viernes, 18 de enero de 2008

Soy gay

En alguna ocasión ya he hablado de los prejuicios. Quien más quien menos, en mayor o menor medida, todos los tenemos. Ya sea por la educación que hemos recibido, el entorno en el que nos hemos movido, la lengua que hablamos, las frases hechas que utilizamos... estamos rodeados de prejuicios que antes o después aparecen aunque sea de la forma más inocente o bienintencionada. La historia de hoy (y la de mañana) tiene algo que ver con esto.

El otro día entré a la cafetería que hay al lado de la oficina con mi amigo Quikly. Casi todos los martes y jueves solemos reunirnos allí con la excusa de resolver asuntos pendientes del trabajo. Y casi siempre acabamos hablando de fútbol, series y cachivaches informáticos mientras nos metemos entre pecho y espalda el insuperable bocata de hamburguesa casera con queso y cebolla que sirven allí. Hace años que trabajamos juntos, en dos empresas y tres barrios distintos, y siempre acabamos encontrando un bareto donde sirven alguna especialidad rica en colesterol que incorporamos a nuestra rutina semanal.

Así que ahí estábamos otra vez, en la misma esquina de la barra, con las mismas conversaciones, con la misma cara de mosqueo por los problemas del curro (que son siempre los mismos) pero, esta vez, con una diferencia. Las fiestas navideñas nos habían traído el famoso virus intestinal y no teníamos el estómago para hamburguesas.

Nada más sentarnos vimos a la camarera que nos reconoció inmediatamente desde el otro lado de la barra. Tras un año pidiendo siempre lo mismo, lo primero fue advertirle que hoy no tocaba hamburguesa. Dos bikinis y agüita mineral.

- ¿Qué pasa? -preguntó extrañada.
- El famoso virus intestinal. -le respondí.
- ¿Los dos?
- Pues sí. -contesté riendo.
- Uf. Aquí también ha habido varios que han caído. Yo también. Pero he tenido que pasarlo sola. Al menos si lo pasas con alguien se lleva mejor...

En este punto es cuando Quikly y yo nos miramos y empezamos a partirnos de risa.

- Sí claro -respondo-. Supongo que si lo pasas con alguien se lleva mejor. -y no sé si voluntariamente o no, recalco mucho el supongo. Como se me queda mirando con cara rara, me explico.

- Es que yo también lo he pasado solo.

Sigue con la misma cara rara y no podemos aguantarnos más la risa. Como tiene dudas, insiste.

- ¿Pero no han dicho que habían estado enfermos los dos?
- Sí. Aunque distintos días. Y cada uno en su casa.
- ¿Pero son amigos no? -se ha esforzado mucho en no recalcar el "amigos".
- Sí, claro. -respondo poniendo cara de "¿y qué tiene que ver el que seamos amigos conque pasemos los virus sólos o acompañados?"

Como no está muy convencida cambia de estrategia.

- Pues qué suerte ser amigos y trabajar juntos.
- Pues sí. Pero vaya. Sólo coincidimos dos días a la semana.
- Ah. Es que como siempre vienen juntos y comen lo mismo...
- Sí. Los dos días a la semana que coincidimos en la oficina.
- Ah.

Y se va poco convencida a encargar los bikinis mientras nosotros no podemos aguantarnos la risa. Cuando lo comentemos en la oficina se van a mear.

Le he dado vueltas a la escena y me sigue pareciendo muy divertido que la camarera pensara que somos pareja porque comemos lo mismo. De hecho, uno de los principales motivos de separación es la incompatibilidad alimenticia. Junto con la incompatibilidad térmica y otras muchas incompatibilidades que ahora no vienen al caso. Podríamos resumirlo en que las parejas incompatibles suelen separarse, excepto, claro está, las más obstinadas. Pero sería bonito que la gente se emparejara en función de los gustos culinarios. ¿Te van las rubias o las morenas? Las papas fritas con chorizo.

Pero desvaríos aparte, le doy vueltas a mi reacción ante el equívoco. Aparte de lo que nos hemos reído... ¿nos ha incomodado que pensara que éramos pareja? La verdad es que no nos hemos esforzado demasiado en disuadirla, entre otras cosas porque la situación era divertida. Pero podríamos haberla enredado un poco más. O seguirle el juego. O pasar de todo y decir que sí para cambiar de tema.

Así que le he dado vueltas para ver si mi reacción era homófoba. ¿Qué hubiera pasado si hubiera estado comiendo hamburguesas con Rihanna (por poner un ejemplo)? Pues que hubiera aprovechado la confusión para arrimarme y, con una sonrisa de oreja a oreja, alargar el tema todo lo que me hubiera dejado... Rihanna. ¿Y si hubiera estado con Yola Berrocal? Pues hubiera cortado el asunto inmediatamente dejando bien clarito que lo único que comparto con la susodicha son los gustos culinarios (espero que ni eso). ¿Qué conclusión saco de todo esto? Que Quikly no es Rihanna pero, afortunadamente, tampoco es Yola Berrocal. A la cama no te irás sin saber una cosa más. Pues eso. Buenas noches.

