domingo, 19 de octubre de 2008

Cogito ergo sum... credo

Estaba dándole vueltas a la continuación del anterior artículo, pensando en el concepto de fidelidad, en la biología del amor, en la metafísica del sexo... cuando me he dado cuenta de que no me apetecía lo más mínimo.

Llevo una temporada algo preocupado por mi visión del mundo. Se dice que las personas son más radicales en su juventud y que conforme pasa el tiempo van suavizando sus posturas al cerciorarse de que no todo en la vida son blancos y negros (ahora no sé si se dice o lo digo yo, pero eso importa poco). Yo no tengo memoria de cuándo fue la última vez que estuve seguro de algo, así que a veces tengo la sensación de haber sido siempre viejo. Sin embargo, no sé si habré empezado a chochear o si estoy rejuveneciendo, porque de un tiempo a esta parte noto que me estoy radicalizando. Cada día soy más inflexible en mis postulados. El problema es que me he vuelto un radical del gris. Me explico.

Jóvenes o adultos, de viva voz o por escrito, en directo o en diferido, en persona, por la tele, por todas partes y de cualquier manera me topo con personas que muestran una envidiable seguridad en sus creencias hasta el punto de preponderar hasta las pausas que se toman para respirar. En frío es algo que me parece admirable pero en caliente me hierven la sangre hasta arrancar de mis entrañas al talibán de las medias tintas que oculto con todas mis fuerzas. Puede que no sepa de qué diablos están hablando, pero sé a ciencia cierta que no tienen razón. Al menos, que no tienen LA razón. Y es extraño porque al cabo del día esos momentos (cada vez más) son los únicos en los que no me arrepiento de decir SÉ en lugar de CREO. Y esto me lleva a una las cosas que más me sorprenden de mí mismo y es que intuyo que me estoy convirtiendo en una persona de fe.

Hace unos años, cuando me preguntaban si tenía fe respondía que no. Más bien esperanza. No estaba seguro de creer en lo que creía, pero la sola idea de que fuera posible me parecía hermosa. ¿Crees en la bondad del ser humano? No, pero sería precioso. ¿Crees que hay vida en otros planetas? Ni idea, pero molaría. Luego pasaba mi no fe por el tamiz de la ciencia y llegaba a conclusiones plausibles como que el análisis de la historia, si bien parece indicar que han habido muchísimas personas bondadosas, la suma del impacto de sus acciones suponen un porcentaje irrisiorio comparado con el de las personas que no lo son, o que la magnitud del universo y la reiteración de sus reglas visibles induce a pensar que la probabilidad de que haya vida en otros planetas es estadísticamente mayor que la de que hayamos ido a parar a una anomalía única e irrepetible.

Y tras tanto tiempo esperando y sin creer, ahora resulta que creo lo que antes sabía y sólo sé que los demás se equivocan en lo que creen saber. Tal vez, más que un hombre de fe, soy un gilipollas. Pero la verdad es que me entretengo mucho en estas divagaciones socraticocartesianas. De lo que sí estoy bastante inseguro es de que parte de mi problema, de esta afición al gris, podría radicar en una empatía enfermiza. Empatitis, podríamos llamarlo.

Vivo con la delirante sensación de que me resulta fácil ponerme en la piel del otro. No digo sentir lo que siente el otro, que sería mucho afirmar. Pero sí hacerme una idea, cuanto menos, de las dudas que deben aquejarle. Y así creo entender lo que dicen o hacen cuantos me rodean, pese a que no lo comparta ni, en muchos casos, pueda justificarlo. Simplemente lo explico. Me lo explico. Y en ocasiones doy la murga a quien comenta el error de escucharme para intentar explicárselo. Además de gilipollas, soy un plomo.

Todo este rollazo viene (no el hecho de enrollarme en estos temas sino el de soltaros el rollo precisamente hoy) porque el sábado disfruté como un enano empatizando con todos y cada uno de los personajes que el genial Javier Fesser ha retratado en Camino, su última película. El creador del milagroso P. Tinto se inspira en un hecho real, la muerte y posterior apertura del proceso de beatificación de Alexia González Barrios, para narrar una historia que no deja indiferente. Camino es, para Fesser, una niña maravillosamente normal que acaba siendo extraordinariamente especial para cuantos la rodean. Es normal porque se amolda, como todos los niños, a las particularidades de la familia en la que se ha criado, porque se enamora, porque se ilusiona, porque sueña, porque enferma, porque sufre, porque muere. Y es especial porque aún sin ser consciente de ello es capaz de sacar parte de lo mejor y lo peor de cuantos la rodean. Lo que hace especial a Camino es la amalgama de intereses (lícitos o ilícitos depende del caso y de quien se atreva a juzgarlos) que se crean a su alrededor.

