de la educación, la relación con el poder... Todo ello ha permitido a esta institución gozar de bastante buena salud a lo largo de dos milenios. En el siglo XX, sin embargo, la adaptación a los nuevos medios de comunicación de masas fue más complicada. No obstante existen multitud de periódicos, revistas, emisoras de radio y televisión y por supuesto páginas web controladas por la Iglesia.

Toda esta historia para llegar al fenómeno que estamos viviendo en los últimos meses. La Iglesia parece haberse unido al PP en su política de llevar sus conflictos políticos a las calles. Esta técnica, tradicionalmente utilizada por la izquierda, consiste en enturbiar el debate político y promover, con la ayuda de organizaciones sociales no siempre ligadas al partido político, la convocatoria de manifestaciones masivas para protestar por políticas concretas. De este modo se convierten las protestas sociales en arma política y se lleva un ideario político a la primera línea mediática. Las declaraciones de un político o un obispo pueden pasar desapercibidas, pero miles de personas en las calles son casi siempre portada.

La Iglesia ha apoyado recientemente la manifestación contra el matrimonio gay (perdón, en favor de la familia) y el pasado domingo la que se organizó contra la nueva reforma educativa. Entre tanto, 21 RS. La revista cristiana de hoy cambia de imagen y nos presenta una porta donde dos caballos de espadas, uno con la cara de Zapatero y otro con la de Blázquez, se enfrentan bajo el titular "La Iglesia de nuevo a la calle: penúltimo órdago al Gobierno".

Portada de 21 RSLos redactores de 21 RS identifican claramente lo que está ocurriendo como una estrategia en marcha cuyo final aún no ha llegado. "De nuevo a la calle" y "penúltimo". Con estas acciones lo que le recuerdan al gobierno es que, aunque las iglesias se están quedando vacías, el respaldo social que sigue teniendo la Iglesia en España es lo suficientemente importante como para tenerla en cuenta. Y es que más allá del bochornoso y ya demasiado habitual espectáculo de los recuentos de manifestantes, de comentarios fuera de tono y meadas fuera de tiesto de algún alto cargo de la curia, de discursos apocalípticos de unos y populistas de otros.., lo que no se puede negar es la realidad social en la que vivimos. Una realidad en la que tienen cabida Blázquez y Zapatero, Llamazares y Rajoy, o Bono y... Bueno, o Bono.

No podemos terminar, sin embargo, sin fijarnos en otros dos titulares de la portada de marras. "A debate: ¿puede un cura ser gay?" y "Jóvenes católigos: de espaldas a Dios cuando se trata de sexo". Sin entrar a analizar la construcción de la frase "puede un cura ser gay" ni el hecho de que la sección enfrente las opiniones de un obispo (con nombre y apellidos) y un sacerdote que pese a asegurar que "para mí nunca ha sido un problema asumir mi homosexualidad" firma con sus iniciales.., llama poderosamente la atención lo que podría ser un simple problema de contaminación contextual. Sexo... de espaldas... Gay... Y esa forma de cruzar las espadas... ¿Han querido hacer una gracieta los de RS o estamos ante otra de esas casualidades inocentes que tanto se dan en los medios de comunicación? Chi lo sa...

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La LOE según la Conferencia Episcopal

6 comentarios:

Anónimo dijo...

y digo yo, qué problema hay ahora con que la Iglesia salga a la calle con el PP (o sin él)? ahora está mal manifestarse? resulta que algunos derechos constitucionales no son aplicables a todo el mundo? por qué molesta que salga, que promueban manifestaciones, que las encabecen? no digo que haya que estar de acuerdo con ellos o no, simplemente que pueden hacerlo. cierto que meterse en los asuntos de los matrimonios gays no es de su incumbencia, si no de la de los gays que se quieran casar (en mi opinión). En cuanto a la LOE, creo que se aprovechan mucho de su presencia y que quizá el asunto de la clase de religión sea lo menos importante. Aunque, ya que habla usted del PP, que no fue convocante de la manifestación y que simplemente fue, le diré qeu entre los convocantes creo recordar qeu esta Comisiones Obreras (o Cece-o-o que dijo aquel por la tele... que tela) y otros sindicatos de profesores, y que me parece que desvían muchos temas importantes y lo reducen a la manifestación de los obispos (sacando fotos de Rouco, el cual no fue, por cierto, entre otras cosas porque tiene cáncer). pero creo que tienen el mismo derecho que usted y que yo a salir a la calle a quejarse. y decir que están convirtiendo un asunto social en un asunto político, cuando están protestando sobre unas leyes a debate en un parlamento, entre políticos, no me parece tampoco muy acertado.

en cuanto a sus comentarios sobre la fuerza de la Iglesia en la historia, estoy completamente de acuerdo. sólo quería mostrar mi disconformidad con la censura que realiza sobre estas manifestaciones y utilización de los medios de comunicación (recuerde que hay libertad de prensa, y que no utilizan los medios de comunicación de una manera que no haga cualquier otra organización con poder de convocatoria). para una vez que utilizan medios pacíficos y legítimos, parece que hay a quien le molesta. o es que deberían volver a la inquisición y quemar infieles?

dalr dijo...

