1. f. Cualidad de objetivo.
objetivo, va.
1. adj. Perteneciente o relativo al objeto en sí mismo, con independencia de la propia manera de pensar o de sentir.
2. adj. Desinteresado, desapasionado.
3. adj. Fil. Que existe realmente, fuera del sujeto que lo conoce.
4. adj. Med. Dicho de un síntoma: Que resulta perceptible.
5. m. objeto (‖ fin o intento).
6. m. Mil. Blanco para ejercitarse en el tiro.
7. m. Mil. Cualquier otro objeto sobre el que se dispara un arma de fuego.
8. m. Mil. Punto o zona que se pretende alcanzar u ocupar como resultado de una operación militar.
9. m. Ópt. Lente o sistema de lentes de los instrumentos ópticos, colocado en la parte que se dirige hacia el objeto.
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Hasta la saciedad he repetido que la objetividad no existe y, de existir, no tendría el más mínimo interés. Es una afirmación en dos partes, aunque rara vez nadie se para a escuchar la segunda. Voy a explicarme a ver si zanjamos el tema de una vez.
Dice el diccionario que la objetividad es la cualidad de objetivo, y objetivo es aquello relativo al objeto en sí mismo, con independencia de la propia manera de pensar y sentir. Algo desinteresado y desapasionado. Para los filosófos, y yo no lo soy, es algo que existe realmente fuera del sujeto que lo conoce. Si fuera filósofo empezaría a preguntarme si un arbol que cae en mitad del bosque ha caído realmente o ha hecho ruido. Pero como no lo soy me preocupan las ardillas que tenían su nido en el pobre árbol y no tengo valor de ir a preguntarles su opinión. Como lo que soy es una persona interesada en las personas y en cómo se comunican me centraré en la objetividad en el campo que nos ocupa que es el de la comunicación y, más concretamente, el de los medios de comunicación.
Todos los códigos deontológicos de la profesión periódistica, así como los libros de estilo de todos los medios de comunicación hacen en algún momento referencia a la total sumisión al principio de la objetividad, como una condición irrenunciable de todo trabajo periodístico que merezca tal nombre. Lo que no es objetivo es una manipulación inaceptable que se debe denunciar a toda costa. Y para lograr dicha objetividad se encomiendan a las llamadas "rutinas de producción" que implican básicamente contrastar todas las informaciones y aportar cuanto menos dos fuentes fiables que corroboren la veracidad de los hechos narrados. Los hechos, contrastables y corroborables son la base del periodismo riguroso.
Pero quizás estoy hilando muy fino. Vamos a olvidarnos de filosofías y a suponer que nuestros periodistas se encuentran ante un hecho que podrían vivir todos más o menos del mismo modo. Para cumplir con su mandato de objetividad deben acercarse al hecho de forma desapasionada y desinteresada, con independencia de la propia forma de pensar y sentir. El buen periodista, el periodista objetivo, es el que nos informa sin pensar ni sentir. Determina qué es noticia sin pensar ni sentir. Le da una jerarquía dentro del medio sin pensar ni sentir. Le asigna un espacio y unos recursos gráficos sin pensar ni sentir y, sin pensar ni sentir, busca las fuentes de información, contrasta, corrobora... para, siempre sin pensar ni sentir, escribir finalmente una pieza totalmente objetiva. Qué profesión más interesante la que puede realizarse sin necesidad de pensar ni sentir.
Todas las acciones que he nombrado, seleccionar, jerarquizar.., son labores constantes del periodista y son, por definición, subjetivas. A mi medio de comunicación le pido que me proporcione información de aquellos acontecimientos que ocurren más allá de mi entorno inmediato pero que pueden afectarme de algún modo. y espero que al hacerlo se tomen la molestia de pensar y sentir qué puede serme más útil. Y si lo hacen apasionadamente, tanto mejor. Que lo hacen interesadamente debo presuponerlo si no soy un ingenuo ya que los medios son empresas con objetivos (económicos, políticos, sociales...) claros y sus redactores personas con intereses e inquietudes. Y no hay nada más estúpido que pretender que alguien pueda olvidarse de sus inquietudes e intereses mientras hace su trabajo. Yo no puedo. Y por eso trabajo inquieta e interesadamente, pensando y sintiendo sin parar. De una forma total y naturalmente subjetiva.
(Imágenes añadidas a petición de la concurrencia)
Aprovecho para recomendar a todos los interesados en este tema la lectura del libro Les trampes dels periodistes, de Francesc Burguet i Ardiaca.
8 comentarios:
Cuando he visto tu post me he quedado ligeramente "acollonit"
Chico; voy a necesitar tres días para leerlo... Y no te digo los que necesitaré para enhebrar una respuesta medianamente coherente...
Bueno; prometo intentarlo. ¿Vale?
Ojos azules??? sonrisa socarrona??? Le gustaban mucho los huevos duros??? aaaix
Me estaba imaginando un informativo presentado por CTPO y R2D2 (Sitripio y Arturito para los amigos), pero es que ni así...
Quieres objetividad. Toma objetividad : http://www.20minutos.es/noticia/433928/0/alcalde/getafe/derecha/
Tres tazas: La puta de Babilonia, de Fernando Vallejo
;)
Creo que este post pide a gritos una foto de Paul Newman, y otra de un gallifante o similar...
Deseo concedido :)
Además he aprovechado para poner la referencia a un ensayo sobre el tema de la objetividad en los medios de comunicación.
Mucho mejor, donde va a parar :P
Como la última vez casi escribo la Biblia en un comentario, ahora mis dedos no teclearán mucho. Sólo que me lo he leído todo, que me parece muy reflexivo y filosófico...y tentador para comentar. Pero no! Sólo te dejo un saludiño!
Jeje, coincido con Norma. El post con las fotos está estupendo.
Objetividad. Tienes razón, en el fondo es imposible y es bueno que así sea. Tenemos sentimientos y no podemos desligarnos de ellos.
Un abrazo.
Aghhhh! Sin sentimientos y objetivo: Jamás. Con lo terco que soy, ni de coña puedo ser neutral en nada!!! Bueno, si; Si las gambas han de hacerse con aceite o con mantequilla. A mi me da lo mismo por que no me gusta comerlas os la dejo para los demás. ;-D
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