Terra vuelve a casa antes de Navidad. Su salida a bolsa en pleno boom de las puntocom, la posterior caída en picado de su cotización y su absorción por parte de la empresa madre cuando está baratita, baratita, para reconducir a la hija descarriada, son una historia curiosa pero de libro. ¿Puede mantenerse una empresa que ni da ni está previsto que de beneficios de aquí al fin de los días? ¿Tiene sentido que una empresa multiplique por 10 su cotización sin tener un modelo de negocio reconocible? Está claro que los únicos beneficiados con la existencia de Terra han sido aquellos que en un principio lograron colocarle sus empresas a precios desorbitados y, por supuesto, la mismísima Telefónica. Es lógico, pues, que ahora se haga cargo de lo que queda, capitalice la experiencia recogida y, quien sabe, hasta que le saque beneficios.
Terra aprueba la fusión con Telefónica pese a las críticas de los minoritarios - elmundo.es economía
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