Porque lo importante es siempre eso. "¿Y esto quién lo paga?". Una de las cosas que nos enseñaba Bowling for Columbine, algo nada nuevo ya que fue la base del ascenso nazi al poder, es el poder del miedo. Si algún político hiciera una campaña diciendo que buena parte del dinero de los impuestos va a dirigirse a comprar armas, dárselas a chavalines de dieciocho años, llenar las calles de policía, espiar a los ciudadanos... nadie los votaría. Pero si todo esto se hace para luchar contra los peligros de unos señores muy malos que nos odian porque somos muy buenos... Entonces les dejamos hacer lo que quieran. El terrorismo y sus miedos (sin trivializar la repugnancia que suponen) son el arma política del siglo XXI. La excusa definitiva. Todo lo demás, daños colaterales.
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