
La petición de las autoridades de no emitir determinadas imágenes tiene una doble finalidad. Por un lado el respeto a las víctimas y el intento de evitar herir la sensibilidad de la mayoría de espectadores. Por otro, minimizar la proliferación de determinadas imágenes de alto impacto visual que sólo sirven para magnificar los resultados del atentado y satisfacer los intereses de los terroristas.
Es habitual que ante un atentado se produzcan esas consignas y se planteen debates éticos que desgraciadamente no se dan ante catástrofes naturales. Tras los atentados de Nueva York circularon por la red numerosas imágenes desgarradoras que no aparecieron en nigún medio de comunicación. Algo similar pasó con los atentados de Madrid. Sin embargo sí pasaron el corte muchas otras imágenes que daban muestras de la crudeza de los atentados y que no se están viendo en Londres. En paralelo se está manteniendo también este control con la información y los datos se conocen con cuentagotas. Así las cosas, pese al desastre imaginable tras la explosión de cuatro bombas en el transporte público de Londres (ahora se habla de 3 explosiones en el metro y una en un autobús), un día laboral y en hora punta, durante toda la mañana tan sólo se han reconocido oficialmente dos víctimas mortales. Ahora se habla de más de 30 y de más de 150 heridos, algunos muy graves. Habrá que esperar para poder hacernos una idea real de la magnitud del desastre.

Imagen: Passengers evacuate an underground train at Kings Cross (Photo: Alexander Chadwick)
BBC NEWS | UK | More than 30 die in London blasts
Bus 'ripped apart' in explosion
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