Pero que buenos son los señores del Banco Mundial. Aún no sé qué hacen ni para qué sirven, pero sin duda son buena gente. Por eso cada vez que se reunen, como sus amigos del Fondo Monetario Internacional, o los del G8 (o G7 o Gx...) miles de personas montan una macrofiesta a su alrededor. No voy a entrar en el papel del Banco Mundial en actual desequilibrio económico mundial. Menos aún en el papel de los llamados movimientos antiglobalización (que merecen una serie de artículos en exclusiva). Pero cuando una institución que está en el mismo centro del sistema hace una declaración como esta, se me ponen los pelos de punta. Parece que ahora todos los problemas de imágen pueden solucionarse con una conferencia de prensa. Sales, dices algo bonito y al día siguiente eres portada en medio mundo. El otro medio... Bueno, el otro medio no cuenta mucho.
Concretando. Que el Banco Mundial cree que hace falta una revolución pacífica contra la pobreza. Sería muy pacífico y revolucionario vaciar las arcas del Banco Mundial y repartir la pasta entre los paises que la necesitan. El problema es que, probablemente, no sabrían qué hacer con él (diràn en el Banco Mundial). Así que mejor que la revolución sea a base de inversión extrangera en el tercer mundo. Si los paises ricos invierten allí, poniendo fábricas que acogerán mucha mano de obra barata, explotando recursos que ahora se desaprovechan... Así, dirán los señores del Banco Mundial, lograremos meter a estos paises en el sistema y convertirlos en consumidores, algo que hace mucha falta. Ahora que China se ha destapado como un productor y no como un consumidor, ahora que los mercados internos de los paises ricos están colapsados por la llegada de productos foráneos más baratos, ahora que los sueldos tienden a la congelación y la gente no puede consumir porque tiene una hipoteca perpetua que cumplir... Ahora es el momento de recolonizar el último mercado virgen. De crear a golpe de subvención clases medias que compren. Por el bien de la economía mundial.
No sé lo suficiente de economía para criticar las actividades del Banco Mundial. Tal vez lo que hacen está bien. Ni idea. Pero no soporto que me tomen por gilipollas. Si quieren que acabe la pobreza, que se pongan manos a la obra y se dejen de discursos de cara a la galería.
El Banco Mundial propugna una revolución pacífica contra la pobreza - ELPAIS.es - Economía
James Tobin: el movimiento antiglobalización abusa de mi nombre
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