15 comentarios:

Juan Manuel dijo...

Ahora empiezo a entender algunas cosas del pasado.... sí, de cuando eras más joven y parecía que cierta relación de amistad con una cierta señorita iba en una dirección, cosa que luego no se confirmó... ja ja ja ja ja....

O sea que has decidido salir del armario, por lo que veo.... (más risas....)

Dalr: QUE EL TITULO DE ESTE POST NO TE LO CREES NI TU... A quién pretendes engañar a estas alturas?
(dicho sea con todos mis respetos a los gays, que quede claro...)

Muy bueno el post. Ahora cuando volváis a la cafetería de marras, será cuestión de ir "espiando" los posibles comentarios que la camarera en cuestión haga a otros clientes con respecto a vosotros...
Y, a continuación, pues eso, que la invitáis a un trío, a ver qué pasa.... Y, por supuesto, luego vas y lo cuentas con todos los detalles en el blog... Puede ser divertido...

Susana dijo...

osea...que gay? uy

kutxi dijo...

Ya sospechaba yo algo...

Ahora voy a leerme el post.




:-D

Norma dijo...

De lo que se entera una leyendo blogs, jejejejj

Manu Grande. dijo...

tiens cara de gayer, eso es asi.


Yo he pensado tirarme el rollo de alumno buenorro y tratar de seducirte para mejorar la nota.

Y ademas con esa barba que te estas dejando...

Bloggesa dijo...

Eso de incompatibilidad térmica me ha llegado al alma. Yo siempre tengo los pies heladitos, Joker es como una estufilla. Y por ahora, lo llevamos bien...

E. Sierra dijo...

Querido 'cuñao', si que te gusten los bocatas de hamburguesa con queso y cebolla, y además tomarlos en buena compañía, es sinónimo de ser gay, entonces yo también me declaro homosesuá. Mira que lo siento por tu hermana y tu sobrino, pero es que un buen yantar con buena conversación es 'un paquete irresistible'.

Abrazos varia2.

dalr dijo...

Juan Manuel. Lo de la dirección que parecía tomar cierta relación... os lo parecía a otros que pensabais que ya teníais el trabajo hecho. Los interesados lo teníamos pero que muy clarito desde el principio ;)

Su. Por supuesto. Acaso lo dudabas? Por cierto... Mi corbata te manda saludos :D

Kutxi. Ahora que he hecho realidad tus sospechas sólo falta que me dejes hacer realidad tus sueños. Cuando vengas por aquí te llevo a que pruebes esa hamburguesa y ya verás como en un ratico sales también del armario. (Por más que le doy vueltas a la frase no hay manera de quitarle el doble sentido, así que desisto) :)

Norma. Es que leyendo blogs se aprende mucho. Pero lo de mi debilidad por las hamburguesas lo has sabido desde el primer día, así que no te hagas ahora la sorprendida =)

Leuman. Te funcionaría mejor lo del iJam pero si me dices esas cosicas la matrícula no te la quita nadie, ladrón. :)

Bloggesa. Entonces lo vuestro es compatibilidad térmica así que pierde cuidado. Eso, o que Joker finge en la cama. Finge que no le importa pero en realidad pega a cada respingo cuando le acercas los pinreles... :P

Cuñao. Ya te daré yo paquete... Digo... Que añado a la lista de temas pendientes (esa peli que te tengo que buscar desde el año pasado...) llevarte a probar el megabocata. Claro que sí.

kutxi dijo...

Siempre que no quieras que pruebe un hot dog... ;-D

Blackjoker dijo...

Guaiiiiii, soy guai.
Me gusta la hamburguesa con ceboya y el queso. Soy guay.

Animo a todos: Guaay, soy guay.

Ana dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Se dan tantas cosas por sentado de las personas..y sólo porque comíais lo mismo, dos veces a la semana en el mismo sitio y habíais agarrado el mismo virus ya os emparejó.
A mi solo se me ocurriría si os viese cogiditos de la mano. Gay no sé, pero guay seguro jajaja
¡Un abrazo dalr!

Ah el comentario de arriba era mío, lo borré en empaning total.

Norma dijo...

De tanto leerlo, al final me lo voy a creer...

Juan Manuel dijo...

Dalr: con el tiempo que llevas ya fuera del "armario", podías haber escrito algo, ¿no? Ya sé que no soy el más indicado para este tipo de "reconvenciones", pero bueno, ya son muchos, muchos días entrando en tu blog y encontrando la afirmación de marras...
Hale, venga, anímate...

Raquel Romera dijo...

Quien te conoce sabe perfectamente tus inclinaciones sexuales..., pero es curioso. Muy bueno.