Algunos creerán que esta película deja en evidencia a Opus Dei, o que critica el fanatismo religioso de algunos padres. Para llevarme la contraria a mí mismo, diré que probablemente no se equivoquen. Pero Camino es, para mí, algo más. Es una fotografía de las miserias humanas, puestas al descubierto por la luz que irradia la sonrisa de una niña que descubre el amor. Una niña que empieza a hacerse mujer el día que deja de mirar el mundo como sus padres la han enseñado a mirarlo y que, quizás tímidamente, en silencio pero con firmeza, da los primeros pasos para a ser libre.

10 comentarios:

Juan Manuel dijo...

Ha valido la pena esperar, Dalr...
¡Vaya post! Con referencia a la primera parte, que podríamos titular: "De creencias y otras convicciones", te diré que estoy básicamente de acuerdo contigo; que no creo en los valores absolutos y en las definiciones y actitudes dogmáticas, si bien, sí que apuesto por un valor que desgraciadamente no está demasiado reconocido (ni usado, que es mucho más "modesto" y que no es otro que la coherencia... Ahí me lleva esa primera parte, ya ves tú.
Y en cuanto a la pelicula a la que te refieres en la segunda parte, he de decirte que soy incapaz de dar una opinión concreta. Primero: no la he visto. Segundo: He oído -y leído- opiniones muy contradictorias, asi que esperaré a verla para dar una opinión sincera. De todos modos, me atrevo a prometer que, llegado el caso, miraré de dar eso, una opinión, y una opinión de una película, porque tengo la ligera impresión de que mucha gente, a la hora de opinar sobre determinadas cosas, las sacan del contexto por completo, y emiten la opinión sobre teorías, filosofías y valores, incluso cuando se trata de opinar sobre una película, un libro... o, si me apuras, una canción... Y para mí, que no es eso, vamos...

Bueno, Dalr, que tengas una buena semana.

Un abrazo

Norma dijo...

A las 23.35... rozando el larguero, coleguita, pero cumpliste.

Me quedo con una palabra: Empatitis. Gran concepto.

Muakas!

dalr dijo...

Esperaremos tu opinión ansios, Juan Manuel.

Amigo anónimo, gracias por la información. Los enlaces que aportas me han parecido muy interesantes. Como habrás visto en el post, no he querido entrar en la polémica sobre la fidelidad o no de la película con la realidad. No porque no me parezca un tema digno de debate sino porque no es lo que más me preocupa cuando veo una obra de ficción. Supongo que no entiendo nada de marketing, pero me parece innecesaria esta obsesión de algunos por vender sus obras con el principal argumento de ser "radiografías de la realidad". Creo profundamente (como estoy hoy) en la capacidad de la ficción pura y dura para hacernos reflexionar y sentir sin agarrarse al clavo ardiendo de los "hechos reales", aunque visto lo visto, está claro que ayuda a vender productos. Podemos abrir esa línea de debate si queréis. No era el objetivo del artículo, pero no dejemos que la intención del autor nos impida un buen debate ;)

Norma. Debo confesar que he mentido. empecé el artículo pasadas la doce y luego le cambié la hora para aparentar que había cumplido mi promesa de escribir la semana pasada. Soy lo peor y ahora todo el mundo lo sabe. Espero que tu empatitis no te impida dormir esta noche. :P

Juan Manuel dijo...

Estoy de acuerdo contigo, Dalr... De alguna manera, era algo que quedaba más o menos implícito en mi post... Si vas a ver una película, se supone que has de dar la opinión de la película. Otra cosa es que, según parece, y más tratándose de un tema como el de ésta, sea bastante o muy cuestionable el comportamiento del director, si es que la información que se deduce de los links que da el colaborador anónimo son ciertos...
En fin, cosas veredes...

P.D. No me puedo creer lo del cambio del reloj...

Norma dijo...

Jajajajaj, serás geekarra!!!! :P

Anónimo dijo...

Hola Darl!
La lección más importante que he recibido en mi vida fue la que me dio un periodista del ADN y que según él, es básica para ser un buen periodista. Me dijo: "en la vida no todo es blanco o negro. Y sólo se consigue ser honesto con la realidad cuando uno asume que todo está lleno de grises".
Tener empatía es algo fabulos Darl. De todo el post, al igual que Norma, me quedo con esa palabra!
Y de la peli...cuando la vea ya opinaré. Pero vamos, que me he quedao con las ganas de verla ya!!
Besicos!!!

Anónimo dijo...

He visto Camino, y aparte de otras consideraciones estrictamente cinematográficas, me gustaría hacer unos comentarios a tu post.

Das por supuesto que la historia se apoya en hechos reales, pero no es así: Fesser manipula y cambia de sentido completamente en esta película la vida de Alexia Gonzalez Barros, y cambia su vida de sentido.

Convertir una niña creyente en el icono de la increencia de Fesser es como hacer de Ana Frank una heroína del nazismo.