Apreciado gentil. Ante todo, gracias por su comentario. Uno de los objetivos de este espacio es propiciar el debate y la reflexión sobre los medios de comunicación (cosa que rara vez conseguimos). Paso por tanto a comentar alguno de los aspectos de su mensaje.

¿Hay algún problema en que la Iglesia salga a la calle? Ninguno. Lo ha hecho toda la vida y tiene todo el derecho del mundo a seguir haciéndolo. En ningún lugar del artículo se dice lo contrario. Explicar que la Iglesia utiliza las manifestaciones y los medios de comunicación para lograr sus fines no es censurarlo ni criticarlo. Lo hacen, como muy bien dice, al igual que muchas otras organizaciones que legítimamente utilizan sus armas comunicativas para defender sus propios intereses.

En el artículo nos interesaba explicar esta relación histórica entre Iglesia y comunicación habida cuenta que hay mucha gente que se sorprende al ver a un obispo al frente de una manifestación, o no entienden como la conferencia episcopal puede tener medios de comunicación, pero hemos procurado no entrar a valorar las ideas que desde estas manifestaciones y medios se definden. Ese es otro debate en el que podemos entrar más adelante.

Con respecto a los convocantes de la manifestación sí me gustaría aclarar que hubo varias manifestaciones convocadas por diferentes organizaciones. Evidentemente las motivaciones y lemas de las que organizaron sindicatos y asociaciones de estudiantes no tienen nada que ver con las utilizadas en las manifestaciones que apoyaron asociaciones en defensa de la familia y organizaciones religiosas.

Lo que no estoy dispuesto a aceptar es que en este espacio se censure a nadie. No se han emitido juicios de valor sobre la actuación de la Iglesia. Y aunque es cierto que las palabras no son neutras y la utilización de un adjetivo en lugar de otro puede dar lugar a distintas interpretaciones, si lee bien el artículo verá que en lo concerniente al derecho a manifestarse o a tener medios de comunicación no se hace el más mínimo reproche. Otra cosa es el modo en que se utilicen estos instrumentos, pero como digo ese es otro debate.

Con respecto a si es acertado o no considerar que con estas manifestaciones se genera un debate político sobre un problema social es una opinión en la que podemos diferir. Es cierto que desde el momento en que hay una tramitación parlamentaria la política juega un papel importante (y dónde no), pero el que todo tema se politice no implica que no haya diferencias entre el problema social y el político. En mi opinión los problemas reales son normalmente sociales (hablen de ello los políticos o no). Se convierten en problema político cuando se utilizan (tanto por parte de políticos como cualquier colectivo) como arma política, es decir, cuando se usan para definir cuotas y relaciones de poder. En mi opinión, y puedo estar totalmente equivocado, con estas manifestaciones (y muchas de las anteriores) además del asunto social tratado se está librando un juego de ajedrez cuyo objetivo es definir las relaciones de poder entre los contendientes. De ahí que destaque el primer titular de 21RS. ¿Puedo estar equivocado? Por supuesto. Pero es la interpretación que hago de los hechos. Si alguien cree que las manifestaciones responden exclusivamente al deseo de miles de personas de cambiar una política con la que no están de acuerdo, me parece bien. Pero a mi me parece que, además de esto, hay grupos con muchos intereses que utilizan (cada cual decida si lícita o ilícitamente) estas manifestaciones para jugar sus bazas políticas.

Gracias de nuevo por sus opiniones y espero que podamos seguir debatiendo éste y muchos otros temas.

Anónimo dijo...

disculpe usted si he sacado conclusiones precipitadas al respecto. creí entender otra cosa diferente, ya que parece que hay a mucha gente que le molesta que un obispo dé su opinión (previo a esto, puntualizar que no me considero ni religioso ni nada por el estilo, que es de lo que me han tachado cuando he defendido estas cosas... lo cual tampoco es un insulto)

en cuanto a lo que dice sobre "hay grupos con muchos intereses que utilizan (cada cual decida si lícita o ilícitamente) estas manifestaciones para jugar sus bazas políticas" es algo que resulta ya indispensable en cualquier manifestación, y se extiende ya hacia muchos otros campos. Que alguien, sea quien sea, se aproveche de estas cosas me parece poco digno. Pero por lo visto seguirá siendo así, y cualquier organización con algo de poder lo hará y lo utilizará, muchas veces viendo cosas donde no las hay.

dalr dijo...

Gracias de nuevo por su comentario. Espero que sigamos viéndonos por aquí. Creo que es muy positivo que en espacios como éste podamos contar con distintos puntos de vista. Si no, ¿para qué estamos?

zokato dijo...

Felicidades por tu blog,me parece muy interesante
salu2

dalr dijo...

Muchas gracias, zokato. Veo que compartimos bastantes intereses y algún que otro blog de referencia. Espero que nos veamos a menudo por la red.