Ya hemos visto lo que dio de sí el día anterior al bloguellón, con cena surrealista incluída. A continuación, por fin, la quedada propiamente dicha.
El origen del bloguellón (o viceversa)
El sábado era el día clave. Muerto de sueño me fuipara el quiosco. Montar, colocar los periódicos, cafelito a domicilio, cafelito en Villabragas, reparto en el mercado, algún que otro amontonamiento... Lo de todos los sábados. A mediodía me fui a buscar a la quiosquera para que me hiciera el relevo y a eso de la una pillé el amoto y hacia el barrio más blogoliterario de Barcelona.
Llegué al Born y localicé el restaurante Origens. Para mi asombro, esta vez no era el último. Norma, Blue, Kutxi e Irene ya estaban allí y pronto supimos que Goto venía acompañado. "Será Auror", dijo Blue. Y dicho y hecho, una enorme bolsa con las letras A, U, R, O, y R de nueve se asomó a la puerta del restaurante. Tras ella, la mismísima Auror que finalmente se había animado a venir. Besos, abrazos, presentaciones varias y regalitos! Yo, que había llegado al restaurante sin más complementos que la cámara de fotos, la PDA (por si nos perdíamos) y la bolsa dedicada de Goto (por si no me reconocían), me encontré de repente con una gurbichapita de la Normiga Atómica, un lápiz con barquito personalizado con uno de mis múltiples blogonombres, unos caramelos de Sant Medir y un libro con el que espero aprender a tomarme las cosas con una mijita más de calma. Además, para cuando llegara la foto de grupo enseñable, teníamos frikicaretas a tutiplén. Aquello prometía (y yo que no llevé na de ná, señor...).
Pronto apareció Goto con acompañante sorpresa, Pimienta y Canela, que entonces era lectora en la sombra y desde ya mismito bloguera de pro. Y mientras se cruzaban las conversaciones empezamos a pedir. Las conversaciones siguieron cruzándose mientras comíamos (yo tenía el día campestre y me metí entre pecho y espalda un trinxat de la cerdanya y un civet de jabalí que regamos con dos tintos estupendos que nos recomendó el amigo Goto y de cuyo nombre no puedo acordarme aunque debiera) y seguimos y seguimos conversando incluso durante las escapadillas furtivas a la calle a echar un cigarrito.
Tras el ágape (y el postre, un delicioso pastel de dos chocolates... mmmm) decidimos buscar un lugar tranquilo para seguir charlando. Aprovechamos el entorno para pasear por el casco antiguo, de modo que Kutxi pudiera saborear una tradición tan nuestra como es dar vueltas y vueltas buscando sitio pero sin importarnos mucho si lo encontramos o no. Con la tontería, visitamos la Plaza del Rey, sede de gloriosos momentos patrios como la llegada de Colóm de las Américas o el Pacte del Tinell, especialmente conocida porque allí está un bar maravilloso llamado L'Antiquari, que para nuestra desgracia estaba cerrado. También estaba cerrado el barecito del patio del Museo Marés, lugar tranquilo donde los haya en el que he pasdo muchas tardes de veranito tomando un té helado y leyendo arrullado por el sonido del agua de la fuente que se refleja en las paredes de piedra medieval. También estaba cerrado, pero nos animamos a alegrar la tarde al personal regalándoles las animadas vistas de un grupo de frikis posando con caretas varias.
Acabamos junto a las murallas de la ciudad tomando un cafelito y charlando de lo divino y de lo humano. Sobre todo de lo humano. A saber, la complejidad de las relaciones personales, los avatares de ser gente de bien de día y blogger de noche, las penurias de la hipoteca y las maravillas de... De... Bueno. Las maravillas de eso tan maravilloso cuando se disfruta y tan divertido cuando sale en una conversación de casi-desconocidos. Qué le vamos a hacer. Las kedadas es lo que tienen. Que una vez que te acostumbras a leer esos posts en los que tus compañeros desnudan su alma, puedes esperarte cualquier cosa. Eso sí. La única carne desnuda que vimos fue la de las posaderas de un tío raro con faldita escocesa que daba vuelvas por la zona.
Y en esas que se me hizo tardísimo porque mi macro fin de semana no había hecho sino comenzar. Así que bastante más tarde de lo convenido y con todo el dolor de mi corazón, dejé aquella grata compañía y me fui a buscar mi coche.
Mañana... ¡Caracoles!
5 comentarios:
POr dios!!! esas posaderas, casi había conseguido olvidarlas, jajaja
Si que es divertido, sí, hablar de chinos y de... otras cosas :)
Ya ha pasado una semana, madre mía!! Yo creo que a la siguiente, lo terminas. Tu puedes, campeón ;)
Pues sí que... oye! Que estoy poniendo en práctica lo de la tortuga. A ver si te crees que paso de los regalos que me hacen... Pero bueno. Ya falta menos. Creo que en uno más, acabo con los festejos. :D
Quita, quita, que se agradece una descripción tan detallada para los que como buenos cotillas y envidiosos no hemos estado allí, pero queremos un reportaje detallado a lo exclusiva del "Hola".
Tu puedes Dalr... pero a tu ritmo...
Qué descripción más detallada. Me gustó mucho.
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