A mi me parece muy bien que Fesser proclame su forma de pensar; pero no puede uilizar para eso, pienso, un caso real, deformándolo.

No es una simple "inspiración", porque la película sigue punto por punto los hitos fundamentales de la vida de Alexia, pero volviéndolos del revés.

Por eso me parece objetivo señalar algo que he visto que falta en esta crítica: señalar que Fesser se ha aprovechado de la tragedia familiar de los González Barros y ha maltratado la figura de la madre de Alexia, una madre ya fallecida, buena y comprensiva, que perdió a tres hijos, mostrándola como una fanática.

Durante las últimas semanas Fesser, como se ve por la prensa, va instrumentalizando esta polémica con sus "cartas abiertas" como medio de promoción publicitaria soterrada de la película.

Es decir, despues de aprovecharse de los muertos, lo quiere hacer de los vivos.

Me parece interesante señalar esto, porque una película no es solo un resultado cinematográfico; también es un empeño humano que puede hacerse dentro o fuera de los límites de la ética.

Y Fesser se ha situado fuera.

dalr dijo...

Hola Arturo.

Ante todo gracias por tu comentario. La idea del post, en su origen, era que puedo suponer muchas cosas pero procuro no dar nada por hecho.

Si te fijas bien sólo me refiero a la película en los dos últimos párrafos y la única referencia que hago a Alexia es que Fesser se "inspira" en su historia. Es algo que él ha dicho y que, si bien a mí me vale, entiendo que otras personas prefieran utilizar otros verbos como instrumentalizar, manipular, deformar... Me parece lícito.

A continuación explico lo que yo vi (o quise ver) en esa película. Lo que a mí me inspiró. Me abstuve voluntariamente de entrar en la polémica sobre la veracidad o no de los hechos sencillamente porque a mí (y sólo a mí) no era lo que más me interesaba. En ningún momento quise ver la película como un documental en cuyo caso mi análisis hubiera sido muy distinto. Alguno me acusará de ser el tonto que mira el dedo cuando alguien señala a las estrellas. Lo acepto. Hay días en que me interesan más los dedos. Lo cual no excluye que esté dispuesto a admirar las estrellas en otros momentos. De hecho llevo haciéndolo unos cuantos días hasta el punto de estar preparando ya un nuevo post a raíz del debate generado y de la carta que Fesser publicó ayer. En los próximos días hablaré del tema.

Sólo quería dejar claro que en este post sólo me he centrado en las sensaciones que yo tuve viendo una obra de ficción que me emocionó. Como ocurre con muchas obras, mis palabras han "inspirado" multitud de ideas en distintos sentidos. Ideas que nada tenían que ver con mi intención a la hora de escribir el artículo pero no por ello menos interesantes. De hecho, si no esperara recibir comentarios mucho más interesantes que mis posts no los escribiría.

Juan Manuel dijo...

Por lo que veo, hay interés en opinar sobre el tema de la película de marras...
Estoy al 100% de acuerdo con Dalr. Una película puede gustarte, y emocionarte, al margen de que sea más o menos fiel a la historia en la que se basa... Y, que yo sepa, "basarse" no significa contar y mantenerse fiel a esa historia... De todos modos, si el comportamiento de Fesser con la familia en cuestión no ha estado a la altura, eso será cuestionable y criticable, por supuesto, al margen del valor "artístico" de la película...

Si me permitís, voy a hacer un "pequeño" cambio de tercio...
El viernes fui a ver SPAMALOT, y me atrevo a recomendar ese musical sin ningún tipo de manías... Claro, que qué puede uno esperar de Monty Python y Tricicle juntos (y revueltos, si queréis....)
Así que si no lo habéis visto, mirad de hacerlo antes de que se vaya... Totalmente recomendable... La música, la trama, los actores/cantantes... Un espectáculo en el que se ríe y se disfruta durante dos horas y media. Recomendado queda.

Blackjoker dijo...

Buenas. Caray, Darl. Comentas una pelicula y te lian un debate. En cuanto a la pelicula, no la he visto y sinceramente, esperaré a verla en casa. Con respecto a la actitud del director, nunca sabremos a ciencia cierta si todo es un montaje para promocionar el producto (Vease el Código Da Vinci), es un mensaje de postura del director, o realmente ambas, e incluso puede ser ninguna de las anteriores. En mi caso, y a pesar de mi propia opinion, desde que he descubierto en seres queridos una postura totalmente opuesta a la mía, las respeto, aunque en las discusiones (literales y no me refiero a pelearse verbalmente) parezca más cerril de lo que soy (me apasionó facilmente ;-P).
Por ejemplo, si alguien habla mal de Spamalot... morirá lentamente y exquisitamente si me lo menciona. ;-D Bromas aparte: os recomiendo que veais primero las películas de Monthy Python, así "pillareis" pequeños cameos y bromas privadas. Besos a todos.BJ.